El presidente de las Cortes, Luis Fuentes, la presidenta de la Fundación Miguel Delibes y el ilustrador vallisoletano Jesús Aguado presentaron hoy en el parlamento regional la reedición de ‘Mi primer Delibes’, una adaptación para niños de ‘El camino’, de Miguel Delibes, que ahora la Fundación de Castilla y León ha recuperado gracias a la colaboración de la editorial Planeta. Una reimpresión de 2.000 ejemplares, que se distribuirán entre los escolares y otros colectivos que en adelante visiten el parlamento autonómico, permitirá rendir tributo a “uno de los escritores de Castilla y León más universales”, difundiendo su legado “entre los más jóvenes”.
Fuentes reconoció que “hoy es un día muy especial y muy emotivo” para cuantos forman parte de las Cortes de Castilla y León. “La Fundación de Castilla y León tiene entre sus fines la promoción de la educación, el talento y la creatividad, del inmenso patrimonio inmaterial que tenemos en la Comunidad, y este libro cumple con creces con todas estas funciones”, detalló en declaraciones recogidas por Ical.
Con la reedición de ‘Mi primer Delibes’ han querido, apuntó, aportar su “pequeño granito de arena” a la “sucesión infinita de merecidísimos homenajes que está recibiendo Delibes en toda la geografía española y mundial” con motivo del centenario de su nacimiento, un autor del que aseguró que su obra “está hoy más viva que nunca, resistiendo a los avatares de unos tiempos como los actuales”.
El volumen, que calificó como “una auténtica joya”, vio la luz por primera vez en 2011 dentro de una colección del sello Lunwerg con las obras más emblemáticas de autores de Castilla y León como Antonio Machado, Unamuno, Jorge Manrique, Santa Teresa o León Felipe. Con un texto adaptado a cargo de Mariano Veloy, e ilustraciones de Jesús Aguado, el libro “descubre a los más pequeños la vida de los vecinos de una pequeña aldea de Castilla, a través de la mirada de un niño de 11 años que se ve obligado a abandonar el pueblo para ir a la ciudad”.
Para Fuentes, ‘El camino’ es “una extraordinaria novela donde el entorno natural juega un papel decisivo”, hasta convertir el relato en “un elogio de la vida en contacto con la naturaleza”. En su opinión, ‘Mi primer Delibes’ es “un perfecto libro de cabecera para esas edades tempranas en las que todo está por descubrir” y para que “las nuevas generaciones se forjen en valores que abanderó Delibes como la libertad, justicia social, solidaridad, respeto a la naturaleza y respeto al medio ambiente”.
Por su parte, Elisa Delibes explicó que la Agencia Literaria Carmen Balcells, que es quien gestiona el legado narrativo de Delibes, lleva años sin permitir que se realice ninguna adaptación de las novelas de su padre, “porque le parecen mutilaciones”. Sin embargo, defendió ‘Mi primer Delibes’ como “una adaptación perfecta para niños” de la que es “una obra emblemática”, porque “las ilustraciones y el texto conservan la poesía y la esencia de ese libro maravilloso”.
Tras agradecer que esta reedición haya podido ver la luz, la presidenta de la Fundación Miguel Delibes señaló que tanto el adaptador como el ilustrador “leyeron muy bien” la obra original antes de emprender su tarea. “Es un libro que se ha leído tanto en las escuelas y colegios que son muchísimos los profesores y maestros que han intentado adaptarlo para niños a partir de 8 años, porque a día de hoy aún son muy pequeños para leer ‘El camino’. La virtud de esta adaptación es que no entresaca párrafos de la obra original, sino que son 13 textos que te explican mu bien la esencia de ‘El camino’, recordando las principales aventuras que allí se narran. No han pretendido imitar el estilo de Delibes sino un poco el espíritu”, aplaudió.
Por su parte, Jesús Aguado aseguró que para él fue “todo un reto y un honor” recibir el encargo de ilustrar ‘Mi primer Delibes’, una novela que en su caso personal le hacía “viajar” a los pasajes de su infancia en Laguna de Duero, “que entonces era mucho menos ciudad dormitorio que ahora, y la naturaleza siempre estuvo muy presente”.
En su opinión, ‘El camino’ “es un libro que despierta en nosotros ese niño interior que todos tenemos. Esta adaptación la hice hace casi diez años, y el gran reto era mantener esa atmósfera rural y a la vez crear unos personeros que fueran atractivos para los niños, que hicieran de puente entre lo clásico y lo moderno. Cree un estilo no muy encorsetado con la realidad, que tuviera cierta libertad en la expresión del movimiento y de los colores”. Para Aguado, “la ilustración es un vehículo fantástico para acercar a los más jóvenes a obras maestras como esta”.