«No hay nada más soso que un mago aburrido»

A. Benito
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Nació en Barcelona, pero pasó la infancia y parte de la juventud en Venta de Baños, localidad a la que regresa siempre que puede. El ilusionista y presentador Miguel de Lucas se confiesa un «enamorado» de Palencia, especialmente del Cerrato

«No hay nada más soso que un mago aburrido» - Foto: Ruben Vela

Miguel de Lucas se define como un apasionado de la magia, el humor y la comunicación. Presentador, ilusionista y conferenciante, comenzó a trabajar de manera profesional en el año 2000 y, desde entonces, ha participado en festivales nacionales e internacionales. Presenta los programas Un país mágico, de La 2 de TVE, Telares, en Internet y gracias al Patronato Provincial de Turismo de la Diputación de Zamora; y Contigo, pan y magia, en La 7 de Castilla y León Televisión. Aunque nacido en Barcelona, se considera venteño, puesto que fue en la localidad palentina donde creció.

Probablemente mucha gente desconozca su relación con la provincia. Explíquenos qué le trajo hasta aquí y cuál es su vínculo con Venta de Baños a día de hoy

Mi vínculo es uno de los que no se olvidan jamás: el emocional. Como bien dices, nací en Barcelona, y luego circunstancias de la vida llevaron a mi padre, que se dedicaba a la enseñanza, a pedir su traslado a un lugar cercano a Zamora, que era su destino final. Le dieron a elegir varios sitios y uno de ellos fue Venta de Baños. Llegamos para estar un par de años y, al final, de lo a gusto que estábamos, nos quedamos veinte. Yo siempre digo que es mi pueblo. Allí estudié hasta 8º de EGB y el instituto y la selectividad los hice en Palencia capital. Esos años tan maravillosos que todos recordamos siempre y que nos definen como adultos, estuvieron en mi caso vinculados a Venta de Baños.

«No hay nada más soso que un mago aburrido» «No hay nada más soso que un mago aburrido» Aparte de eso, soy un gran amante de la provincia de Palencia, de Tierra de Campos y, sobre todo, del Cerrato Palentino. Siempre que puedo me escapo con la bici para hacer la ruta Venta de Baños, Dueñas, Tariego, Cevico, Hontoria. Cuando algún viaje de vuelta, en primavera o en verano, me pilla a eso de las 8 de la tarde por la zona, me suelo parar en un campo amarillo, me viene genial esa conexión con la tierra.  

Como enamorado de Palencia, será usted un buen embajador de este territorio

Cuando me preguntan que de dónde soy me sabe mal contestar que de Zamora, porque digo, ¿qué pensarán mis amigos palentinos? Y si respondo que de Palencia, ¿qué dirán mis amigos zamoranos? Así que siempre digo que soy de Castilla y León y tengo una vinculación muy especial a tres provincias: Palencia, por todo lo que he contado; Zamora, porque aquí creé mi familia; y Salamanca, porque allí viví mi época loca de estudiante. 

«No hay nada más soso que un mago aburrido» «No hay nada más soso que un mago aburrido» - Foto: Ruben VelaPor su vinculación con esta región sabrá bien lo que es la despoblación. ¿Cree que, de alguna forma, su popularidad puede ser una aliada a la hora de dar más visibilidad a la España Vaciada?

Echo mucho de menos cuando mi padre me llamaba desde la ventana para cenar. Parece que eso, hoy en día, ha caído en el olvido. En Madrid me encuentro con una gran cantidad de gente talentosa que procede de Castilla y León. Desgraciadamente, la historia de estas personas, casi siempre es la misma: alguien sobradamente preparado, con ganas y con ilusión tiene que emigrar de su tierra por falta de oportunidades. También hay quienes no supieron crear esas oportunidades, no le vamos a echar toda la culpa a la tierra, pero lo que sí que es cierto es que la fuga de talentos en los pueblecitos y pequeñas ciudades hace mucho daño. 

