Las jubilaciones medias más altas se distribuyen en el norte

ALBERTO ABASCAL
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Un jubilado de Villarmentero cobra menos de la mitad de lo que percibe otro de Guardo

Las jubilaciones medias más altas se distribuyen en el norte - Foto: Eva Garrido

Aparecen lo que se viene a denominar las «dos Palencias». Las pensiones medias más altas se distribuyen en el norte de pasado minero y en los municipios del alfoz de la capital y en esta última con fuerte presencia de pensiones derivadas de las grandes empresas industriales y de la parte con retribuciones más altas de los servicios públicos como la sanidad o la educación. Por el contrario,  las pensiones medias más bajas se agrupan en municipios agrícolas de la comarca de Campos.

Es uno de los datos significativos del estudio elaborado por el sociólogo palentino, Francisco Javier Gómez Caloca, quien recientemente ya dejaba claro a través de estas mismas páginas que en 141 municipios, el 74% del total de los existentes en Palencia (191),  hay más pensionistas que trabajadores. O, lo que es lo mismo, en solo 50 municipios hay más operarios aportando sus cotizaciones para sus pensionistas.

Según el estudio del sociólogo palentino la diferencia entre la pensión media más alta, la de Guardo (1.226,63 euros), y la más baja, de Castrillo de Onielo (619,59 euros) es de 607,04 euros/mes, es decir, el pensionista medio de Castrillo de Onielo cobra poco más de la mitad que el de Guardo.

«No es más que la constatación de que la preponderancia en los municipios agrarios y menos poblados de trabajadores por cuenta propia que en el 85% de los casos cotizan por la base mínima, cuando llega el retiro traen pensiones mínimas. Cotizaciones mínimas, en un sistema contributivo suponen pensiones mínimas», apunta Javier Gómez Caloca.

«Esta misma distribución en el territorio se observa si nos fijamos en las pensiones de jubilación y en las de viudedad (las más bajas del sistema, que por encima del 92% son cobradas por mujeres). Entre la pensión media  más alta de jubilación de Mudá (1.614,98 euros/mes) y la más baja, de Villarmentero y otros pueblos de Campos como Boada, Villerías o San Mamés, la diferencia  supera los 1.000 euros mensuales. Nuevamente es la consecuencia de la base de cotización de cada uno», añade Caloca.

Por otro lado, las pensiones de viudedad, que al derivarse en la mayoría de los casos de la pensión que tenía el cónyuge, ratifican una imagen de la Palencia rural, con zonas de prevalencia de autónomos agrarios «frente a la Palencia de glorioso pasado industrial ligado a la minería (aunque con negro futuro) y la Palencia de la capital y municipios del alfoz con prevalencia de trabajadores por cuenta ajena en la industria y los servicios públicos», según se expone en el estudio elaborado por Javier Gómez Caloca, que subraya que «en unos tienen pensiones, en este caso de viudedad, por debajo de los 500 euros, incluso de menos de 400 euros (Ej. Berzosilla, Boada…) y otras con pensiones de viudedad por encima de los 750 y llegando casi a los mil euros (Santibáñez de la peña, Guardo, Grijota, Venta de Baños o la misma capital).

A modo de conclusión, Gómez Caloca señala que «fijándonos en la cuantía de las pensiones medias en la gran mayoría de los municipios muy por debajo de los 1.000 euros,  se constata que el problema de nuestro sistema público de pensiones no es de gasto, más allá de la evolución demográfica que traerá la jubilación de los que nacimos en los años del baby boom, sino de ingresos. Mejores salarios, que los autónomos coticen según sus ingresos reales y no lo sigan haciendo en el 85% de los casos por la base mínima y que el SMI siga aumentando permitirá que lleguen más ingresos a la caja única, la que garantiza que los pensionistas de Palencia, provincia  con una ratio de 1,5 trabajadores por pensionista,  puedan seguir teniendo una pensión digna».

«En un sistema contributivo (cobrar según lo cotizado a lo largo de la vida) y de reparto intergeneracional (los trabajadores de hoy pagamos las pensiones de los actuales pensionistas) si no queremos entrar en contradicciones y poner en quiebra el sistema, la necesaria mejora de las pensiones ha de ir pareja a la mejora de la calidad del empleo y de los salarios. Queda muy bien reivindicar una pensión mínima de 1.080 euros mensuales cuando el SMI es de 900 y el salario más común no supera los 1.100 euros. Y hay que decírselo a los ciudadanos. Las tensiones que padece el sistema de pensiones hay que atajarlas, dado que las cotizaciones no cubren la totalidad de las necesidades de financiación con otras fuentes que necesariamente serán vía impuestos», subraya Caloca.

«En un sistema contributivo (cobrar según lo cotizado a lo largo de la vida) y de reparto intergeneracional (los trabajadores de hoy pagamos las pensiones de los actuales pensionistas) si no queremos entrar en contradicciones y poner en quiebra el sistema la necesaria de mejora de las pensiones ha de ir pareja a la mejora de la calidad del empleo y de los salarios. Queda muy bien reivindicar una pensión mínima de 1.080 euros mensuales cuando el SMI es de 900 y el salario más común no supera los 1.100 euros. Y hay que decírselo a los ciudadanos. Las tensiones que padece el sistema de pensiones hay que atajarlas, dado que las cotizaciones no cubren la totalidad de las necesidades de financiación con otras fuentes que necesariamente serán vía impuestos», subraya Caloca. (Tablas y comparativas en la edición impresa)

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