El movimiento CoronaMakers llega al medio rural

Rubén Abad
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Fran y Jorge Delgado, de Villaluenga, elaboran 120 máscaras protectoras con su impresora 3D y láminas de acetato

El movimiento CoronaMakers llega al medio rural

La tecnología y la solidaridad van de la mano en estos días de crisis sanitaria en los que los medios escasean. Así nació el movimiento ConoraMakers, internautas con impresoras 3D con las que se pueden fabricar protecciones para los que tienen que estar en primera línea contra el Covid-19. Una iniciativa a la que se han sumado Fran y Jorge Delgado, de Villaluenga de la Vega, desde donde han elaborado decena de viseras que completan con láminas de acetato para crear máscaras protectoras.

«Para darlas salida, contactamos con un amigo conductor de ambulancias, encargado de distribuirlas allá donde más se necesite», explican estos jóvenes solidarios. La primera tanda fue de 30 máscaras, aunque ya se han juntado con unas 120 unidades. En previsión de que la producción va a ir en aumento, han comenzado también a repartírselas a las residencias de ancianos de Saldaña -«que están muy escasos de medios», aseguran- y a los comercios de alimentación que permanecen abiertos.

A ellos se han unido también a esta pequeña red de CoronaMakers de la comarca saldañesa Adrián De la Varga y su madre Milagros Cuesta, naturales de Lobera y que regentan el taller TSM Hermanos de la Varga en el polígono industrial El Soto de Saldaña, y Álvaro Ruiz, de la empresa Tecnobox, ubicada en Villaluenga de la Vega.

 Están haciendo cada uno de los tres entre 12 y 15 viseras al día con sus impresoras 3D (cada diseño tarda unos 45 minutos). El material se recoge en el Ayuntamiento de Saldaña, que las reparte en colaboración con los vigilantes municipales y los agentes de la Guardia Civil destacados en la villa.