Educación contra la exclusión social

R. Travesí (Ical)
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Castilla y León cuenta con 31 centros acogidos al Programa 2030 para atender alumnado en situación de vulnerabilidad socioeducativa, sobre todo inmigrante y de etnia gitana

Educación contra la exclusión social - Foto: CAMPILLO

Una vez pedí a un alumno que me dibujara su casa. Me trazó un rectángulo y otro más pequeño en el interior, por lo que le pregunté si su casa no tenía puertas y ventanas, tejado o chimenea. Entonces, me señaló que el rectángulo pequeño era la nevera». Así explica el director del IES Antonio García Bellido de León, Rafael Gallego, la realidad a la que se enfrentan muchos de los estudiantes matriculados en el centro. Y es que subraya que algunas familias del alumnado que acude al instituto no tienen la educación como una «prioridad» ni puede estar porque tienen otras muchísimas necesidades. «Lo primordial es comer y tener algo en la nevera. Déjate de cuestiones afectivas y educativas por que antes hay que resolver otros problemas más importantes», sentencia. Gallego es el director de uno de los 31 centros de la Comunidad acogidos al Programa 2030, al contar con un alumnado en situación de vulnerabilidad socioeducativa por tener una alta complejidad socioeducativa o en riesgo de padecerla. Son colegios e institutos con una alta concentración de minorías étnicas y población inmigrante. 

El instituto leonés de Armunia cuenta con 348 alumnos, repartidos en ESO, Bachillerato y un ciclo de Formación Profesional Básica. De ese número, el 47% de los estudiantes está en una situación que se puede considerar 2030, ya sea por tener alguna dificultad de aprendizaje, proceder de otros países o pertenecer a otras etnias. 

Existen diferencias por etapas ya que el alumnado con vulnerabilidad supone el 63,5% en Primero y Segundo de la ESO. En todo caso, los esfuerzos del centro han logrado buenos resultados ya que, en la actualidad, hay siete alumnos de etnia gitana (cinco chicas) y nueve inmigrantes entre Primero y Segundo Bachillerato, de un total de 62 estudiantes. «Hace muy poco, ese alumnado era cero y vemos que está creciendo, sobre todo entre las chicas gitanas por que ahí está el motor del cambio para que den el paso a la Universidad», confiesa.

Educación contra la exclusión socialEducación contra la exclusión social - Foto: Wellington Dos Santos PereiraMás datos para hacerse una idea de lo importantes que son estos pequeños pasos. Del 50% del alumnado de etnia gitana entre Primero y Segundo de la ESO se pasa al 16% en Tercero y Cuarto de la ESO y al 9,7% en Bachillerato. Además, hay un 12,5% de estudiantes inmigrantes en Bachillerato. 

Rafael Gallego persigue que ese 63,5 por ciento de alumnado en situación de vulnerabilidad en los dos primeros cursos de la ESO baje, hasta que se corresponda con la realidad social. «El barrio cuenta con muchas personas de etnia gitana y extranjera pero no en ese porcentaje, por lo que hay que aumentar la tasa de alumnos de otras familias porque institutos como el nuestro no se pueden convertir en guetos o sirvan para esconder un problema. Apuesto por que los niños ‘normalizados’ salgan de su burbuja y acepten la diversidad de otras culturas», sentencia. 

Educación contra la exclusión social
Educación contra la exclusión social
La mayor parte los centros 2030 de la Comunidad es de Primaria como el Álvar Fáñez de Íscar, el único existente en la localidad vallisoletana. De los 560 alumnos matriculados, hay un centenar de extranjeros de una quincena de nacionalidades y una treintena de niños de etnia gitana repartidos en 30 aulas, de las que dos son para menores con discapacidad. La realidad del alumnado obliga a contar con dos aulas de educación compensatoria, con dos maestras que están fuera de la clase ordinaria para atender a los niños con dificultad en el aprendizaje del idioma y prestar un apoyo y refuerzo en la lengua española.