Ojalá mi figura y mi popularidad sirvieran, de alguna manera, para frenar este fenómeno, pero creo que para lo único que pueden servir es para dar visibilidad. La despoblación es un problema político. También considero que tenemos que creer en nosotros mismos. Es muy curioso porque cuando vamos con el programa de TVE a algunos sitios la gente nos dice que allí no hay nada. Luego, cuando ven el programa en la tele, muchos se sorprenden, y eso que los capítulos los preparan redactores, guionistas, directores y productores de Madrid que lo único que hacen es documentarse y localizar. Es un ejemplo muy visual y muy gráfico para poner de manifiesto que nosotros mismos deberíamos ser los primeros en creérnoslo. 

Yo soy un enamorado de Palencia, de su románico, del Cerrato o de lo cerca que está del mar. Me parece que es una provincia para explotar y para disfrutar. Hace poco estuve en Aguilar de Campoo grabando con este programa que hago en La 7 y es que es maravilloso. 

En alguna ocasión ha confesado que fue en Venta de Baños donde descubrió su pasión por la magia. Háblenos de esos inicios

En Venta de Baños tuve mi primer contacto con los campamentos y las colonias infantiles y juveniles, a los que iba como un animador más. Siempre me ha gustado entretener a la gente y lo hacía con pequeños malabares, con juegos, con canciones... Todo eso fue evolucionando hasta que descubrí la magia, aunque ya de pequeño me gustaba ver a Pepe Carrol, un mago ya fallecido que salía en televisión de manera muy habitual. Lo tenía todo grabado en VHS, me encantaba su forma de comunicar y el humor que imprimía a las presentaciones. 

Aquello fue generando un poso, pero siempre tuve muy claro que primero necesitaba estudiar y, de hecho, mis padres se encargaron de ello, especialmente mi padre, que dedicó una parte de su vida a la docencia y otra a la política municipal y provincial. Por eso, mi primera carrera fue Magisterio. Ahí ya compaginaba con la magia, pero de manera profesional no empecé hasta que terminé los estudios. 

Estudió en la escuela de magia de Juan Tamariz. Después continuó su formación de manera autodidacta siguiendo a grandes magos como René Lavand y Arturo de Ascanio. Como ellos, concibe la magia como una fórmula que vincula la técnica y la presentación, ¿no es así?

Para mí no hay nada más soso que un mago aburrido, un guitarrista aburrido o un cuentacuentos aburrido. La magia tiene un componente muy especial que la eleva a la categoría de arte: el componente secreto, la curiosidad, eso que vosotros no vais a descubrir si el mago ejecuta bien la técnica. Pero todo lo que rodea a esa técnica, lo que llamamos presentación, también es muy importante. Es ahí donde intento investigar para encontrar mi valor añadido, en esa parte de la magia que me vincula emocionalmente al espectador. 

Ha sido el primer ilusionista de España en fusionar la magia, la inteligencia emocional y la motivación del ámbito empresarial. De hecho, Thinking Heads le colocó en el top 100 de la prestigiosa lista de conferenciantes del año y algunos le definen como el primer mago de las emociones. ¿Podría hablar sobre esa faceta suya?

Siempre he creído que la parte más importante de las empresas son las personas y, dentro de ellas, hay una parte, la emocional, a la que no se le dedica todo el cariño que se merece. En un momento dado me di cuenta de que la magia tenía este gran componente emocional que podía unir personas y, a partir de ahí, comencé a trabajar en cómo aplicar lo que hago en un escenario a la empresa. Tuve la gran suerte de presentar este proyecto en diferentes contextos y ámbitos, lo que me llevó a entrar en ese ranking de ponentes, donde soy uno de los pocos que utiliza la magia con este objetivo.

La verdad es que funciona muy bien. Lo que trato es de hablar con las personas que dirigen y trabajan en las empresas para demostrarles lo importante que es la gestión de las emociones y creer en uno mismo. Para eso, les doy algunos tips. Por ejemplo, cuando la inteligencia está alta, la emoción está baja, y eso mismo es lo que los magos utilizamos en nuestros espectáculos. Antes hemos definido la magia como la técnica más la presentación, si yo la técnica la ejecuto cuando la mente racional del espectador está muy alta y su emoción está muy baja, me van a pillar seguro. En cambio, si genero una atmósfera mágica, donde hablo de sentimientos y tengo a toda la gente conectada, puedo coger una moneda y esconderla en mi bolso que nadie se va a enterar. 

