«La situación no va a mejorar hasta que no haya seguridad»

A. Benito
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Entre julio y agosto de 2019, los albergues del Camino de Santiago a su paso por Palencia registraron unos 30.000 peregrinos. Este año, la cifra ronda los 2.000, un «desastre» que se ha visto amortiguado por el interés turístico que despierta la ruta

«La situación no va a mejorar hasta que no haya seguridad» - Foto: Óscar Navarro

Más de la mitad de los peregrinos que realizan el tramo palentino del Camino de Santiago son extranjeros. De ahí que la ruta se haya visto especialmente afectada este año por la crisis del coronavirus. Diario Palentino analiza la situación junto a Ángel Luis Barreda. 

A principios de verano vaticinaba usted que 2020 iba a ser un año perdido para el Camino. ¿Mantiene esta afirmación?

Corroboro lo que decía entonces. No tengo bola de cristal, pero es verdad que se preveía un año francamente malo. Sin embargo, hay dos aspectos en el Camino de Santiago: el turístico y el de los peregrinos. El primero ha aguantado mejor porque esa tendencia de la gente de ir a los pueblos este verano también se ha notado en el Camino. Por ejemplo, los datos de la oficina de atención a turistas y peregrinos de San Zoilo desvelan que, si hubieran venido las excursiones de otros años, nos estaríamos moviendo en cifras muy similares. Luego, turísticamente hablando ha mantenido un cierto éxito. No hemos mejorado los datos, pero tampoco han sido tan terribles como pensábamos. 

«La situación no va a mejorar hasta que no haya seguridad»«La situación no va a mejorar hasta que no haya seguridad» - Foto: Óscar NavarroEn lo que respecta a peregrinos, en 2019 pasaron por esta zona unas 30.000 personas, dentro de las más de 50.000 anuales. Este año, según los datos recogidos por los albergues, en julio y agosto no han pasado más que 2.000 peregrinos.

Así pues, esta crisis ha tenido que afectar mucho al Camino de Santiago a su paso por Palencia, sobre todo teniendo en cuenta que, según los datos de los últimos años, los peregrinos extranjeros superan a los españoles

Es un desastre total, aunque era previsible, porque esta es una zona de peregrinos extranjeros; de hecho, más de la mitad procede de fuera. Sin embargo, este año no sé si habrá pasado un centenar entre julio y agosto. Es una pena, porque ese tipo de peregrinos le otorgan una gran popularidad al Camino. Hay que tener en cuenta que detrás de un peregrino hay un turista en potencia. Por eso es tan importante dar una buena atención. Últimamente estaban en ascenso los peregrinos estadounidenses y este año creo que no he atendido a ninguno. Así que no solo hemos perdido los peregrinos tradicionales, sino esos nuevos peregrinos que aparecen de otros países que no eran habituales. 

«La situación no va a mejorar hasta que no haya seguridad»«La situación no va a mejorar hasta que no haya seguridad»¿Qué otros perfiles se han podido ver este verano en el Camino?

Hay una cosa curiosa, y es que se han visto más peregrinos en bicicleta. Hubo unos años en el Camino, en torno al 93, que se puso muy de moda la bicicleta. Después eso fue bajando paulatinamente y, este año, el porcentaje ha aumentado con respecto a quienes han completado la ruta a pie. No sé si es porque van más rápido, pero el peregrino de bicicleta ha aguantado mejor. 

¿Qué previsiones maneja para el próximo año?

Con vistas al año que viene, hay que ponerse las pilas, aunque mi opinión es que hasta que no desaparezca el virus, el Camino no va a dejar de tener grandes dificultades. La verdad es que no tengo muchas esperanzas de que la situación vaya a mejorar, pese a que en esta zona se iba a dar algo interesante: Las Edades del Hombre. Habrá que ver qué pasa con el evento, hay quien habla de prolongarlas, pero eso es muy complicado. También hay que tener en cuenta que la exposición del año que viene se propone en tres lugares distintos, con el objetivo de alargar las pernoctaciones, pero no sé si esa estrategia va a funcionar. Además, en Palencia somos un desastre en pernoctaciones, a pesar de que tenemos material y motivos suficientes para pasar un fin de semana entero. Los turistas pasan por aquí raudos y veloces. 

Por tanto, toca mirar hacia 2021 pensando que la situación va a seguir siendo comprometida, pero con la ventaja de que no será algo inesperado. ¿Qué alternativas se plantean desde las asociaciones? ¿Cómo se podría amortiguar el descenso en el número de peregrinos?

