Un canario en Baleares

Alberto Moreno
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Alberto Castaño pasa la cuarentena en Mallorca, en la recta final de la recuperación de su grave lesión de rodilla

Un canario en Baleares

Alberto Castaño Luis (25 de octubre de 1989), Canario, es uno de los tres futbolistas palentinos que juegan en Segunda División B, junto a Javi Aparicio (Valladolid B) y César Gelabert (Real Madrid Castilla). Canario milita en las filas del Atlético Baleares, donde llegó en el mercado de invierno de 2018, dejando la disciplina del Toledo. El cuadro mallorquín es uno de los equipos punteros de la categoría, aspirante a un ascenso a Segunda A al que se quedó a las puertas la pasada campaña. El delantero palentino se encuentra actualmente en la fase final de la recuperación de su grave lesión de rodilla (la temida rotura de ligamentos cruzados, LCA). Canario se ha quedado en esta cuarentena tras decretarse en estado de alarma en tierras insulares.

Podía haber optado por regresar a Palencia en estos días de confinamiento, pero optó por seguir en tierras mallorquinas. «Al principio, el club no nos permitía regresar a nuestras casas, pero con la aplicación del Expediente de Regulación Temporal de Empleo, ya no tenía potestad para hacerlo. Pero tal como están las cosas, con un vuelo al día a la península, preferí quedarme aquí y más con las cosas que tengo que hacer para recuperarme de la lesión de la rodilla. A mí el ERTE, afortunadamente, no me afecta porque estoy de baja».

Su grave lesión se produjo a finales del mes de agosto pasado, en un entrenamiento con su equipo, poco antes del comienzo de una temporada que para él ha quedado y quedará en blanco. «Son ya siete meses, estoy en la fase final de la recuperación. A estas alturas ya tendría que estar ejercitándome en el campo tocando balón, haciendo gestos que parecen sencillos, pero que cuestan. Pero por la cuarentena no los puedo hacer en el terreno de juego. Vamos poco a poco. Me dijeron que tardaría en recuperarme sobre 8 meses, pero cada rodilla es un mundo».

No hay prisa, dado que Canario no podrá jugar en esta temporada, aunque se alargue por la crisis sanitaria del coronavirus. «Decidí ceder mi ficha federativa. El club quería mantenérmela para que pudiese reaparecer al final de la temporada y especialmente en el play-off si llegábamos (en el momento de suspenderse la liga, era líder del Grupo I de Segunda B), pero el míster (Manix Mandiola) quería esa ficha para ser ocupada por otro jugador y decidimos que lo mejor era dejarla libre. En ese momento estaba forzando la máquina para regresar cuanto antes, incluso con tres sesiones diarias, con piscina, campo, fisios, pero frenamos. Era una contrarreloj por acortar los plazos, si  bien ahora nos lo tomamos con más tranquilidad, para volver en condiciones la próxima temporada, al cien por cien».

Eso sí, el club tuvo un comportamiento ejemplar, ofreciéndole la renovación una temporada más.  «Tengo que agradecerles su confianza y comportamiento hacia mí. Me dijeron que contaban conmigo, que estuviese tranquilo. Supieron valorar mi trabajo y por mi parte encantado de seguir aquí una temporada más».

La temida LCA la han sufrido muchos jugadores y varios de ellos palentinos, Asenjo (en cuatro ocasiones), Ainoa Campo (en dos), César Gelabert, el jugador del Becerril Jorge Crespo (otra dos), y el propio Canario. «En diez años de carrera profesional, nunca había tenido una lesión grave, todo lo más dos o tres semanas de baja. Me tocó en esta ocasión y hay que asumirlo así. Estoy seguro que volveré más fuerte».

Ídolo de la afición. Canario se ha convertido en una de las referencias de la afición balear, antes y después de la grave lesión. «La verdad es que me quiere la gente, me ha cogido cariño, me ha animado  en estos duros momentos, pero ese cariño es mutuo. Eso significa que no lo he hecho tan mal. Creo que también se me valora el haber renovado aquí, no irme al Ibiza, con el que ahora hay una gran rivalidad. Aposté y sigo apostando por este club, en el que soy muy feliz».

