Una obra maestra de la literatura al cuadrado

Pilar Martín (EFE)
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La ilustradora francesa Rébecca Dautremer transforma en cómic el clásico de Steinbeck, cuya trama recuerda a los EEUU actuales

Portada de esta auténtica joya de la novela gráfica auspiciada en España por la editorial Edelvives.

La ilustradora Rébecca Dautremer ha salido de su zona de confort de la mano de la obra que marcó su adolescencia, De ratones y hombres, de John Steinbeck, y por eso propone una adaptación ilustrada de 80 páginas con el objetivo de que no sea un libro que se lea «en un abrir y cerrar de ojos».

Así lo reconoce la gala en una entrevista con motivo de la llegada a España de esta obra de la mano de Edelvives, una versión ilustrada de esta obra en la que el Premio Nobel estadounidense hace una radiografía de la California de la Gran Depresión a través de George Milton y Lennie Small, dos trabajadores de rancho errantes.

Un texto publicado en 1937 que Dautremer decidió hacer de manera «ambiciosa», confiesa: «He querido preservar la integridad del texto, pero quería asegurarme de que las imágenes cobraran una dimensión superior con respecto al texto. Y como ya contaba con él, esto me ha permitido hacer un libro de 80 páginas. No quería hacer un proyecto que se leyera en un abrir y cerrar de ojos. Que se terminara en 10 minutos y punto».

Así que en estas páginas el lector se puede «deleitar» a sus anchas, porque el De ratones y hombres de la francesa es un derroche de detalles, de ilustraciones donde no hay bocetos previos, donde el arte emana a su libre albedrío.

«Era un trabajo que me apetecía mucho hacer -explica- salir de mi zona de confort, porque creo que es importante esforzarse, no hacer cosas menores. De hecho, no sé hacer cosas menores, sino que estoy acostumbrada a trabajar con grandes proyectos que superen la media».

Y este libro no se merecía menos, porque es «realmente» un escritor que marcó su adolescencia y porque lo considera «un verdadero exponente de la crisis estadounidense, de ese momento tan único que atravesó el país más poderoso del mundo que se vio inmerso en una crisis que asfixió a millones de personas durante años».

Sin bocetos

Pero, ¿qué ha supuesto esta versión para Dautremer? Pues algo tan determinante como el hecho de «renunciar» a algo que es la Biblia para la mayoría de los dibujantes: los bocetos.

«He optado por cambiar, en la mayor parte de las ocasiones, el registro gráfico, hacer las cosas de un modo más espontáneo, trabajando en un dibujo más suelto, te diría incluso que algo un tanto menos barroco, menos sofisticado, algo más adecuado para esta historia, para este ambiente», cuenta.Por eso se ha visto «obligada» a correr, y asumir, el «riesgo de equivocación, de cometer errores».

A través, también, de la mezcla de estilos gráficos y técnicas, en estas páginas el lector se enfrentará a páginas con tiras de cómic que ilustran de una forma «muy detallada» el juego de distintos personajes, «como si se nos presentaran sobre un telón teatral donde cobran vida, gesticulan». Páginas estas donde, añade, «no hay interpretación alguna del texto»; aunque hay otras en las que a través de «toques de surrealismo» sí que los lectores podrán echar a volar su imaginación ya que Dautremer se aleja «por completo del estilo de Steinbeck».

«Porque él no entra a juzgar a los personajes. En su libro no hay moraleja alguna. Yo he optado por tomar partido, apoyándome en las imágenes en los distintos pasajes de la historia», matiza.

Una mezcla pensada de estilos y técnicas que convierten a esta adaptación ilustrada en una suerte de maraña que da como resultado «una especie de cuadernillo de bocetos, un álbum de fotos o de recuerdos».

Tras 16 meses de trabajo, en los que no se ha cogido ni un solo día de descanso, Dautremer nos vuelve a poner sobre la mesa esta obra de lectura indispensable que en estos días cobra, si cabe, más relevancia porque lo que Steinbeck escribió hace 84 años tiene ahora, según afirma la autora, «cierta similitud con la actualidad estadounidense del momento».