Bolsonaro recupera apoyos en el Día de la Independencia

EFE
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El presidente de Brasil organiza un desfile militar sin precedentes para rodearse de sus seguidores y ganar la popularidad entre los ciudadanos que las encuestas aseguran que ha perdido

Bolsonaro recupera apoyos en el Día de la Independencia - Foto: ADRIANO MACHADO

Jair Bolsonaro se ha dado hoy un baño de masas en el tradicional desfile del Día de la Independencia, que ha encabezado por primera vez en su condición de jefe de Estado de Brasil, para intentar recuperar parte de la popularidad perdida en sus ocho meses de Gobierno.

El líder ultraderechista, capitán de la reserva del Ejército, organizó un desfile militar sin precedentes en Brasilia, con lugares para acoger a un número récord de público, mayoritariamente de seguidores, un acto al que invitó a numerosos y conocidos líderes políticos, religiosos y empresariales del país.

El jefe de Estado no se limitó a presenciar desde el palco presidencial el paso de los soldados y de los equipos militares, sino que quiso compartir el protagonismo: desfiló en un coche y, contra cualquier protocolo, abandonó su puesto para acercarse al público y ser ovacionado.

Este esfuerzo por ganarse el apoyo popular se produjo solo cinco días después de que una encuesta mostrara que el porcentaje de brasileños que evalúa negativamente a su Gobierno pasó del 33 por ciento en julio hasta el 38 por ciento en agosto, la mayor tasa de rechazo hasta ahora registrada por un presidente en Brasil en tan poco tiempo.

La aprobación del polémico dirigente cayó desde el 33 por ciento hasta el 29 por ciento en solo un mes.

El descontento aumentó con la multiplicación este año de los incendios forestales en la Amazonía, lo que ecologistas en Brasil y líderes mundiales atribuyen a la retórica antiambientalista del ultraderechista, así como a las múltiples polémicas que acumula desde que asumió el mandato el 1 de enero.

Bolsonaro también intentó aprovechar el Día de la Independencia para reforzar un discurso nacionalista con el que intenta hacer frente a las críticas que está recibiendo por su cuestionada política ambiental y por el fuego que destruye la Amazonía. Según el mandatario brasileño, esas críticas son alimentadas por potencias extranjeras que cuestionan la soberanía de Brasil sobre la Amazonía y quieren apropiarse de las riquezas de la mayor selva tropical del mundo.