Cabero: «La expresión España vaciada tiene que desterrarse»

Rubén Abad
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El catedrático emérito de la Universidad de Salamanca, Valentín Cabero, fue el encargado de abrir en Viñalta una jornada sobre despoblación rural organizada en colaboración con la Escuela de Ingenierías Agrarias de La Yutera

Cabero: «La expresión España vaciada tiene que desterrarse» - Foto: Sara Muniosguren

¿Qué papel juega el medio rural en la España del siglo XXI?

Es fundamental para tener memoria del pasado y, por otro lado, tener conciencia de que los paisajes y recursos agrarios se han convertido, en el momento actual, en una fuente estratégica para la soberanía alimentaria de nuestro país y la lucha contra el cambio climático.

Ahora que se está hablando tanto de transición ecológica, es fundamental que los campesinos retornen a las buenas prácticas que han tenido en el pasado en defensa de las condiciones ambientales y de los paisajes históricos, de lo contrario, iremos a una agricultura y a un campesinado que dependerá exclusivamente de la agroindustria y de las tecnologías. El campesinado requiere una sabiduría del medio basado en conocimientos científicos y empíricos, y también en buenas prácticas.

Como primer paso, se está cambiando la mentalidad sobre los pueblos que se mantenía hasta hace no mucho

Hay que hacer un discurso positivo del mundo rural. Hasta ahora se ha hecho un discurso de la modernización como un objetivo fundamentalmente urbano, no como una reivindicación de la identidad propia del campo y de las virtudes que tiene el medio rural para poder vivir en él en unas condiciones dignas. 

¿Podría enumerar esas virtudes del medio rural de las que habla?

Condiciones ambientales muy dignas y positivas, recursos estratégicos relacionados con el agua, lo forestal y la agricultura productiva sin dañar el medio ambiente, y condiciones de vida mejores que en la ciudad para poder vivir. ¿Qué falta? Falta una conciencia política de que los servicios en el medio rural tienen que ser ahora mismo una alternativa, no solo en las capitales o en los municipios cabecera de comarca, sino en los pequeños pueblos. Debe haber una conciencia política común al respecto desde Palencia, desde Valladolid y desde Madrid. 

¿Cuáles son las medidas que mejor están funcionando para poner freno al problema de la despoblación?

Fundamentalmente las que son asumidas por la propia gente del territorio y también por la población vinculada: los que viven en la ciudad pero van el fin de semana al pueblo. Esta gente necesita de un protagonismo a la hora de reivindicar el medio rural. A partir de ahora va a ser clave para que se mantenga el tejido social y productivo, y también para no perder la conciencia de la identidad rural. 

¿Y el trabajo de los jóvenes emprendedores sobre el terreno?

Es solo un lenguaje. Las dos palabras que más se están utilizando, a veces de una forma perversa, son emprendimiento e innovación. Estas dos palabras hay que reducirlas a la vida en el pueblo y  es no cambiar los arados o las nuevas tecnologías, sino tener la conciencia de que estas últimas tienen que servir para que el medio rural tenga su propia vida.

Hablaba del uso de las palabras como emprendimiento e innovación. ¿Es también una simple moda el término España vaciada?

Es un término que también debemos desterrar. Hablar de la España vaciada es un discurso negativo de los pueblos, y lo que queda en ellos es más importante que lo que se ha ido. Hay que hablar de la despoblación, de la baja densidad, de la memoria heredada, de sus recursos estratégicos vinculados a la agricultura, pero no solo del vaciamiento.

Los vecinos del territorio también consideran fundamental el mantenimiento de servicios básicos como la educación o la sanidad en los pueblos

Así es. Fundamentalmente la sanidad. Aquí hay que hacer una reivindicación clara: no se pueden quitar médicos de los ayuntamientos pequeños.