El reclamo de Palencia

Víctor Amor/ ICAL
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Las villas romanas de la provincia se han convertido en recursos turísticos y culturales, como la Tejada, ejemplo de arquitectura

El reclamo de Palencia - Foto: Enrique Caña

El libro de historia de Palencia tiene en las villas romanas uno de sus principales aliados, bien sea como elemento de investigación o como recurso turístico-cultural más importantes. Precisamente, la villa de la Olmeda se ha convertido en el gran reclamo del turismo en la provincia por el valor artístico de su arte musivárico que ha obnubilado a medio mundo con su calidad y estado de conservación. Junto a ella, la conocida por muchos, como ‘hermana pequeña’, la villa romana de La Tejada, ubicada en la pequeña localidad de Quintanilla de la Cueza.

Precisamente, esta última está comenzando a conocerse entre los amantes del turismo cultural ya que, para los expertos supone un ejemplo constructivo por su modelo de calefacción ‘hypocaustrum’. De hecho, cada vez son más los estudiantes de arquitectura los que visitan este yacimiento, propiedad de la Diputación de Palencia, para conocer diferentes elementos y sistemas de los que es ejemplo.

Por otro lado, sus mosaicos son también otro de los principales valores de los que dispone este yacimiento palentino, que también permite a los visitantes apreciar cómo era la vida en una villa romana en la que estas construcciones estaban decoradas absolutamente, con mosaicos que tienen todo lujo de detalles y que se erigen un ejemplo de la vida rural en el Imperio.

El yacimiento arqueológico de La Tejada, en Quintanilla de la Cueza, fue descubierto a raíz de la villa romana La Olmeda, en Pedrosa de la Vega. Hallazgo que sacó a la luz esta villa de los siglos I-IV. Según el descubridor de La Olmeda, Javier Cortes, fue en las fiestas patronales de Quintanilla de la Cueza de 1969 cuando el predicador hizo una alusión a la recién descubierta villa romana y un vecino del pueblo recibió la noticia con curiosidad y se fue a ver el yacimiento.

En ese momento, al ver las teselas de los mosaicos, recordó que en una tierra de su propiedad encontró piezas semejantes. Esta curiosidad le llevó a sondear su tierra con una azada y una pala, hasta que descubrió uno de los muchos mosaicos que hoy día se pueden apreciar en unas instalaciones que la propia Diputación adecuó aún más al público hace casi dos años.

La Olmeda, el buque insignia

A escasos kilómetros se encuentra la villa romana de la Olmeda uno de los recursos más conocidos de Palencia, popular por su historia y su arquitectura. La villa ocupa 4.400 metros cuadrados, consta de 35 habitaciones, 26 de ellas con pavimento de mosaico, y una amplia zona termal. 

Se trata así de un verdadero palacio rural, trazado de un modo simétrico y organizado en torno a un peristilo o jardín rodeado por un pórtico, parte del cual ha sido levantado de nuevo por los arqueólogos aprovechando los ladrillos originales. La casa tenía un segundo piso y estaba flanqueada por cuatro torres, dos cuadradas en la fachada norte y dos octogonales en la sur.

Sus estancias, comedores y pasillos disponían de mosaicos de temas geométricos y vegetales muy bien preservados. El único mosaico figurativo está en el oecus, o sala de recepción del propietario, donde en 175 metros cuadrados se recrea una dinámica escena de caza, el mito de Aquiles en el palacio del rey Licomedes en Esciros y, rodeando este motivo, una cenefa con una serie de medallones ovalados en los que posiblemente se muestra a los propietarios de la casa.

El palacio fue edificado en tiempos de Diocleciano y de Teodosio I, entre los siglos IV y V, y posiblemente pertenecía a un rico terrateniente con gran influencia política; incluso se han sugerido algunos nombres, aunque por ahora la identidad del propietario sigue siendo un misterio. Cerca de la villa han aparecido tres necrópolis, cuyos hallazgos han procurado una amplia información sobre la villa y sus habitantes.