Cuando pronuncio este tipo de conferencias, me siento realmente bien al bajar del escenario, porque la sensación que tengo es que me están pagando por algo que puede ayudar a las personas a conseguir sus metas. 

La ilusión, imprescindible en la magia, es también lo que mueve el mundo

Claro. El otro día daba una conferencia para emprendedores vinculada a la Universidad de Valladolid y hablábamos precisamente de eso, de por qué un mago podía compartir con ellos algunas cosas, y salió este concepto. La ilusión es algo difícil de definir, pero todos sabemos lo que es. Todos sabemos, también, lo imparables que somos cuando sentimos ilusión, y no hay nada más ilusionante que creer en tu proyecto y sacarlo adelante, sea lo que sea, desde acabar una colección de pequeñas locomotoras, hasta conseguir un doctorado o tener familia numerosa. Yo me di cuenta hace no mucho de esto, pero no sabes la ventaja con la que jugamos las personas que vivimos con ilusión, es un motor fundamental de la vida en todos los sentidos.

Dice que se dio cuenta hace no mucho de todo esto. Como escritor ha publicado Hay un mago en ti, donde se desnuda completamente hablando de cómo a través del pensamiento mágico podemos conseguir todos nuestros objetivos. El libro aborda una parte complicada de su vida que consiguió superar encontrando una ilusión y habla abiertamente de la salud mental 

La salud mental y la salud física determinan y condicionan. Yo siempre hablo de que hay tres cuerpos, el físico, el psíquico y el emocional, y los tres están relacionados. Cuando publiqué el libro lo hice con varios objetivos. Uno muy personal, que no es otro que poner punto final a mi proceso terapéutico, y el más importante: desmitificar el hecho de acudir a un psicólogo o a un psiquiatra. 

Es muy curioso, pero hay gente que cuando lee el libro se extraña de que «alguien como yo» haya pasado por eso. Yo también me extraño y, cuando puedo, pregunto a qué se refieren con «alguien como yo». Salir por la tele es mi trabajo, alegre y contento no estoy siempre, pero tampoco hace falta haber vivido un trauma súper severo y profundo para padecer ansiedad o depresión. En mi caso, llegó un momento de mi vida que  con tantas actuaciones y responsabilidades empecé a sentir emociones muy grandes que no supe gestionar. Nadie me enseñó a hacerlo ni en el colegio ni en el instituto y aquí va también una pequeña crítica al sistema educativo. 

Hace algún tiempo un chico me dijo que después de leer el libro había sido capaz de ir al psicólogo, algo a lo que no se había atrevido nunca, y a los meses me volvió a escribir para decirme que se encontraba mucho mejor. Se me pone todavía la piel de gallina al contarlo. El caso es que si te encuentras con un amigo que lleva una escayola en el pie, no pasa nada, pero si te dice que viene del psicólogo, a día de hoy, aún nos salta una alarma y pensamos: ¿Estará loco? Benditos sean los psicólogos y psiquiatras, no solo los privados, sino también los públicos y el sistema sanitario español que nos permite ir a un médico de cabecera y que nos derive a un psicólogo.

La actual crisis no solo está afectando a la salud de la sociedad desde el punto de vista físico. Se habla ya de esa cuarta ola relacionada con la salud mental. ¿Cuál cree usted que debe ser la actitud para enfrentar esta situación?

No soy de dar consejos, pero trabajo mucho con lo que yo llamo preguntas potentes. En este caso, la pregunta potente y poderosa que me hago es: ¿Qué puedo aprender de esto? Sabiendo diferenciar, eso sí, no quiero que nadie que lea esta entrevista se piense que soy un gurú de la felicidad al que le va genial y por eso dice que hay que ser positivo. Tengo una visión muy realista de los problemas porque los he padecido. He leído mil libros de desarrollo personal, algunos me han ayudado y otros parecía que se reían de mí. 

Volviendo a la pregunta, si a alguien le sirve, yo he aprendido a valorar mucho más el contacto con mi familia y las pequeñas cosas que ahora ya no podemos -o no deberíamos- hacer, como es juntarnos con amigos o abrazarnos. Siempre, como digo, desde el más absoluto respeto porque hay gente que lo ha pasado muy mal por la enfermedad. 

