Un vecino al que cuidar

A. Benito
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Aunque es difícil observarlo, el desmán ibérico es un habitante más de la Montaña Palentina. La presencia de este animal es sinónimo del buen estado del entorno y su conservación redunda en la de otras especies

Un vecino al que cuidar

Su trompa lo hace inconfundible, pero también sus patas posteriores, mucho más grandes que las delanteras y con unas membranas interdigitales que le permiten moverse como pez en el agua. Aunque es un animal casi desconocido y muy difícil de ver, el desmán ibérico es otro vecino más de la Montaña Palentina, una especie endémica de la Península Ibérica que en el cauce alto de los ríos Carrión yPisuerga tiene dos de sus grandes refugios.


«Aproximadamente, el 84 por ciento de la especie vive en territorio español, donde se distribuye entre la Cordillera Cantábrica, los Pirineos y el Sistema Ibérico Central. También hay algunos ejemplares en la parte francesa de la frontera y en Portugal», explica Víctor González, técnico de la Fundación Patrimonio Natural. «Una de las cosas que hacen especial a este animal es que es un gran bioindicador, es decir, su presencia o ausencia denota el estado en el que se encuentra el entorno», añade.


Por eso, la mayor amenaza para este pequeño mamífero acuático, que en el Sistema Ibérico Central está en peligro de extinción, es la pérdida de hábitat derivada de la contaminación y el estiaje ligado al cambio climático. «El desmán se alimenta de pequeños insectos que viven en el fondo de los ríos, por eso es tan sensible a cualquier alteración. De hecho, en los últimos años se ha observado un gran retroceso de la especie, que aunque puede vivir a nivel del mar, ahora se concentra en las cabeceras de los ríos, en zonas de montaña donde la calidad de las aguas es mayor», continúa González. «La predación por parte de especies no autóctonas como el visón americano es otro problema que afecta a este mamífero», señala.


Dicho de otro modo, el desmán ibérico es, como el oso pardo, una especie paraguas cuya conservación repercute directamente en el mantenimiento de otras especies de flora y fauna. De ahí la importancia de que en la Montaña Palentina siga habiendo una población importante, aunque lo cierto es que estos ejemplares son tan tímidos que es difícil cuantificarlos.


«El desmán tiene hábitos nocturnos, por lo que observarlo es muy complicado. Además, se mueve muy rápido y huye de los humanos», explica el ingeniero de Montes cerverano. En este sentido, el modo de comprobar la presencia de esta especie en la Montaña Palentina es a través de sus excrementos y, más concretamente, del pelo que contienen. «Es muy característico, inconfundible», matiza González, que junto al equipo de guardas forestales participó hace unos años en estas labores dentro del proyecto Life Desmania. 


«Mediante este programa financiado con fondos europeos, la Fundación Patrimonio Natural realizó trabajos para el conocimiento del estado actual de la población y, tras detectar los principales problemas, se aplicaron medidas correctoras para favorecer la conservación de la especie», añade el técnico norteño. 


"En concreto, se desvió el tráfico rodado en una zona del valle de Pineda para evitar que los vehículos tuvieran que vadear las aguas del Carrión y se procedió a la rectificación de las pendientes y la reforestación de algunas escombreras que, en momentos de lluvia, vertían limos a los ríos y sellaban los huecos del fondo, impidiendo la cría de los insectos vectónicos», apunta finalmente Víctor González