Aumenta el abandono de animales tras el confinamiento

DP
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Las protectoras detectan que el número de perros y gatos abandonados está creciendo tras el final del estado de alarma. «Es un problema bastante grave», según la organización Scooby

Aumenta el abandono de animales tras el confinamiento - Foto: Juan Mellado

Con el fin del confinamiento y del estado de alarma y las primeras semanas del verano ha regresado una de las lacras del estío: el abandono de animales. Así lo ha detectado Scooby, la asociación que gestiona el centro de acogida de animales de la capital y también los de Salamanca, Zamora y Medina del Campo, cuya portavoz, Nieves Pérez, confirma que la labor de recogida de perros y gatos abandonados se ha disparado.

«Desde el pasado 1 de junio hasta hoy, se ha recogido el 70% de los animales de los últimos seis meses, mientras que el otro 30% fueron rescatados de la calle entre el 1 de marzo y el 31 de mayo», explica Pérez, quien calcula que los centros que gestiona Scooby han recogido 250 animales abandonados en este casi medio año.

La crisis sanitaria del Covid-19 y el confinamiento al que se sometió a la población hacen imposible a Scooby determinar si este año se abandonan más animales que el pasado o no. «Está siendo un año diferente a los demás, y de momento no manejamos cifras de Palencia porque todavía no se ha cerrado el ciclo. Lo que sí puedo confirmar es que llevamos semanas con mucha actividad mientras que durante el confinamiento no hubo abandonos o fueron casos muy aislados», especifica.  

Para Scooby, esta situación revela que «la gente está empezando a moverse y se está acrecentando el problema con la llegada de la época estival», una impresión que también comparte la asociación Huellas, cuya cofundadora, Rebeca Molledo, advierte que están «saturados» por la cantidad de recogidas de animales.

Desde su creación el pasado noviembre, Huellas ha recogido 50 perros abandonados, «unos números alarmantes» para un colectivo que carece de sede propia y trabajan exclusivamente encontrando «casas de acogida» a los animales.


GUARDO. Ese incremento de los abandonos no se ha producido en toda la provincia. Genoveva de las Heras, presidenta de la Asociación Protectora Amigos de los Animales de Guardo (APAA), asegura que los abandonos han decaído desde mayo hasta hoy en 
día. «Es raro, ya que por estas fechas se incrementan muchísimo en el norte», asevera.  Actualmente, en la protectora de la zona norte hay un total de 36 perros en el refugio, una cifra «normal» y que no supera su capacidad máxima, que es para 50 animales. Para De las Heras, «la gente está mas concienciada», pero no significa que los abandonos hayan terminado: «Pasan y puede seguir pasando, 
pero nuestro pronóstico para este verano es favorable», sentencia. 


CÓMO ACTUAR. Tanto Scooby como Huellas y APAA hacen hincapié en que la gente que se encuentre a un animal abandonado tiene que llamar al 112 y no a sus números de teléfono. «Son los agentes los que nos hacen entrega de los animales que son abandonados por sus dueños», explican desde la protectora de Guardo, 
quien detalla que siempre hay quien les da aviso creyendo que tienen la obligación de ir a por un animal abandonado. «No es así, tienen que llamar a las autoridades», asegura. Para estos colectivos, el principal problema del abandono es que las licencias de los animales no están controladas y se desconoce cuántas familias tienen mascotas en casa. «Lo que tendrían que hacer los ayuntamientos es registrar a cada perro en su correspondiente  familia y así se acabaría con el tema del abandono», explican desde APAA.

 
ADOPCIONES DE MASCOTAS. Con respecto a las adopciones, desde Scooby aseveran que este año «no hay tantas» como les gustaría. «Hemos organizado el proceso para llevarlo a cabo a distancia. Se rellena un papel y se hace un estudio para verificar si esa adopción es viable», explican. «Se pueden adoptar desde los tres meses de edad», añaden.  Por el contrario, en la Montaña Palentina están «muy paralizadas». «La gente adopta cada vez menos», sostiene De las Heras, ya que tener un animal en casa implica «mucha responsabilidad para las familias que estén dispuestos a hacerlo».