Japón se niega a olvidar

Agencias
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El país recuerda a las víctimas del tsunami de 2011 y pide aplicar las lecciones aprendidas de la catástrofe nuclear

Japón se niega a olvidar - Foto: FRANCK ROBICHON

Japón conmemoró ayer el décimo aniversario del terremoto y del tsunami que en 2011 asolaron el noreste del país y provocaron la segunda peor crisis nuclear de la Historia, dejando un imborrable trauma que no está dispuesto a olvidar y del que ha tenido que aprender.

En todo el archipiélago se guardó un minuto de silencio a las 14,46, la hora exacta a la que se desencadenó el peor temblor registrado hasta la fecha en el país -de 9 grados en la escala de Richter-, que sacudió durante varios minutos todo el territorio y provocó un destructivo tsunami que arrolló la costas del noreste nipón.

Más de 18.000 personas murieron o desaparecieron y varios miles perecerían años después por causas vinculadas a una tragedia que forzó a decenas de miles a desplazarse y que en muchos casos siguen fuera de su tierra, mientras avanza la reconstrucción y la implementación de medidas para evitar desastres similares.

Japón se niega a olvidarJapón se niega a olvidar - Foto: KIM KYUNG HOON«Las lecciones inestimables de esta grave crisis y sus consecuencias no deben olvidarse nunca», aseguró el primer ministro, Yoshihide Suga, quien consideró que «Japón tiene la obligación de aplicar las lecciones acumuladas de este terremoto y consecuentes desastres» para compartirlas con el mundo.

Sus palabras fueron pronunciadas frente a un cenotafio ceremonial en el que podía leerse Las almas de las víctimas del gran terremoto, en una ceremonia a la que asistieron también familiares de las víctimas.

 

Un profundo dolor

«Te veo luego. Que tengas un buen día. Estas fueron las últimas palabras que intercambiamos mi madre y yo en la mañana del 11 de marzo de hace 10 años», relató con voz emocionada Shoji Sato, de 71 años, antiguo residente del pueblo de Yamada, que fue engullido por el tsunami. Sato, que actualmente vive junto a su esposa e hijo en la vecina ciudad de Miyako, perdió a 11 familiares en la tragedia, entre ellos sus padres y su tía, junto a los que convivía hasta entonces.

«Yo era muy joven en aquel entonces. Todo lo que podía hacer era observar; vi a mis abuelos, mi padre y mi madre mientras se perdían en un profundo dolor» cuando el pueblo de Yuriage, en la prefectura de Miyagi, quedó recudido a escombros por la fuerza del mar, recordó Ko Arakawa, de 16 años.

Japón se niega a olvidarJapón se niega a olvidar - Foto: KIM KYUNG HOONLa localidad pudo ser reabierta en mayo de 2019 tras el arduo trabajo de los supervivientes. Arakawa, que asistió a clases en un colegio que sirvió como refugio durante aquel caos, busca consagrar su futuro a «rejuvenecer los recuerdos que se desvanecen».

Para Makoto Saito, de 50 años y cuyo hijo de cinco años pereció en el desastre, «la recuperación y la reconstrucción de los afligidos sentimientos de las familias que perdieron a alguien no han progresado como se esperaba por la desbordante tristeza».