Carmen Quintanilla Buey

Otra mirada

Carmen Quintanilla Buey


Buentrato

10/01/2022

Se habla mucho del maltrato, y es verdad que hay mucho, y de difícil solución, ya que en la mayoría de los casos impera el temor, la timidez... y  en la clandestinidad reina  el desconcierto en cómo y dónde se tendría que acudir... en fin, que el asunto es grave, y detesto el maltrato.
Y dicho esto: También hay mucho y muy buentrato, y en determinados casos, vale la pena resaltarlo porque puede ser un ejemplo a seguir: Pondré algunos, presenciados: Cuando comenzaron las primeras vacunas, que hacía mucho frío, en la fila en la que yo me encontraba, tenía delante un hombre muy decadente  acompañado por otro hombre, (en los pueblos nos conocemos todos), que lo llevó en el coche, aguantó el turno,–todo  esto en la calle–, Ya dentro, le quitó la chaqueta, la arremangó la camisa, se lo colocó todo una vez realizada la faena, le subió al coche... y... ¡aprobado! Y también aprobado para la mujer que va cada día a calzar a una amiga  que aunque se defiende bien,  por cuestión de huesos no llega con las manos hasta los pies. Y un aplauso para María Luisa, que un amigo moribundo la pidió que no abandonase a su perrazo, y con ella ha estado hasta que el pobre bicho decidió reunirse con su amo. Y un besazo para tí, querida Glory, que te estás haciendo cargo de los tres niños de tu amiga, para que  ella pueda atender a su madre enferma y que vive en un pueblo muy lejano, y que el asunto se prolonga... y tú  alimentas... llevas al colegio... y todo con muy buen talante.
Y la agrupación de Cáritas, que por solidaridad recogen... entregan...  agrupan... distribuyen... lo cual requiere mucho trabajo totalmente altruista. Y... ¿dónde están los cientos de personas que en La Palma, lo perdieron absolutamente todo, tan todo , que eran, ellos, y sus manos vaciadas? Pues según datos, ninguno de estos pobres damnificados duerme en la calle.
El buentrato se está encargando no solamente de su parte emocional, también de su pan de cada día. Y entre el  buentrato y el maltrato, se encuentra ese término medio. Los pasotas. Ellos no maltratan, ni bientratan, viven tranquilos, y todo les resbala... Lo cierto es, que transmiten calma, seguridad, son como los centinelas que detienen las emociones cuando se pasan de la raya tanto en risas como en lágrimas. Así que voy a lanzar mi veredicto  después del juicio final: Castigo severísimo para el maltrato. Primer premio para el buentrato. Y... Para el pasota pues... al no vibrar y resbalarle todo... siempre nos servirá de relleno para las emergencias emocionales, que al fin y al cabo son las de el día a día.

ARCHIVADO EN: Vacuna, La Palma, Cáritas