«Si entreno, tiene que ser en un proyecto interesante»

David del Olmo
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Jónathan Prado tuvo que despedirse a distancia después de dos años en el Real Ávila. Afronta la espera para encontrar su nuevo destino con paciencia, consciente de la dificultad y de la incertidumbre generadas por la alerta sanitaria

«Si entreno, tiene que ser en un proyecto interesante» - Foto: EVA GARRIDO

Jónathan Prado acaba de finalizar su etapa de dos años en el banquillo del Real Ávila, donde llegó tras debutar en Tercera con el Cristo con un play-off de ascenso.

¿Cómo ha vivido estos tres meses?

Han sido extraños. Paramos de entrenar de forma brusca, al principio pensaba que iba a ser una pausa breve, pero luego se iba alargando y las primeras semanas, solo en Ávila, aproveché para recuperar trabajo pendiente de la temporada, actualizar. Según avanzó el tiempo, entre cursos de formación y charlas online. Hasta que he vuelto a Palencia, donde está la familia, y la sensación ya era diferente.

Le faltaría el día a día en el césped

Dejas de pisar el césped, del contacto con los futbolistas, a los que veíamos casi todos los días. Y a nivel social lo mismo, no podía salir de casa a ver a las amistades en Ávila. Aunque la tecnología ayuda, las videollamadas te mantienen como si tuvieras un contacto más cercano.

Le coincidió la despedida del Ávila

Dejamos de jugar, encima habíamos perdido, que hace que lo lleves peor. El club suele hacer una parrillada de despedida y tampoco ha sido posible. La despedida con los jugadores, con todos por teléfono, y con la gente del club igual, salvo con el director deportivo con el que nos pudimos juntar un momento para hablar y tomar decisiones. Incluso nunca había dado una rueda de prensa vía zoom, e hicimos una para despedirme con los medios.

¿Cómo ha sido su salida del club?

Una decisión mutua. La relación es muy buena, al poco tiempo estaba en contacto con la gente de la dirección deportiva. Al final son dos años. El primero fue una buena temporada, pudimos darle un notable, la mejor puntuación y mejor posición del club desde que volvió a Tercera. Nos faltó haber podido competir en las cuatro últimas jornadas por el play-off. Y este año hicimos una plantilla algo más compensada, dentro de las limitaciones que tuvimos también de presupuesto, que fue inferior. Pensábamos que podíamos dar un salto de calidad pese a que estuviéramos un poco más cortos ahí y en algún otro aspecto dentro del club. Pero no competir bien fuera de casa y dejarnos puntos con equipos de mitad y de abajo de la tabla, nos penalizó. Al final hay que sumar y analizar todo y las dos partes entendimos que la relación debía acabar. Ha sido una buena relación hasta el último día.

¿Encontró allí lo que no veía en Palencia para haber seguido aquí?

Sí, incluso este año intentamos mejorar cosas y algunas sí pudimos dentro de las posibilidades, para el día a día del trabajo del club. En otros casos, en tema de instalaciones, no pudimos porque eran aspectos que no eran del club. Y dentro de la estructura entendimos que teníamos que tener una más fácil o accesible para el cuerpo técnico y la plantilla para el día a día. Logramos darle ese toque. En el tiempo que he estado ellos han crecido y yo con ellos. Y allí encontré lo que entendí que aquí no se podía llevar a cabo.

¿Miraba con más atención cómo le iba al Palencia Cristo?

Al final lo miras igual que al resto, es un rival más. Sí me alegro de que les pasen cosas buenas porque no deja de ser el equipo de mi casa, hicimos play-off y la decisión de salir fue mía. No le deseo mal a nadie. Al contrario, cuando en la segunda vuelta dieron ese empujón me alegré de que tuvieran esa línea ascendente de incluso poder llegar al play-off. Hay jugadores con los que mantengo relación, algunos hace muchos años. Y me alegro por ellos, ojalá puedan seguir creciendo, es lo que queremos en Palencia.

¿Podrían volver a encontrarse?

Nunca cierro puertas y menos en un lugar donde he trabajado a gusto. Si en un momento, en un futuro a medio o largo plazo, se pueden juntar los caminos porque entendemos los dos que se puede dar, bienvenido sea, al menos por mi parte.

¿Tuvo más presión como palentino en Palencia o entrenando fuera?

En Palencia la presión como entrenador palentino te la generas tú. Estás en casa y te sientes un poco más identificado con todo, el club y la ciudad. Esa presión la tienes a mayores de la que te pueda generar el club. En Ávila ha sido diferente, era externa. Desde los medios es similar a Palencia, no hay tanta. Pero a nivel de afición es más exigente, es un club con 96 años de historia, que ha estado ocho temporadas en Segunda B, donde quieren estar, piensan que se debe jugar todos los años el play-off. Y jugarlo es muy difícil.

¿Ya sabe dónde entrenará?

Estoy pendiente. He hablado con un club y hay otro que en teoría hablaremos la próxima semana. Está todo complicado y hay mucha incertidumbre en cuanto a las categorías, el nuevo modelo de competición y sobre todo en los clubes el presupuesto y la forma de trabajar. No está muy claro si será buen o mal año para entrenar. Pero lo que haya, si surge, tiene que ser porque haya una propuesta a nivel estructural, de todo, no solo a nivel deportivo, sino a nivel de club, un proyecto, que sea muy interesante. Si no surge, trabajaré el scouting como he hecho también estos años compatibilizándolo con los banquillos, hasta que salga algo.

