La población de topillos modula el riesgo de tularemia

DP
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La prevalencia de la enfermedad en los roedores aumenta con la densidad de ejemplares. En las zonas con mayor incidencia existen agentes epidemiológicos acuáticos y terrestres

El trabajo ha sido liderado por la investigadora palentina Silvia Herrero Cófreces. - Foto: Cristina Marín Pastor

Un equipo de investigadores de la Universidad de Valladolid/iuFOR ubicados en el Campus de Palencia acaba de publicar, junto con investigadores del CSIC y de la Universidad de Aberdeen (Reino Unido), un artículo de revisión sobre la interacción entre los topillos y los brotes epidémicos de tularemia en zonas agrícolas de Castilla y León.

El artículo se incluye en un número especial de la revista internacional Frontiers in Veterinary Science, el cual aborda los problemas de salud pública asociados a las invasiones de roedores que se asocian ecológicamente con los humanos, y que ocupan desde cunetas y edificios a granjas y tierras de cultivo. En este caso, los investigadores han sintetizado una década de investigación ininterrumpida sobre la interacción ecológica entre las poblaciones cíclicas de topillos campesinos (Microtus arvalis) y las de la bacteria zoonótica Francisella tularensis (agente causal de la tularemia) en hábitats agrarios de la comarca de Tierra de Campos. 

El trabajo ha sido liderado por la investigadora palentina Silvia Herrero Cófreces, y revisa los principales avances científicos que son clave para definir estrategias de prevención y gestión de la tularemia en los medios agrarios. Uno de estos avances ha sido la validación cuantitativa de la estrecha relación que existe entre los incrementos periódicos de topillos (plagas) y los brotes epidémicos de tularemia en humanos desde el año 1997, momento en el que esta enfermedad se considera de declaración obligatoria en el país. 

Más significativo aún ha sido la comprobación empírica de que la prevalencia de la enfermedad en los topillos (es decir, la proporción de animales infectados) aumenta positivamente con la densidad del roedor: esto es, cuantos más topillos hay en el medio, también hay más bacterias, poniendo de relieve el importante papel epidemiológico que juegan estos roedores como agentes amplificadores de enfermedades zoonóticas. 

acuáticos y terrestres. Otro avance muy significativo ha sido la comprobación de que, en lugar de existir ciclos separados de circulación y transmisión de la enfermedad (acuático y terrestre) tal y como se planteaba de forma general hasta el momento, en las zonas castellanas con mayor incidencia de tularemia existen agentes epidemiológicos acuáticos y terrestres coexistiendo e interactuando en el espacio y el tiempo, lo cual sugiere un único ciclo de transmisión.

Además de destacar los logros científicos alcanzados durante la última década por el equipo de investigación, el artículo también recoge algunos de los interrogantes clave que permanecen aún sin respuesta. Concretamente, los autores se preguntan si los topillos que colonizaron Tierra de Campos trajeron la tularemia o bien amplificaron poblaciones preexistentes de la bacteria en estos paisajes. 

Otra cuestión fundamental es qué virulencia y letalidad tiene la enfermedad entre los topillos en la naturaleza, y si hay animales que resisten a la infección. Por último, resulta fundamental conocer dónde persiste la bacteria en el medio entre los brotes epidémicos (periodo inter-epizoótico), y que coinciden con momentos de bajas densidades de topillos. Estas y otras cuestiones clave serán abordadas por el equipo de investigación palentino a lo largo de los años venideros.

AVANCES CIENTÍFICOS. A diferencia de los trabajos más clásicos basados en compilaciones de muestreos de naturaleza oportunista, el tipo de avances científicos que presenta el equipo liderado por el doctor Juan José Luque Larena en materia de Ecología de la Enfermedad (Disease Ecology en inglés) requieren de la obtención de grandes bases de datos de campo con una estructura espacio-temporal compleja y bien diseñada. Este esfuerzo y rendimiento científico solo es posible con el apoyo de los proyectos de investigación, en su mayoría financiados por entidades públicas. 

En el caso del equipo del doctor Luque Larena la financiación proviene tanto del gobierno central (proyecto Boomrat, Agencia Estatal de Investigación, Ministerio de ciencia e Innovación), como del gobierno regional y de las diputaciones de Palencia y Valladolid (convenio de investigación y gestión Gesinttop), Junta de Castilla y León, Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León y diputaciones de Palencia y Valladolid). Además, el equipo cuenta con las infraestructuras y el apoyo logístico del Campus de Palencia de la UVa así como de iuFOR y la Etsiiaa. Durante esta última década este equipo de investigación palentino ha dirigido tres tesis doctorales relacionadas con la ecología y epidemiología de las poblaciones cíclicas de topillos en Tierra de Campos.

La cuarta será defendida durante el próximo año por Silvia Herrero, becaria predoctoral de la administración autonómica, y supondrá otro avance significativo en el conocimiento del papel que juegan algunas poblaciones de animales silvestres en la dinamización de las zoonosis en el medio natural. Sin duda, un tema de la máxima actualidad a escala global.