Y es que en el Atlético Baleares se sintió la pasada temporada «importante. Jugué 42 partidos, todos como titular. No subimos a Segunda A porque Dios no quiso, porque hicimos méritos suficientes para hacerlo, tanto en la eliminatoria contra el Mirandés, como ante el Racing de Santander».

Parece que fue ayer cuando jugaba con la camiseta del CF Palencia (donde debutó en Segunda B) o del Palencia Cristo Atlético en La Balastera, pero ya tiene 30 años, y se le nota en el campo que se ha convertido en un jugador más maduro, un futbolista más hecho, ahora en la banda derecha. «Hombre, eso te lo da la edad, pero sí es verdad que me siento mejor futbolista. Lo da también la confianza que te da tu entrenador. Está claro que en Toledo con Onésimo en el banquillo di un cambio muy importante como jugador. Ayuda muchísimo tener un entrenador que te motive y él es un motivador nato. Onésimo confió muchísimo en mí, supo sacar lo mejor que llevo dentro como futbolista y siempre se lo agradeceré». 

Volviendo a su recuperación, Canario la realiza íntegramente en su propio domicilio. «El club nos facilitó a todos los jugadores de la plantilla una bicicleta estática. Por suerte, además, tengo una terraza grande en casa. Nos han ido aprovisionando de más material y entre otras cosas que he comprado yo, me hecho un pequeño mini gimnasio en mi domicilio».

Canario, que no duda en señalar que en Baleares está viviendo «el mejor momento de mi carrera deportiva y donde más feliz me he encontrado», considera que en tierras insulares se «vive de escándalo». Eso no significa, ni mucho menos, que se olvide de su tierra y más en estos duros momentos que se están viviendo por la pandemia. «Desde la distancia, se vive con cierta preocupación lo que está pasando en Palencia, por mi familia, por mis amigos. Estoy permanentemente en contacto con todos ellos. Afortunadamente, no ha afectado a ninguno de ellos el coronavirus».

En Baleares, pese a ser una zona tremendamente turística, no se está llegando a los niveles de contagio de Castilla y León. «Aquí se han anulado muchos vuelos, los hoteles están cerrados. Se actuó rápido y así es más fácil de controlar. Estamos también de cuarentena, pero no tenemos esos terribles números de otros lugares con más población, como Madrid».

Difícil regreso. Canario no tiene claro que la liga en Segunda División B se reanude en esta temporada. «No ya cada día, sino cada hora cambian las cosas, llegan noticias nuevas. Todo cambia con rapidez. Si acaba la liga, mejor, pero no a costa de la salud de los futbolistas y los aficionados. Lo mejor es esperar, ver cómo evoluciona todo y decidir. Nos jugamos mucho, la salud, la vida. Hay mucha gente que está muriendo».

Canario, tras su etapa en Baleares, no descarta volver a jugar en Palencia. «Siempre lo he dicho, me gustaría volver allí, a mi tierra. Si hubiese un proyecto ambicioso, mejor. Pero vivo el presente, y mi presente es recuperarme y jugar con el Atlético Baleares, donde me siento muy feliz».

Desde la distancia, sigue la actualidad del fútbol palentino. «Más que al Palencia Cristo Atlético o al Becerril, que también, sigo al Castilla Palencia por amistad con su presidente (Luis Muñoz le llevó al filial del Español). Hablo con él todos los días, más que con mi padre. En Palencia hace falta un proyecto ambicioso, gente que quiera invertir para relanzarlo. En Palencia hay una gran afición al fútbol y se demostró de forma sobrada con el partido de Copa del Becerril ante la Real Sociedad, llenando La Balastera. Hay un campo magnífico, una afición numerosa. Lo tiene todo para crecer».