Con un aire distinto,  sabor a desescalada, sin perder la compostura ni las distancias de seguridad, pero con buen humor y ganas de divertirse, Villamuriel del Cerrato celebró desde el mediodía de ayer y hasta bien entrada la madrugada la novena edición de La Noche en Blanco, una iniciativa festiva que atrajo a numerosos vecinos que poblaron las calles y los bares del casco viejo de la localidad para asistir a las numerosas actividades culturales y de ocio programadas por el Ayuntamiento. 

Con el lema El mejor sueño ocurre cuando estás despierto, el principal objetivo de este proyecto es demostrar que Villamuriel es un pueblo lleno de vida y que los vecinos responden a las iniciativas programadas, además de contribuir a la dinamización del consumo. 

«Los bares se implican contratando música en directo y preparan tapas especiales y cócteles para animar el vermú y el Ayuntamiento ocupa la tarde-noche con actos culturales. Los espectáculos infantiles Comediante y Rosa Elefante agotaron las 15 entradas para cada pase en la plaza de la villa, y se  reservaron más de 200 de las 300 entradas gratuitas para el concierto de madrugada del tributo a la Oreja de Van Gogh», señaló a DP el alcalde, Roberto Martín.

La Noche en Blanco de Villamuriel, con aires de desescalada - Foto: Óscar NavarroTambién, significó que «lógicamente por la situación de pandemia» la participación es menor que otros años «y hay algo de miedo», por lo que desde el Consistorio «hubo poca publicidad para no atraer gente de fuera». «Con esta fiesta se concentra gente con seguridad, evitando que esté en bodegas u otros sitios con menos control de aglomeraciones», sostuvo.

Además de las actividades infantiles en la plaza de la villa, en la plaza de la iglesia se celebró a partir de las 20,30 horas el espectáculo de danza vertical Insitu de Del-revés, para seguir sin apenas pausa con el concierto de Dr. Maha’s Miracle Tonic y finalizar al filo de la media noche con el tributo a la Oreja de Van Gogh. 

Uno de los grupos que animaron el vermú cerrateño, Los Clasicorros, que lidera Aris Abad, dejó patente el negro panorama para la gente que vive de la música en verano. «Hasta septiembre tenemos solo 10 actuaciones en la agenda, contando con que alguna pueda suspenderse. Sigue la pandemia, pero el Estado tiene que buscar fórmulas porque en el Régimen Especial de Artistas solo se cotiza el día que se trabaja», critica el cantante.