Magia e ilusión

Jesús Hoyos
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Las ocas de Miguelín regresan este año a la cabalgata de Reyes de la capital tras el parón provocado por la pandemia. La preparación para que desfilen como se espera de ellas comienza unos meses antes

Magia e ilusión - Foto: Óscar Navarro

Cada día, a partir de las diez de la mañana, unas cien ocas inician un paseo de hora y media hasta la A-65. Lo hacen desde la finca de José Miguel Espinosa, Miguelín, el famoso cuidador de ocas cuya presencia es habitual en la cabalgata de Reyes de la capital.

Tras el parón del año pasado provocado por la pandemia, las ocas de Miguelín volverán a desfilar delante de los niños que asistan a la cabalgata en la noche de Reyes. Unos meses antes de esta fecha señalada, Miguelín retoma su entrenamiento y adiestramiento. «Todos los días salimos a pasear, les voy hablando, les pongo obstáculos y les echo de comer en la furgoneta para que no tengan estrés», explica. Es el ritual de algo que hace «para dar ilusión a los niños».

Miguelín insiste en esa idea. «La ilusión que reciben los niños de Palencia y de casi toda España -porque hemos estado por casi todo el país- es el motivo que me hace seguir con esto porque es algo que da mucho trabajo y me cuesta mucho dinero». Y es que el mantenimiento de las aves más famosas de España le supone un desembolso anual de entre 3.500 y 4.000 euros, que compensa con sus salidas a otros puntos de la geografía española.

 Por ejemplo, llevaba 18 años consecutivos participando en la cabalgata de Reyes de Madrid, que se acabaron con el cambio en la alcaldía de la capital en 2015. «Es otra manera de pensar. Decisiones que tengo que respetar aunque yo no las comparta», se lamenta. Este año, ya tiene confirmada su presencia también en Roquetas de Mar. Aquí, en Palencia, saldrá «sí o sí», con Ansar y Pinta liderando el desfile. Son ocas de casi 15 años de edad, «las más asentadas y con las que los niños que vienen a verlas pueden estar».

Lleva casi 35 años con la que ya es una tradición en Palencia. «La que fuera concejala, Cristina Tejedor, era clienta de mi tienda y me animó a participar en la cabalgata. Tú que tienes esa chispa, me decía. Tenía en ese momento dos ocas que me seguían. Así empezó todo y fue a más y a más», recuerda Miguelín, quien desde entonces ha visitado con sus ocas decenas de provincias a lo largo y ancho del país, como San Sebastián, Murcia, Toledo, Santander o Almería. «Nos conocen por toda España», añade.

La clave para llevar más de tres décadas dedicado a este peculiar trabajo es que «te tiene que gustar». «Hay que tener ilusión y ser un mero exportador a los niños de esa ilusión que a mí me dan las ocas», comenta.

 

Libertad. Por el lado de los propios animales, el principal cuidado es «que tengan libertad». «Esto no sería posible si estuvieran estabuladas para producción de huevos o carne, por ejemplo. Yo vivo en otro mundo diferente en cuanto a medio ambiente», reconoce Miguelín, quien hace casi tres años sufrió «un palo bueno». Le desaparecieron 50 ocas y los veterinarios encontraron golpes en ellas. «Con el tiempo, se iban muriendo como consecuencia», aclara.

«Mientras viva, es mi hobby, mi ilusión para los niños y mi compromiso con Palencia, que me ha dado de comer y me ha hecho llegar hasta aquí. Llevo 45 años en Palencia -es de León- y estoy muy agradecido. Aunque salga con tres ocas, a los niños de Palencia no les va a faltar esta magia en la noche de Reyes», concluye Miguelín.