El Papa no oculta que en la institución que encabeza también hay garbanzos negros, algo que Francisco quiere solucionar a toda costa. En esta ocasión, reconoció los abusos a algunas monjas por parte de curas y obispos y aseguró que trabaja para buscar soluciones contra una situación que «viene de lejos». Ocurrió ayer, durante la rueda de prensa que ofreció en su viaje de regreso de los Emiratos Árabes Unidos, donde celebró una multitudinaria misa en la capital.

«Es verdad, dentro de la Iglesia ha habido clérigos que han hecho esto (...) Ha habido sacerdotes y obispos implicados», admitió sobre las denuncias de agresiones de algunas religiosas, según la transcripción de la comparecencia ofrecida por Vatican Insider.

El suplemento femenino del diario vaticano L’Osservatore Romano dedicó su número de febrero a los casos de abusos sexuales a monjas y su directora, Lucetta Scaraffia, pidió a la Iglesia no ignorar esta situación de opresión hacia la mujer.

Horas antes, hizo un llamamiento a los cristianos asentados en los Emiratos Árabes para que sus comunidades «sean oasis de paz» en la tierra desértica de la península arábiga, durante una ceremonia religiosa celebrada en la capital del reino, la primera de un Pontífice a esta región cuna del islam.