Los datos de siniestralidad laboral durante los siete primeros meses del año arrojan cifras ligeramente inferiores a las del pasado año, si bien el número de personas fallecidas mientras se encontraban en su puesto de trabajo se mantiene invariable con respecto al mismo periodo de 2018, con una víctima mortal.
De los datos que maneja la Junta de Castilla y León relativos a los siniestros en el trabajo, cabe destacar que el 60,6 por ciento de ellos no han requerido la baja laboral del trabajador, es decir, de los 3.062 accidentes contabilizados, 1.857 no necesitaron de baja. Este porcentaje está ligeramente por debajo de los datos del mismo periodo del pasado año, puesto que entre enero y julio de 2018 se registraron 3.128 accidentes de los que 1.921 fueron sin baja, o lo que es lo mismo el 61,4 por ciento.
Poniendo el foco de atención en los accidentes graves registrados en los siete primeros meses del año la cifra es idéntica a la del mismo periodo del año anterior. En ambos casos se contabilizaron 14, pero con alguna diferencia en la tipología del accidente;en este año tres tuvieron lugar mientras el accidentado se desplazaba a su centro de trabajo, mientras que el año pasado solo se registró un accidente in itinere grave con baja.
Es en los accidentes leves donde se aprecia un aumento con respecto al pasado año. En 2019 se han contabilizado 1.101 mientras que en 2018 la cifra fue de 1.082.
Todo lo contrario ocurre con los accidentes in itinere con baja, que han descendido en 19, dejando la cifra total en 92; 89 de ellos leves y tres graves.
En lo relativo a las enfermedades laborales registradas en los siete primeros meses del año, han crecido un 23,2 por ciento con respecto al mismo periodo de 2018 hasta alcanzar las 56. Casi dos terceras partes, es decir, 34, no necesitaron de baja medica laboral, mientras que en 22 casos la situación del trabajador obligó a suspender temporalmente la prestación de sus servicios a la empresa.
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