En las asociaciones pensamos que mientras no haya una cierta seguridad en el Camino, no vamos a arreglarlo. Un caso paradigmático: Burgos, que tiene una maravillosa atención a peregrinos, ha cerrado su albergue. No te digo nada los pueblos de la provincia. En Carrión, a mediados de julio, abrieron dos de los cinco albergues que hay habitualmente; ahora solo permanece abierto uno, y la verdad es que es suficiente para lo que hay. Muchos de los que abren sus puertas, no por razones económicas, sino por atender al peregrino, también han cerrado. 

¿Qué es lo que podemos pensar de cara al futuro? En primer lugar, que, por muy bien atendidos que estén o por muchas medidas de seguridad que se tomen, no es fácil promocionar los albergues mientras este sea un problema sanitario. Esto no son hoteles, y por mucho que se desinfecten, hay que quedarse a la mitad de la capacidad. Es decir, las propias instalaciones se quedan reducidas ante las necesidades de tipo sanitario, por tanto, por muy bien que se de el año que viene, va a haber una baja sustancial en el número de peregrinos y en la atención de los albergues. 

En resumen, las asociaciones vemos muy difícil mantener las instalaciones, a pesar de que la popularidad del Camino en los últimos años ha ido in crescendo. 

No cabe duda de que el apoyo va a ser imprescindible

Por supuesto. Se va a necesitar, no solo buena voluntad, sino también cierta atención y acelerar el tema de la promoción. El Camino de Santiago en Palencia no está lo suficientemente promocionado con foros que son interesantes. 

Por ejemplo, habrá que pensar en que hay que revitalizar la parte de los extranjeros. Alguien tiene que vender Palencia en el Camino con vistas a los extranjeros, porque ahí es donde hemos perdido mucho. El Camino en Palencia es la única ruta que hay con continuidad, que tiene ida y vuelta en el aspecto turístico. Por eso creo que va a haber que hacer un esfuerzo importante, de las propias asociaciones, lo reconozco, pero también de otras instituciones que se han visto beneficiadas por nuestra labor. Estas últimas van a tener que agudizar el ingenio para recuperar el sector de los extranjeros y también el de los españoles. ¿Cómo? Mediante campañas publicitarias bien hechas, bien dirigidas y sabiendo muy bien dónde pegamos los tiros. Hay que estudiar muy bien esa recuperación, sobre todo en Palencia, donde se podría haber promocionado mucho más el Camino.

En su opinión, ¿qué se podría haber hecho mejor o hacia dónde cree que se deberían dirgir los esfuezos en un futuro?

El Camino entre Burgos y León ha tenido siempre un problema: la «mala» fama de ser un tramo duro. Yo creo que se ha puesto demasiado el acento en esa dureza. Es verdad que el Camino Castellano no es fácil, es más agradable andar por montes y veredas que por esta planicie. Sin embargo, tenemos que quitarnos ese sambenito. En este sentido, hay un dato que está claro: los peregrinos que pasan por Burgos, son los mismos que pasan por Palencia y los mismos que llegan a León, y todos ellos reconocen que si no habrían hecho este tramo, les hubiera faltado algo. Ese es el mensaje que hay que transmitir.

Ver morir el sol en la planicie castellana es un espectáculo de luz impresionante. Y eso hay que decirlo. Y también hay que decir que este tramo, si no se puede hacer de día, se hace de noche. Hay peregrinos que lo saben bien y el recorrido entre Carrión de los Condes y Calzadilla de la Cueza a través de una calzada romana lo hacen a la luz de las estrellas. Ver la vía láctea a la perfección porque no hay contaminación lumínica es otro espectáculo. 

¿Cree usted que es eso lo que más valoran los peregrinos que deciden hacer este tramo del Camino? ¿Qué otras opiniones le llegan?

Yo creo que los peregrinos ven en este tramo del camino un contrapunto a lo que es tradicional. Eso tiene una cara positiva y otra negativa, pero como te decía, todos los que lo hacen reconocen que, en caso de no haberlo hecho, les hubiera faltado algo. Vender eso es fundamental.

Y de la gastronomía palentina, ¿qué opinan?

La verdad es que hay tan buena gastronomía a lo largo de todo el Camino, que no destaca más la nuestra. Además, hay que tener en cuenta que muchos peregrinos son parcos en el comer, aunque sí que hay quienes aprovechan para degustar un buen lechazo, pero eso es más típico de quienes se acercan hasta el Camino de modo más turístico.  En cualquier caso, hay que reconocer que las piedras son muy duras, por eso, hay que potenciar este aspecto. Por cierto, yo me he prometido hacer el Camino, en coche, en torno a la gastronomía.

No cabe duda de que el Camino de Santiago aporta  mucho a los peregrinos que lo recorren, pero, ¿qué ocurre en la dirección contraria? Dicho de otro modo, ¿qué aporta esta ruta ancestral a los pueblos por los que pasa?

