Sin actualizar los proyectos de dos tramos de la A-73

I.E.
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Los documentos datan de antes de 2010 y el Ministerio admitió la necesidad de adaptarlos a la nueva normativa hace 4 años, cuando activó las obras del único trayecto en construcción tras el parón de 2010

Sin actualizar los proyectos de dos tramos de la A-73 - Foto: Jesús J. Matías

El frenazo a la ejecución de infraestructuras del año 2010, el que decretó el ministro José Blanco como consecuencia de las estrecheces presupuestarias que provocó la crisis de 2008, sigue haciendo estragos en proyectos, uno de ellos la A-73. No solo se detuvo la construcción de los distintos tramos, sino que se dejaron ‘caducar’ algunos proyectos que todavía hoy no se han adaptado a la normativa vigente. Así lo reconoce el hoy llamado Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (Fomento), que advierte de que «es necesario licitar contrato para redactar la actualización de los proyectos entre Montorio y Santa Cruz del Tozo y de Santa Cruz del Tozo a Pedrosa de Valdelucio, según la respuesta dada a tres parlamentarios del PSOE, entre ellos la burgalesa Esther Peña. 

No es que el Ministerio se haya dado cuenta ahora de que esos proyectos deben ser revisados para ajustarlos a las actuales normas de seguridad. Qué va. Antes de que en 2017 reactivara las obras de la A-73, en concreto en el único tramo hoy en ejecución (Pedrosa de Valdelucio-Báscones de Valdivia), ya conocía esa necesidad de actualización, pero en estos cuatro años no lo ha hecho, lo que pone de manifiesto la poca intención que tiene Fomento de dar un impulso como Dios manda a la autovía que conecta Burgos con Aguilar de Campoo.

El resultado de la inacción gubernamental -de todos los colores políticos- es que por el momento solo se puede circular por doble vía entre la capital burgalesa y Quintanaortuño, un tramo que entró en servicio hace ya ocho años, en 2013. Lo más curioso de todo es que el siguiente trayecto que se inaugurará -en otoño de este ejercicio, según las previsiones oficiales- será el que une Pedrosa de Valdelucio (en la provincia de Burgos) y Báscones de Valdivia (en Palencia), una isla de cuatro carriles por sentido desde Quintanaortuño.  A esos dos tramos cuyos proyectos están todavía sin actualizar hay que sumar el que discurre entre Quintanaortuño y Montorio, en fase de redacción de proyecto, aprobado ya de forma provisional y que salió a información pública a efectos de expropiaciones.

Y al final del itinerario queda otro, el último, que el que separa Báscones de Valdivia y Aguilar de Campoo, de seis kilómetros. Construcciones y Obras Subterráneas (Cyopsa) se comprometió a su ejecución en solitario, pues la otra empresa de la UTE, Teconsa, no sobrevivió a la crisis. Pese a esa intención, en 2018 la mercantil renunció a los, un obstáculo más para el avance de la infraestructura.

Tras más de un mes completamente paradas, las obras en el próximo tramo que abrirá salieron de su letargo invernal a finales de enero y vuelven a tener actividad con la vista puesta en el esprint definitivo. Los 12 kilómetros que separan a Pedrosa de Valdelucio de Báscones de Valdivia ya parecen una autovía, con las primeras capas de firme extendidas y el aspecto que cobran las grandes infraestructuras en su recta final. Aunque todavía les resta mucho trabajo.

El objetivo del Ministerio de Transportes, como ya adelantó este periódico el pasado otoño, sigue siendo el mes de septiembre para su puesta en marcha. Con ese plazo han regresado al tajo unas pocas máquinas y operarios que se encargarán en los próximos meses de ejecutar los remates. Aparentemente está casi todo hecho, en realidad quedan multitud de detalles que son los más rápidos pero también los más caros en este tipo de infraestructuras.

Según la información actualizada del Ministerio, el grado de ejecución es del 67% de un presupuesto total de 50,2 millones de euros. Podría parecer que un 30% es demasiado como para acometerlo en seis meses, cuando la obra debería haber estado terminada en verano de 2019 según los planes iniciales, pero sucede que las capas de firme que faltan por extender son uno de los aspectos más caros, que elevan rápidamente el porcentaje de certificación y lo multiplicarán respecto a los años anteriores.

En estos momentos están en ejecución los arcenes y la capa intermedia del firme, de los que ya se han extendido los 5 primeros kilómetros, mientras «paralelamente se están construyendo los caminos de servicio, las obras de drenaje transversal y colocando los pretiles de las estructuras.