Tal y como están las cosas, ¿es pronto o tarde para encontrar sitio?

Los tiempos este año son distintos. Hay clubes que se están moviendo, como el Astorga, con el entrenador y renovaciones. Otros no se han movido. Hay equipos de mitad de tabla que dan continuidad a los que estaban. Muchos de play-off hasta que no acaben no van a decidir si cuentan o no con esa gente. Y entrenadores de esos equipos que a lo mejor tienen apalabrado algo y queda un hueco... El año del Cristo me llegó la última semana. Y el Ávila también a final de junio. Este año el play-off se va a julio y hay eliminatorias de segundas posiciones en agosto. Hay que estar tranquilo, esperar que llegue algo interesante, no tirarse a la piscina y que en cuatro meses la piscina no tenga agua.

¿Cómo cree que van a sufrir la Segunda B y la Tercera la situación?

La reestructuración deportivamente va a bajar mucho el nivel de las dos. El futbolista de nivel alto de Tercera se verá con la opción de jugar en Segunda B, pero posiblemente en unas cantidades económicas diferentes a otros.Y en Tercera limitado, porque no sabemos si se va a poder entrar a los campos.Por la presión que se ve en el fútbol profesional creo que en octubre en Tercera se podrá. Igual en La Balastera, el Adolfo Suárez o El Montecillo, 600 personas pueden estar a distancia de sobra. Esos equipos necesitan al público, los ingresos de las taquillas son muy importantes y los de los patrocinadores igual. La crisis económica va a dificultar los apoyos de instituciones o patrocinios, el nivel presupuestario va a ser menor. Y el jugador igual tiene que entender que hay que volver al modelo de fijo más primas. No quisiera estar en el pellejo de los directores deportivos.

Para los jugadores, ¿cómo afectará tanta inactividad?

Es bestial. Si se empieza en octubre, como dicen, con la pretemporada en septiembre, son casi cinco meses. Ha habido tres de desentrenamiento total. Yahora que se puede salir, otras actividades van a servir para empezar a entrenar. Pero yo me preocuparía por la coordinación, no solo es el gesto técnico de golpear o la fuerza que necesitas, sino los patrones de movimiento. Porque no es lo mismo correr en línea recta que en un partido cambiar de dirección. No es lo mismo un gesto de golpeo de cadera que uno de carrera. Se va a notar. Es bueno que hasta la pretemporada el jugador haga cosas que le devuelvan al fútbol, intentar esos gestos, porque sino se pueden dar muchas lesiones.

¿Sin público es otro fútbol?

Se ve en los resultados, ganan más los visitantes. Hace dos años en elOsasuna hicieron un estudio que demostraba que la afición del Sadar elevaba un montón las puntuaciones del futbolista. Y a nivel motivacional genera aún más. Jugar en un campo sin público, si ya de por sí faltará ritmo, sin el ambiente, a nivel de resultados influye.

No deja de formarse, ¿la del entrenador es una carrera de fondo?

Está claro, nuestro mundo es complejo, no hay tantos huecos y el que es profesional tiene cabida antes. El nombre o los contactos facilitan a la hora de estar en un sitio o en otro. Yo he tocado muchos palos para formarme en muchos aspectos y estar preparado. Puedo trabajar el scout a nivel profesional, porque ya lo he hecho, la metodología en una dirección de cantera, como analista de un equipo, utilizar programas que se manejan en la elite. Y no solo está el trabajo de entrenador, también el aspecto psicológico. Si en un momento dado tienes una llamada eso te puede facilitar entrar, porque te has formado.

¿Fue un buen aprendizaje entrenar juveniles cuando era muy joven?

Este año he tenido algún jugador de mi edad y a final de temporada vino Domingo, mayor que yo. Te ayuda a comprender a la persona, al ser de generaciones cercanas. Hay que estar atento a todo, como si entrenas a niños de seis años, debes entender que ya no es fútbol de calle, trabajan mucho con las nuevas tecnologías, si ven en la tele tal cosa... Eso te hace acercarte a ellos.

¿Cómo técnico tiene sueños?

Siempre quieres llegar a la elite, donde se mueve todo. Como entrenador es muy difícil, a lo mejor hay que entrar por otra vía en la estructura de un club. Pero debes vivir el día a día, porque hoy estás aquí y mañana a lo mejor estás en casa y nadie se acuerda. Así de duro, y si lo sabes llevar no te comes la cabeza.

Con el CIA acarició el ascenso a División de Honor. ¿Es importante esa categoría para el progreso del jugador palentino?

Del año que nos quedamos cerca han estado o siguen enTercera Levas, Javichi, Charly o Sevillano, demostrando que el nivel competitivo era duro en Liga Nacional. Competir con los mejores te da un plus, aunque solo eso no significa hacerlo en Tercera. Yo destaco a un jugador comoDavid, del Becerril, que no llegó a ascender a DH, pero compitió en Liga Nacional, un año en Preferente le vino bien y en su primer año en Tercera marca 14 goles. Demuestra que la etapa de juveniles es clave y el año siguiente hay que tener paciencia y competir con gente que puede ser 10 años mayor. Si te adaptas, a lo mejor al segundo año eres un jugador importante en la categoría, como David o el caso de Edu Gallardo el año próximo.

El Becerril jugó la Copa del Rey, más atractiva para los modestos

Me alegré, Edu Narganes es amigo mío y he entrenado a muchos jugadores en juveniles o en Tercera. Un equipo de Palencia, te da orgullo que juegue una Copa contra unPrimera y con La Balastera llena.