8.100 mayores de 65 años viven solos en la provincia

DP
-

Alfonso Fernández Mañueco anunció ayer prestaciones sociales específicas, incluso aunque no tengan necesidad económica o social, para el colectivo

8.100 mayores de 65 años viven solos en la provincia - Foto: Luis López Araico

El presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, anunció  ayer  en Medina de Rioseco prestaciones sociales específicas, incluso aunque no tengan necesidad económica o social, para las personas mayores en situación de soledad. 

Ayudas que se enmarcan en el Plan Estratégico contra la Soledad no Deseada y el Aislamiento Social, que está dotado con cien millones de euros para los próximos cuatro años y que cuenta con una treintena de acciones. 

Por primera vez en España, las personas mayores en situación de soledad no deseada tendrán derecho a prestaciones específicas por esa situación, incluso aunque no tengan ninguna otra necesidad económica o social. En Palencia, 8.100 personas mayores de 65 años viven solas, según los datos aportados por la Junta, lo que supone un  cinco por ciento de la población.

Diario Palentino publicó justo antes de la aparición de la pandemia del coronavirus que la Encuesta Continua de Hogares, que ofrece información sobre las características demográficas básicas de la población de los hogares que componen y de las viviendas que habitan, en España hay más de dos millones de personas mayores de 65 años viviendo solas, 2.037.700 para ser más exactos. Teniendo en cuenta que en 2018 se registraron 4,7 millones de hogares unipersonales, la cifra representa casi la mitad del total. En la provincia casi la mitad de las personas que componen hogares unifamiliares son mayores de 65 años.

LA SOLEDAD.  Hay que tener en cuenta también que una parte muy importante de la población palentina se reparte por los pequeños municipios de la provincia. De hecho, más de la mitad de los habitantes viven fuera de la capital. Es decir, muchas de las personas que viven en soledad lo hacen en el medio rural. Este hecho pone de relieve otro de los grandes problemas de la España vaciada, donde sus habitantes son más proclives a sufrir la soledad sentida que no se busca, sino que aparece sin querer y de la que es más difícil salir. 

Este sentimiento que también afecta a los habitantes del medio urbano, pero en diferente medida, una de las grandes epidemias del siglo XXI, según los psicólogos, que apuntan que el silencio lleva a quienes lo padecen a sentir angustia, ansiedad e inseguridad; agrava enfermedades crónicas y ayuda a perpetuar patologías como la hipertensión, el colesterol o la diabetes.