Final feliz con puerta grande para Ferrera y Aguado

Manolo Illana
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El Juli no pudo conseguir el mismo premio que sus compañeros debido a la mala suerte que tuvo en el sorteo y cuando así son las cosas, por más que se intenta, ese triunfo no llega. De la plaza, el público volvió a salir feliz

Final feliz con puerta grande para Ferrera y Aguado - Foto: Óscar Navarro

Emotivo y sincero comienzo de la última de feria en el día de San Antolín con la interpretación del himno de España y el de Palencia al finalizar el paseíllo. La plaza puesta en pie aplaudió con gran sentimiento y fuertes vivas.

En lo taurino, el comienzo no fue tan emotivo al tener que ser devuelto el primero de la tarde fuertemente protestado por el respetable debido a su defecto físico en los cuartos traseros. Pronto apareció el primer sobrero del encierro ante el que Ferrera intentó lancear de salida por verónicas sin poderlo conseguir dado que el toro no le ayudó. Solitario y justo el puyazo y apretado quite por chicuelinas, perfectamente rematado con una muy buena media verónica que la plaza ovacionó de lo lindo. Brindis al público para torear a este su primer enemigo con esa hermosa forma de hacerlo que tiene este torero. Faena con mucho y buen ritmo, muletazos templados llevándose el toro hacia los medios para allí, con gusto y sobre todo firmeza, lidiarlo sobre la derecha en largas y tranquilas tandas bien rematadas. Bordó el toreo al natural tranquilo y muy despacio, con la muleta por los suelos. El final de faena fue con las dos manos. Mató de una buena estocada en la suerte de recibir y cortó la primera oreja de la tarde

Fue en su segundo, un Zalduendo con clase, al que recibió lanceando por verónicas, chicuelinas súper ajustadas y medias en los remates. Principio de faena sentado en el estribo para, rodillas en tierra, llegar hasta el tercio ofreciendo un buen toreo con la derecha. Los naturales tuvieron encanto y firmeza. Manda parar la música para seguir bordando el toreo con sentidas series sobre las dos manos, todas ellas muy bien rematadas. El triunfo llegaba como lo confirmó una buena media estocada y descabello y a pasear las dos orejas y disfrutar con la puerta grande.

Mala suerte la de El Juli en el sorteo, el lote que le tocó no estuvo a la altura de lo que se suele esperar de un hierro como el de Zalduendo. A pesar de ello, sus ansias de querer triunfar, su sensación de gustar y agradar no le pudo llevar al lugar de las buenas tardes. Con todo ello, la profesionalidad de este torero fue capaz de arrancar por méritos propios, con sus formas y buenas maneras, la oreja al primero de su lote al que toreó, sin mover las zapatillas, clavados los pies en la arena, muy despacio y alargando los muletazos hasta el más allá. La poca fuerza del toro no daba para más. Mató de una casi entra en la suerte natural y a pasear la oreja. Poco o nada pudo hacer en su segundo, un toro soso, huidizo y sin fondo al que El Juli mató de dos pinchazos y una estocada casi entra. Silencio para el torero y pitos para el toro.

Se presentaba en Palencia Pablo Aguado, del que todos los que le han visto hablan, escriben y no acaban. Torero revelación en esta temporada desde que en su querida Sevilla formó uno de esos alborotos difíciles de olvidar. Se le espera con ansia y ganas de disfrutar. Un disfrute que ayer se sintió y vivió en la plaza Campos Góticos. Miren ustedes que en su primero no pudo lucir con el capote y tampoco con la muleta, tal y como él quiere y los tendidos esperaban. El toro no quería, huyendo al salir del muletazo. No pudo ser. A esperar al último de la tarde.

Llegó ese triunfo en una faena de la que los públicos esperan de este torero. Para empezar, largas, sentidas, despaciosas y muy toreras verónicas de las que no se ven todos los días. La media de remate, ahí quedó grabada. Tiempo hacía que no se veía lancear de esa forma. La plaza ya empezaba a sentir ese algo que huele a importante. Brindó el toro a Ferrera y comenzó la faena casi cerrado en tablas, con unas formas fuera de lo común. Tandas de muletazos sobre las dos manos como sin darlo importancia. ¡Y vaya si la tenía!. Cara de felicidad la del torero y la del público. No se puede torear más despacio y con tanto sentimiento como ayer lo hizo en Palencia esta nueva figura a la que ahora mismo quieren ver por sus plazas todo buen aficionado.

Alguien dice, y es verdad, que Aguado es imprescindible en cualquier abono. Su toreo despacioso, templado, con los pies clavados dando vida a esa faena que hemos disfrutado, realizada con sentimiento y con la verdad del bien torear. Dos orejas, puerta grande y a recordar el difícil buen toreo de Pablo Aguado.