Clara Fernández Merino, presidenta general de la JEC

C. Centeno
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Pedagoga y bailarina, trabaja en un estudio de psicoterapia de Barcelona y hace un posgrado de DMT (Danza, Movimiento, Terapia) · Lo compagina con una intensa y gratificante labor en la Juventud Estudiante Católica

Clara Fernández Merino, presidenta general de la JEC

Clara Fernández-Merino Gutiérrez tiene 24 años y lleva la mitad de su vida, desde los 12, en la JEC (Juventud Estudiante Católica). El 8 de agosto pasado fue elegida en asamblea presidenta general del movimiento por un periodo de tres años y desde el 7 de septiembre trabaja en la transmisión de memoria, aunque ha sido el jueves, 1 de octubre, cuando la Conferencia Episcopal de España ha ratificado y hecho público el nombramiento. 

Con Clara Fernández-Merino están en el Equipo Permanente la madrileña Teresa Gutiérrez Montero (secretaría y economía) y los también palentinos Jesús Manuel Herrero Recio (consiliario) y Cristina Sáez Teruel (coordinación de animadores).

La nueva presidenta general jugará un importante papel de representación en la Acción Católica especializada, en distintas Pastorales, en la Comisión Episcopal para los Laicos y en el Consejo de la Juventud, pero se ocupará sobre todo «de cuidar el movimiento, de visibilizarlo, de moverme para que llegue donde tenga que llegar y de aprovechar al máximo las redes sociales y cuantos encuentros sean posibles». Subraya que la JEC la forman apenas dos centenares de personas y que al ser un grupo tan pequeño han de trabajar a fondo para hacer llegar su mensaje a los jóvenes y mantener vivo y activo «el proceso de acompañamiento en todas las etapas, la de Secundaria, la de Universidad y la de Graduados».

Es lo que ella misma ha recibido desde que se incorporó al movimiento a los 12 años. «Entré a través de mi hermano, que tiene once años más que yo. Veía lo que él hacía y me picó la curiosidad porque yo también quería hacer cosas que incidieran y mejorasen el entorno».  Aquella curiosidad no fue un capricho de adolescente.

«La herramienta que la JEC puso en mis manos fue la revisión de vida y, a través de ella, empecé a plantearme cosas, a centrarme y a entender dónde estaba y que formaba parte de algo», explica. «Me ayudó a encontrarme a mí misma».

campañas. Se ha mantenido fiel a esa revisión constante de vida y a la pedagogía de la acción que caracteriza al movimiento tanto en su etapa universitaria como ahora, en que compagina el trabajo en un estudio de psicoterapia -es pedagoga- con el posgrado de Danza, Movimiento, Terapia -también es bailarina-. Destaca el interés de las campañas que llevan a cabo cada año o cada dos, en torno a temas «que nos preocupan porque están en nuestra realidad», bien directamente como la de la libertad de expresión, o englobadas en otras más amplias como la del trabajo decente.

La joven palentina no le tiene miedo ni al esfuerzo ni a la entrega ni a la responsabilidad. «Lo mío es la vida activa y participativa», concluye. A ello va a dedicarse en cuerpo y alma.