ESTO SÍ QUE ES OLE

E.M.
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Todo preparado en Frómista para celebrar hoy uno de sus eventospor antonomasia. La procesión cívica en honor a San Telmo, elsermón y el canto de los lazos hacen de esta fiesta algo único

ESTO SÍ QUE ES OLE - Foto: sara muniosguren

«En esta Ilustrada Villa de Frómista a 19 de Abril del año del Señor de 1819, siendo Pontífice Romano Pío Séptimo, se dio principio a la fundación de Hermandad del Glorioso San Pedro González Telmo». Así se recoge en el archivo parroquial de Frómista el acta de la fundación oficial de la cofradía de San Telmo.
Se añade en el texto que, «aún con largos vacíos en el tiempo, no pocas carencias y enormes condicionantes de todo tipo, esta antigua cofradía ha conseguido mantener vivo el fuego de San Telmo, su ilustre y santo vecino, y pretende reavivar esta llama para legarla, junto a cultos y tradiciones, a las generaciones jóvenes y futuras de Frómista, a la vez que contribuye a propagar la devoción y culto a San Telmo, conjuntamente con cuantas cofradías y entidades compartan estos mismos objetivos».
Han pasado 200 años desde que naciera la cofradía y esa llama sigue más viva que nunca. Su cerca de 500 hermanos mantienen el espíritu de seguir honrando a ese vecino ilustre que, el 22 de enero de 1651, el Papa Urbano VIII nombró patrón de la villa de Frómista.
Así, tal y como se destaca desde la propia cofradía, se trata de un colectivo que tiene raíces antiguas y profundas en la gente de la localidad y en su historia. De ahí su vinculación y defensa del románico y del gótico de sus iglesias señeras, del Camino de Santiago, del Canal de Castilla o de sus celebraciones. Este fin de semana tienen lugar en la localidad las fiestas grandes y, entre otros eventos, hoy tendrá lugar la procesión cívica del Ole, una tradición que data de principios del siglo XVIII.
Se trata de un momento muy esperado por los vecinos de la localidad y, a pesar de ser algo sencillo y familiar, es uno de los actos más vividos por quienes participan en las fiestas. La procesión consiste en un baile en torno a una cruz de madera, conocida como Vítor, y único símbolo religioso de este acto. El baile parte de la iglesia parroquial de San Pedro y se dirige hacia la que, la tradición, sitúa como la casa donde nació el patrono, para volver de nuevo hasta la iglesia después de unas cuatro o cinco horas.

 

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