Si a Carrión le quitas los peregrinos, tendrían que cerrar la mitad de los establecimientos. Muchos pueblos se han mantenido gracias al Camino, cuyo boom ha dado como resultado la aparición de numerosos negocios. El Camino les ha dado vida. De hecho, si este desastre se prolongara mucho en el tiempo, el tema se complicaría en numerosas localidades que le deben mucho al Camino

Hoy en día, ¿cuáles son los principales motivos que animan a la gente a realizar el Camino de Santiago?

Todos los años, nuestro centro de estudios realiza una encuesta en torno a los motivos que animan a los peregrinos a completar la ruta hasta Santiago de Compostela. Algunos lo hacen por religiosidad, aunque yo hablaría más de espiritualidad.

No obstante, creo que ahora mismo la razón que se impone sobre todas las demás es aquella que tiene que ver con el deseo de compartir un espacio de amistad. Fíjate que, a veces, hay quienes pasan de largo por pueblos como Villasirga, lamentablemente.  Es decir, el arte y la historia del Camino no es lo más importante para algunos peregrinos. 

También hay mucha gente que tiene muy en cuenta el paisaje y el paisanaje. ¿Por qué? Porque el paisaje es distinto y variado a lo largo de todo el Camino, desde Navarra hasta Galicia, pasando por La Rioja y Castilla y León. 

Hay un refrán que dice que todos los caminos llevan a Roma. En los últimos años han surgido o se han revitalizado trayectos alternativos a los que tradicionalmente conducían a Sanitago. ¿Qué opina de este tema?

Hay caminos que, no se puede negar, son históricos. En el caso del Camino Francés, es el singular. Es verdad que todos los caminos llevan a Roma, pero nunca se dijo que todos los caminos llevaran a Santiago. 

Por otro lado, no es lo mismo el Camino del Norte, que ha desaparecido, lamentablemente, por el tema del desarrollo, sobre todo en el País Vasco y Asturias, que otros caminos que no dejan de ser un invento muy moderno al pairo de aquello en lo que se ha convertido el Camino Francés. Ahora todos los ayuntamientos quieren hacer pasar un camino por su pueblo. Yo siempre recordaré el Camino de Madrid, un invento que se hizo en un congreso que hubo en Carrión hace 20 años. 

Sin negar que hay caminos históricos que se pueden haber revitalizado, yo creo que el camino tradicional es el Francés y el del norte. En el resto hay mucho de desarrollo económico, a veces, mal entendido. En definitiva, el Camino se ha usado y se ha abusado de su nombre con criterios que no siempre son dignos de alabanza. Hay mucho fraude.

Hace dos años fue usted elegido representante de la Comisión de lod Caminos de Santiago de la Junta. Explíquenos ¿cuál es su función en este organismo?

Ninguna. Hay que decirlo así de claro. En la época del anterior presidente este organismo funcionó porque Juan Vicente Herrera era muy jacobeo. De hecho, a él se debió el hacer la Comisión de los Caminos, que estuvo funcionando durante los primeros años muy bien. Últimamente, ni siquiera se ha convocado. Con lo cual, lo que era una buena idea, que era un foro no profesional, pero sí de conocimiento del Camino, donde estábamos una serie de gentes que podríamos aportar, no funciona. 

A este presidente nuevo le tendrán que decir lo que es el Camino, porque yo creo que todavía no se ha enterado ni de que existe una comisión. Esto se empezó a perder cuando desapareció la figura del comisario del Camino, así como su correspondiente oficina, y se hizo cargo del tema el director general de Patrimonio, que bastante tenía con lo suyo. En Castilla y León se necesita revitalizar el Camino, pero también poner de nuevo en marcha un departamento que ya existía y que hubiese funcionado muy bien, pero que en los últimos años ha decaído. 

Para finalizar, ¿cuáles son los retos para los próximos años?

Como decía antes, tenemos que impulsar una publicidad bien dirigida y bien planificada para recuperar a los peregrinos y a los turistas de fuera de nuestras fronteras. El Camino, que fue declarado primer itinerario cultural a nivel europeo, tiene que recuperar a los extranjeros. Hay que mirar hacia fuera y seguir potenciándolo después de este paréntesis. 

También hay que significar y mejorar la fama del Camino en esta zona castellana, diciéndoles a los peregrinos que, junto a las dificultades que tienen estas tierras, también hay otros valores como las estrellas y el cielo. 

Y, por supuesto, hay que hacer el Camino agradable. Yo no digo que se ponga un árbol cada tres metros, pero sí se necesita reforestar, en general Castilla, pero en particular el Camino. Ya se ha hecho en algunos sitios. Por último, hay que recuperar las fuentes, aunque luego haya que vigilarlas. El agua y el verde son dos cosas muy importantes en el Camino.