La medalla soñada

David del Olmo
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Óscar Husillos tenía dos platas europeas, pero el sábado se resarcía de la de oro que le arrebató la mala fortuna en el Mundial de 2018. Un inmejorable punto de partida para preparar su presencia en Tokio

La medalla soñada - Foto: ALEKSANDRA SZMIGIEL

El pasado sábado Óscar Husillos conseguía el mayor éxito de su trayectoria deportiva al subir a lo más alto del podio a recoger la medalla de oro en los 400 metros lisos del Campeonato de Europa de atletismo en pista cubierta de Torun (Polonia).

Un título soñado por cualquier atleta instalado en la elite de su deporte y que tan pocos son capaces de conseguir pese al esfuerzo diario de muchos años. El astudillano lo tuvo casi en sus manos tres años antes, entonces en un Campeonato del Mundo, en Birmingham (Reino Unido), pero fue descalificado al pisar la línea divisoria de su calle en una final que había ganado con récord europeo.

Un año más tarde, el velocista del Club Atletismo Adidas se quitaba una parte del sabor amargo que le había dejado aquella decepción al lograr una plata, tras el entonces intratable noruego Karsten Walholm, en el Europeo de Glasgow (Escocia). Añadía a su palmarés esa plata individual y otra colectiva con el relevo 4x400 metros (que se quedó a las puertas de la clasificación para esta competición continental)

El pasado año debía ser el de su regreso a una cita mundialista, pero unas molestias en el pie arrastradas desde 2019 le alejaron del Campeonato de España de Ourense y de un Mundial que finalmente no pudo celebrarse en China por la pandemia (fue aplazado hasta 2023).

Dado que también fueron aplazados los Juegos Olímpicos de Tokio (deberían disputarse este verano del 30 de julio al 7 de agosto), decidió junto a su entrenador, Luis Ángel Caballero, que dedicaría lo que quedaba de 2020 (una vez que las autoridades permitieron salir a la calle primero y luego poder volver a entrenar) a recuperarse de la lesión y después a comenzar una necesaria pretemporada   de cara a su año más exigente y, a la vez, ilusionante.

Yde esa manera, pese a que llegó al Campeonato de España sin la marca mínima exigida por la Federación Española para el Europeo (47’’00), eso no fue óbice para que la lograra primero y se adjudicara el título nacional después, a solo dos semanas de la cita continental.

Tiempo en el que ha seguido afinando su puesta a punto para llegar, como hacen los que aspiran a ser los mejores, en su mejor momento del año en la cita decisiva.

GUIÑO DE SUS RIVALES. Y así fue, logró su mejor marca del año en la final. Esos 46’’22 que le dieron el oro que la pista Birmingham y aquella maldita línea le negaron hace tres años. 

Aquel día Pawel Maslak, el extraordinario campeón checo reconoció que el de Astudillo había sido el justo merecedor de un oro que hoy él tiene en su colección de éxitos. Maslak ganó a Óscar en el Meeting de Madrid, previo al Europeo. Pero quedó eliminado en la misma semifinal en la que el palentino se clasificó para la final de Torun. Un día más tarde, cuando tras un intenso sábado Husillos publicaba una foto con su medalla en Instagram («No me despierten de este sueño», decía el campeón de Europa), sus compañeros en el podio, los neerlandeses Bonevacia y Van Diepen (ayer campeones con su selección en el 4x400), publicaban fotos similares con sus medallas. La respuesta de Maslak (tres veces oro europeo y tres mundial), una imagen similar, él sin medalla, felicitando a los tres. 

La siguiente meta será ir a los Juegos. Porque, si no está el campeón europeo, ¿quién va a estar en Tokio?