Un veterano que cumple años y metas

EFE
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Manolo García afronta el tramo final de su gira, la primera acústica de su dilatada carrera, bajo la máxima de no ponerse límites por su edad

Un veterano que cumple años y metas - Foto: Luca Piergiovanni

Cuando muchos otros acarician a su edad la idea de una jubilación dorada, Manolo García sigue presentándose como ese tipo cercano de ojos vivos «que se entusiasma con todo», actitud a la que achaca su eterna juventud y que lo embarcó en la (sorprendentemente) primera gira acústica de su larga carrera. «Mi secreto es que yo no tengo años. Eso es una convención social de un documento de identidad. Intento no cuadricular mi existencia y la mido por si tengo ilusión o no la tengo. Por eso yo no cumplo años, cumplo ilusiones y voy detrás de ellas para hacerlas realidad», relata el músico.

A sus 64 años, ayer comenzó a afrontar en Madrid el tramo final de un tour en el que dejó su lado más eléctrico («soy bastante roquerete», se autoproclama) para internarse en un terreno con el que no estaba familiarizado pese a sus cuatro décadas de trayectoria, desde los inicios con Los Rápidos.

«A mí me gusta el estruendo. En la anterior gira llevaba dos bandas, una de ellas americana, y al acabar pensé: Qué tristeza de invierno, que hace frío y vuelvo a la ciudad, ¡a ver qué me invento! Me di cuenta de que nunca había hecho un acústico... y aquí estoy», mantiene con la sencillez con la que parece asumir cada orden de su vida.

Gracias a cambiar el peso de las guitarras eléctricas por el de la acústica, a variar un arreglo aquí y algún que otro instrumento allá, el barcelonés se ha topado con otra faz de sus canciones, algunas en su opinión mejoradas, como San Fernando, Rosa de Alejandría o Sobre el oscuro abismo en que te meces.

«El secreto es entusiasmarse con todo. Por eso pienso que la mejor canción está por hacerse», señala.