La edición de libros sigue estable con una media de 50

J.L.R.
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Los sellos editoriales palentinos vieron en 2019 signos de recuperación del sector, ahora truncados con la crisis sanitaria

La edición de libros sigue estable con una media de 50 - Foto: VÁ­ctor Fernández Molina

El pasado año se editaron en Palencia 50 títulos, en la tónica de los últimos ejercicios, mientras que hasta 2010 -con 164- se superó el centenar. Entre lo publicado,  recogido en la base  datos del Ministerio de Cultura, figuran Actuación enfermera ante la neumonía, de Silvia Herrero El agua de boca : historia y pequeñas historias del abastecimiento de agua a Mazariegos, de José Javier  Ruiz; Bocados de terciopelo, de Emiliano Llana;  El Canal : el sueño ilustrado y sus pueblos ribereños, de Eduardo Gutiérrez; Un calcetín de lana rojo, de José A.  Ramírez;  El conjunto amurallado de Monzón de Campos, de David Merino; Palencia : románico imprescindible, de Jaime Nuño;  y Cartas viejas : correspondencia epistolar de un Premio Nobel con un poeta palentino novel : Vicente Aleixandre-Marcelino García Velasco, de Marcelino  García Velasco, entre otros.

En 2010 se editaron en Palencia 164 títulos (130, 102 y 152 en los anteriores) y en 2011 bajó a 67,  el mayor número de esta última década junto a 2016 (64). En 2012 y 2014 fueron 53, 36 en 2013,  44 en 2015 y otros tantos en 2017, y en 2018, 48.

Previsiones. El editor José Ángel Zapatero (Calámo y Menoscuarto), considera que 2019 fue un año en el que «el sector del libro se seguía consolidando y en una línea ligeramente ascendente desde la crisis tanto en el hábito lector como en la compra de libros». Las previsiones para este año 2020 eran «esperanzadoras» ya que parecía que «esa tendencia al alza se iba a mantener», pero con  la llegada del Covid-19 «todo esto se ha truncado y las expectativas son poco halagüeñas o, como poco, problemáticas, al menos en lo que hace referencia a la industria del libro», afirma.  Expresa, asimismo, la esperanza de que, «al menos, en lo que respecta a los hábitos de lectura, el confinamiento lo esté reforzando. Pero con las librerías cerradas -que muchas de ellas tendrán problemas para abrir cuando esto pase-, la venta de libros se ha desplomado», subraya.

Según explica, los editores tienen «a medio promocionar» los títulos que publicaron antes de esta crisis sanitaria, y han parado también la producción de novedades «El horizonte es incierto ya que no sabemos cómo va a ser recibida la colocación de estas novedades cuando se vaya recobrando la normalidad, tanto por parte de los libreros como por los lectores», señala. De todas formas, las crisis -en su opinión- «siempre agudizan el ingenio y ya hay muchos actores de la cadena del libro, librerías, editoriales y autores que están realizando propuestas e iniciativas imaginativas para intentar mantener la actividad y minimizar el desplome. Esperemos que esto pase cuanto antes», asevera.

Desde Aruz Ediciones, Wifredo Román considera que el año pasado fue «bastante positivo», con un «cierto incremento en las ventas que permitió prolongar la tendencia de los años precedentes, en los que se logró una importante recuperación tras la crisis anterior». Esta evolución, sin embargo, «ha saltado por los aires con las actuales circunstancias y nos enfrentamos a un panorama sombrío y lleno de incertidumbres», manifiesta. Las librerías permanecen cerradas y en las últimas semanas se han suspendido o aplazado todas las ferias y eventos  relacionados con el libro, con lo que «la facturación se ha reducido a cantidades casi simbólicas. Aunque en verano se consiga recuperar una cierta normalidad, el balance económico a final de año será muy  negativo, con un descenso que ahora mismo resulta imposible calcular», reitera. 

«Esta -indica Román- será la situación que tenga que afrontar la editorial y, en general, todo el sector del libro, en el que además de las editoriales están las librerías, las imprentas, los distribuidores, los diseñadores, los correctores y, lógicamente, también los autores».

A pesar de todas esas adversidades, Aruz Ediciones «sigue trabajando en los libros que ya estaban en marcha». Como explica, uno de los «espacios» en los que va a encontrar «cierto refugio» son los libros de encargo de  instituciones y particulares, que «es una línea de trabajo paralela a la producción de la editorial». En este sentido, «hay varias obras que ya estaban en curso y que van a suponer un apoyo», dice. Algunos de los libros que saldrán en los próximos meses de la mano de Aruz Ediciones son monografías dedicadas a los antiguos  ferrocarriles de Tierra de Campos, popularmente conocidos como tren burra, y a pequeñas localidades de la provincia, como Quintanaluengos y Acera de la Vega.