Un apoyo para garantizar una vida normalizada

David Herrero (Ical)
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La Ayuda a Domicilio de la institución provincial asiste al rededor de 1.600 usuarios con dependencia en los pueblos, a través de un contrato adjudicado a la UTE Clece y Onet Iberia Soluciones

Un apoyo para garantizar una vida normalizada

De Pili recibo todo tipo de ayuda. Me levanta de la cama y me ayuda a ir al baño. Antes me duchaba, pero ahora me siento en la silla y lo hago yo, aunque acompañada para estar más segura y no caerme. Es un apoyo y una chica fenomenal». Así de contenta se muestra Tomasa Prades, usuaria del Servicio de Ayuda a Domicilio de la Diputación.

El servicio y la compañía de la auxiliar se prolonga desde hace tres años, dado que primero la necesitó su marido, quien falleció, y continuó con Tomasa hace más de 13 meses. Antes se valía perfectamente, pero todo cambió tras la rotura de la cadera y posterior caída en casa, al necesitar bastones y andador, con una movilidad algo más reducida. Solicitó la ayuda de la auxiliar Pilar, pero la confianza hace que sea Pili, dado que es una «amiga más y una camarera personal». 

Desde el café y las pastas hasta limpiar los baños o hacer la cama, en 45 minutos diarios en su domicilio de Aguilar. «Es un cielo y estoy muy contenta con ella», apostilla mientras apuesta por esta prestación frente a una residencia, ya que en su casa está muy bien. «Cuando pierda la cabeza, Dios dirá. Pero quiero mi independencia. Tengo total confianza y es una más de casa». 

Un apoyo para garantizar una vida normalizadaUn apoyo para garantizar una vida normalizadaUna mujer de armas tomar que no ha parado en su vida. A los 16 años marchó a Suiza a trabajar en una fábrica de chocolate, para luego regresar a España, pasando por Barcelona antes de volver a la provincia palentina, al residir en la zona de Pisón de Castrejón junto a su marido minero. Setera y caracolera. Con espíritu imparable durante toda su vida. Tomasa rememora vivencias junto a Pilar, de la mano de multitud de fotografías de momentos en el campo o sus viajes por toda España.  

Charlas y vivencias desde casa, pero con una persona cercana y amiga que la escucha, a partir de la figura de la auxiliar que, además de ayudar en las labores, se convierte en un pilar emocional fundamental, y con quien comentar todos los capítulos de los concursos televisivos, al ser una apasionada de ellos y de las sopas de letras. No la faltan familiares ni nietos, tiene seis, pero Pilar se ha convertido en una más de la familia.

«Al llegar cada día compruebo su estado y si hay alguna novedad, ya que si existen incidencias es necesario llamar a sus familiares o dar parte al médico». Tras ello, el trabajo se centra en realizar el desayuno, el aseo personal y la limpieza y algunas de las labores de la casa, desgrana a Ical la auxiliar de Ayuda a Domicilio, Pilar Bustamante.

Detalla que, de media, se desplaza a nueve hogares, ya que tienen «muy poco tiempo y muchos usuarios a los que atender diariamente». Aun así, cada caso es diferente y el servicio varía según las necesidades de los usuarios. 

Es decir, de una atención diaria de 45 minutos a otras en las que se acuden menos días a la semana, pero con mayor dedicación. «Hay que  trabajar mucho para atender a todos los beneficiarios de la zona», que comprende Quintanilla de las Torres, Aguilar y la zona de Pomar.

«Me motiva mucho y me encanta cuidar a las personas y ayudarles en todo lo que puedo y algo más. Esto es mi vida, ya que si me piden un favor corro por hacerlo. Lo vivo y sufro cuando les pasa algo, igual o más que ellos, porque quiero que sigan bien», deja claro la profesional con más de 26 años de experiencia.

«Por la mañana es trabajo y tengo que separarlo del ámbito personal, pero por la tarde ayudo a lo que sea y comparto tiempo, vivencias y amistad con ellos”. Una relación que se acrecentó con el confinamiento para echar una mano en esos momentos más duros y de soledad.

Asistencia asistencial. «Al principio les genera mucha incertidumbre porque meten a una persona extraña en sus casas, a la que tienen que enseñar hasta el lugar en el que se guarda el estropajo». No obstante, una vez que el servicio está en activo, las auxiliares son un «soplo de aire fresco» para esta gente, reconoce la trabajadora social del CEAS de Aguilar, Mercedes Fraile.

«Son compañía y apego al saber que alguien siempre llega», más en los momentos actuales con el Covid, debido a que los mayores suelen tener mucha soledad y los familiares están lejos o fuera de su localidad. «Se convierten en un apoyo emocional importantísimo», aclara. La Ayuda a Domicilio es un «fundamental para continuar el día a día de las personas sin salir de su entorno ni de su vivienda. Unos bastones para garantizar una vida más o menos normalizada junto a su familia», subraya.

El coste depende de la capacidad económica de cada usuario, según los datos de Hacienda, por lo que afirma que el servicio, subvencionado por Diputación, posee una horquilla de 10 euros por hora hasta la gratuidad. Todo ello tras evaluar la situación de cada uno y recibir la valoración de dependencia de la Junta.

Además, el servicio permite solicitar una baja temporal, la cual suele relacionarse con los meses de verano al mudarse los usuarios a otras localidades o estar en compañía de la familia. Dicha baja dura seis meses, donde no se producen pagos, y se puede revocar y volver a ser readmitidos en el SAD.

El Servicio de Ayuda a Domicilio de la Diputación atenderá a 1.600 usuarios del medio rural en situación de dependencia, por lo que la institución provincial destinó 1,2 millones de euros más que con el anterior contrato, pasando de los 4,5 a los 6,14 millones para prestar las mejoraras en el servicio. Una atención que va en aumento debido al envejecimiento de la población y el consiguiente incremento de los casos de dependencia.

El contrato fue adjudicado a la UTE Clece y Onet Iberia Soluciones y prestará 320.000 horas de atención anuales, cifra calculada por los Servicios Sociales de la Diputación en función de la actual demanda y de la previsible en los dos años de duración de dicho contrato. El tiempo de atención que recibirá cada uno vendrá marcado por su grado de dependencia y las necesidades individuales que requiera. 

Será el trabajador social de cada Centro de Acción Social (CEAS) el que valore la situación individual de cada persona y determine tanto el número de horas como las tareas específicas que se incluirán en el servicio, que se prestará en los días elegidos por el propio usuario en horario de mañana y tarde, de lunes a domingo, festivos incluidos.

En este sentido, y dentro de las mejoras, los usuarios que pasen por alguna operación y así lo requieran podrán acceder a una residencia de forma gratuita mientras se recuperan y reciben el tratamiento rehabilitador. Asimismo, las compañías adjudicatarias han aportado nuevos equipamientos como ocho camas articuladas, cuatro grúas, 125 alzadores de inodoro y otros tantos de baño o ducha o más de 120 agarres, entre otros.