China quiere 'echar el guante' a los huevos

ALBERTO ABASCAL
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Granja Tomé, ubicada en Villamuriel de Cerrato, produce 70.000 unidades diarias gracias a sus 78.000 gallinas

China quiere 'echar el guante' a los huevos - Foto: Óscar Navarro

No es fácil producir 70.000 huevos diarios y, ni mucho menos, exportar todo este rendimiento a Italia y Francia. Sin embargo, una empresa ubicada en Villamuriel de Cerrato, concretamente Servicios Granja Tomé, regentada por José Ignacio Torres Merino y por su hermano José María, lo viene haciendo desde hace varios años en favor de la industria alimentaria, eso sí, gracias a la aportación de 78.000 gallinas ponedoras. «Ahora mismo dedico prácticamente toda la producción para el mercado nacional. Desde hace unos meses no exportamos porque ahora mismo hay un gran déficit en el mercado nacional, pero hasta hace muy poco todo lo exportábamos para Italia y Francia, que también deben adquirirlos en el exterior», apuntaba a Diario Palentino el responsable de la explotación, José Ignacio Torres.

Torres mantiene que la llegada del Covid-19 a Italia primero y a España ahora  no le ha repercutido en su explotación. Al contrario, asegura que China, lugar de origen de la pandemia, «está realizando, desde que estalló la crisis sanitaria, compras masivas de huevos fuera de sus fronteras. Lo que ahora mismo desconozco es si esas compras copiosas de huevos es por motivos estrictamente alimentarios o porque precisamente este producto puede jugar un papel fundamental en las investigaciones que se llevan a cabo por parte de los científicos».

Y es que, según los expertos, la industria farmacéutica utiliza hasta la cáscara. Con ella se fabrican suplementos dietéticos con alto contenido en calcio que, al parecer, aumenta  la densidad ósea y podría ser útiles para los pacientes con osteoporosis. Además, los componentes del huevo sirven para evitar infecciones bacterianas, tienen efectos antitumorales y son ingredientes clave para la elaboración de una nueva generación de medicamentos. El huevo es una mina de oro biológico que tiene mucho que explotar. Y parece que los chinos lo saben bien.

Pero volviendo a la granja de Villamuriel de Cerrato, los principios de José Ignacio Torres, originario de Melgar de Fernamental, no fueron fáciles. «Hace seis años tuve que hacer una reforma por un montante de 600.000 euros para ajustarnos a la normativa de la Unión Europea; era la tercera reforma que hacía ya. De hecho, teníamos también una explotación de cerdos -llegó a contar con 1.300 cabezas- pero decidimos abandonar porque así era imposible», comentaba José Ignacio, que enfrascado en el mundo agroganadero también ha lanzado sus tentáculos en las energías renovables. De hecho, con una inversión de 730.000 euros, consigue una producción de 100 kilowatios/h. gracias a las 590 placas solares que dispone en su terreno aledaño a la granja. «En esto te pagan según lo estipulado» explica José Ignacio Torres Merino que, volviendo la cara a su explotación avícola, reconoce que hoy «este es un sector rentable». Con todo, augura que el precio del huevo podría sufrir un incremento a medio plazo por la falta de producción.

Por lo demás, José Ignacio y su hermano José María se levantan a las cinco de la madrugada para iniciar su jornada laboral. Y es que recoger, seleccionar, empaquetar y distribuir  70.000 huevos diarios no es tarea sencilla. «Tenemos todo automatizado según la normativa comunitaria», mantiene el responsable de la granja, quien añade que las gallinas se encuentran en jaulas homologadas por la UE en materia sanitaria y medio ambiental. 

Los casi 80.000 animales, que consumen una media diaria de 8.000 kilogramos de pienso con base de maíz, se encuentran ubicadas en una nave de 155 metros de larga, 13 metros de ancha y cinco de alta. La retirada de los animales que mueren también está regulada por convenio con una empresa vallisoletana, que es la encargada de llevar a cabo este cometido. 

Tras recoger los huevos en grandes palés son identificados con la fecha de empaquetado y su destino. «Los huevos pueden aguantar hasta dos meses si no están expuestos al sol», apunta José Ignacio, todo un emprendedor.