Por otro lado, estoy haciendo todo lo posible para que mis hijos de la pandemia obtengan el aprendizaje de la higiene, pero no quiero que tengan recuerdos negativos que enturbien su futuro. Por eso seguimos haciendo excursiones, seguimos yendo al Cerrato Palentino, pero en vez de ir con amigos, nos vamos nosotros solos con la furgoneta y comemos en ella en lugar de en un restaurante. 

También ha sido pionero en llevar el ilusionismo a la cooperación

La magia, como decía al principio, tiene un componente de curiosidad, de misterio y de intriga que llama la atención de diferentes colectivos. Es eso, exactamente, lo que se puede aprovechar para dotar a los educadores y docentes de una herramienta tan poderosa como es la magia para gestionar emociones y para mejorar la comunicación y autoestima. 

Tuve la oportunidad de viajar a Bolivia con el obispo emérito de Palencia, Nicolás Castellanos. Estuve trabajando con él en Santa Cruz de la Sierra y yo utilizaba los recursos procedentes del mundo de la magia para captar la atención de los muchachos de la calle. Cuando entro a través de alguna plataforma como Zoom o Teams a la clase de mi hijo, porque les hago magia de vez en cuando, veo la conexión en sus ojos. Eso muy pocas artes lo consiguen. 

Como presentador, en el programa En un país mágico recorre las provincias españolas para sorprender a sus habitantes con diferentes trucos. A cambio, algunas celebridades le enseñan sus rincones favoritos y los secretos de cada uno de los lugares que visita. Hasta el momento se han emitido cinco temporadas. ¿Habrá una sexta?

Sí, empezamos a grabar ahora la sexta temporada. Excepto Saber y Ganar, no hay demasiados antecedentes de programas culturales que se hayan mantenido tanto tiempo en antena. El éxito del programa, aparte de la audiencia que acompaña, es que tenemos un país mágico. Vayas donde vayas, comes bien, ves monumentos y te encuentras con el mayor de nuestros patrimonios: las personas. El 10 de mayo acabo de grabar Contigo pan y magia, de Castilla y León TV, y me incorporo a la plantilla de TVE para irme de gira y grabar esa sexta temporada. 

Contigo pan y magia combina magia y gastronomía. En un momento especialmente delicado para la hostelería, la segunda temporada de esta propuesta arrancó hace solo unos días

El programa se emite los jueves, en La 7, a las 22,30 horas, y en él voy descubriendo el secreto de la buena gastronomía de Castilla y León, que no es otro que la calidad de nuestros hosteleros, de los productos con los que trabajan, y la pasión e ilusión que le ponen. Nos estamos encontrando con un gremio maravilloso de gente implicada y trabajadora. Con este programa, sobre todo, he aprendido a ver lo que hay detrás de un plato como la menestra palentina. Además, me pagan por comer y hacer magia. ¿Qué más puedo pedir? (ríe).

¿En qué otros proyectos está trabajando o le gustaría sacar adelante próximamente?

El próximo jueves voy a presentar mi Trabajo Fin de Máster en un evento muy chulo que se hace desde la Universidad Isabel I de Burgos. Se trata de una conferencia que hemos llamado Felicidad con ciencia y que intenta sentar las bases de este concepto tan maravilloso como es la felicidad, pero siempre apoyado en la ciencia, para que no nos engañen, para tener información rigurosa y estudios que avalen las actitudes que podemos implementar en nuestra vida para sentirnos un poco mejor y estar a gusto cada día. 

Para finalizar, si tuviera una varita mágica, ¿qué gran truco le gustaría realizar?

Te iba a decir que ojalá no hubiera pasado todo esto, pero como ha pasado, me gustaría que la sociedad obtuviera los aprendizajes suficientes para que no vuelva a suceder. Uno de ellos es apoyar la ciencia. No creo que un científico tenga que hacerse millonario, pero tiene que ganar lo suficiente como para no tener que irse a otros lugares. 

No sé si te has fijado, pero cada vez que conectan con profesionales relacionados con el mundo de la inmunología a nivel mundial, muchos son españoles, pero están en EEUU, en Australia o en Canadá. Así que mi varita mágica va para la ciencia, para que tengamos en España unos científicos que puedan desarrollar vacunas por si alguna vez vuelve a pasar algo parecido.