«Que Vox pida los nombres del LGTBIQ es discriminatorio»

Carlos H. Sanz
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Este palentino de 39 años lleva 17 trabajando como educador social, la última década en Madrid, donde es funcionario en Villaviciosa de Odón. El suyo es uno de los nombres que ha solicitado conocer Vox, ya que imparte cursos sobre afectividad sexual

«Que Vox pida los nombres del LGTBIQ es discriminatorio»

Rocío Monasterio, portavoz de Vox en la Asamblea de Madrid, preguntó la semana pasada al Gobierno de la Comunidad la relación de colegios públicos y concertados en los que el colectivo LGTB+ de Madrid ha realizado actividades formativas, informativas o de otra índole indicando fecha de celebración, centro, breve descripción de la actividad desde 2015 hasta la fecha actual; nombre y apellidos del ponente o ponentes; y cuáles han sido las clases destinatarias. Al menos uno de los nombres de esa lista es de un palentino, concretamente el de Senén Martínez Toquero, un funcionario  del área de Servicios Sociales de Villaviciosa de Odón que imparte  este tipo de cursos afectivos sexuales desde el año 2002. 

¿En qué consisten las charlas que ofrece para promover el respeto a la diversidad sexual, familiar y de género y prevenir el acoso escolar al alumnado?

Antes de contestar a esta pregunta , me gustaría recordar que, a nivel legislativo, en la Comunidad de Madrid existen dos leyes importantes que recogen las medidas que velan para asegurar la igualdad en el trato con independencia de la identidad de género de los miembros de la comunidad educativa; como son la Ley 3/2016 de 22 de julio de protección integral contra la LGTBfobia y discriminación por razón en orientación e identidad sexual, y la ley 2/2016 de 29 de marzo de identidad y expresión de género e igualdad social y no discriminación.

Los talleres que yo, como educador social, desarrollo en la etapa de Secundaria, siempre se llevan a cabo en colaboración y coordinación con el departamento de orientación y el equipo directivo del centro educativo en el cual se van a realizar, consensuando los contenidos y las demandas que desde el centro y los servicios sociales -en su trabajo con las familias-, se han detectado. Es decir, se adaptan a cumplir con los objetivos del alumnado, que son los que al final van a recibir la formación.

¿Cuáles son sus objetivos?

Los objetivos más importantes en este tipo de talleres son, en primer lugar, desarrollar medidas preventivas para que no se generen episodios de odio que potencien la aparición de agresiones físicas o verbales. En definitiva, acoso escolar.

También buscan desarrollar la empatía y otro tipo de habilidades sociales que fomenten en el alumnado valores de respeto, igualdad y no discriminación entre iguales; así como convertirse en una puerta de entrada para todos aquellos alumnos y alumnas que deseen manifestar cualquier tipo de duda con respecto a su desarrollo afectivo sexual.

Otro objetivo es dar a conocer recursos específicos en orientación afectivosexual y de forma específica recursos del colectivo LGTBIQ que sirvan de trampolín y ayuda a jóvenes gays, lesbianas bisexuales y trasgénero del municipio en cuestión. 

¿A quiénes se imparten exactamente? ¿En qué horario? ¿Son cursos voluntarios u obligatorios?

Los talleres van destinados a jóvenes que estudien en los centros educativos públicos y no siempre en todos los cursos. Eso depende de la valoración que se haga en el departamento de orientación, y dentro siempre de los objetivos que en ese año académico persiga la acción tutorial. Los contenidos se ajustan al desarrollo evolutivo y cognitivo del menor, pero normalmente se desarrollan más en la etapa de secundaria obligatoria.

Los horarios de los talleres siempre son en horas de tutoría, que son los espacios adecuados y dirigidos a desarrollar este tipo de actividades transversales dentro del plan de estudios del centro educativo y su acción tutorial.

Los talleres por supuesto que son voluntarios, pero al desarrollarse dentro del período lectivo y dentro de un plan de tutorias, los alumnos y alumnas tienen que asistir a clase al igual que el resto de materias.

¿Qué opina de que Vox haya pedido, entre otros datos, los nombres y apellidos de las personas que, como usted, imparten talleres LGTBIQ en los colegios madrileños?

Esta pregunta, en los tiempos que corren, no debería tener que hacerse,  pero cómo existe, le contesto: solo el hecho de que pida nombres y apellidos de los ponentes y, sobre todo, del colectivo LGTBIQ me parece un acto de discriminación y de odio hacia las personas y profesionales que imparten los talleres que simplemente están haciendo su trabajo.

Creo que este partido político no sabe aún que todos los profesionales que trabajan con menores deben de presentar un certificado que acredite estar libres de penas de naturaleza sexual contra menores. Es un trámite suficiente y Vox no debería perseguir a profesionales por pertenecer a un colectivo.

Por último, Vox es un partido político que se funda en el año 2013. Pues señores míos, en ese año yo ya llevaba más de 10 impartiendo este tipo de talleres afectivosexuales. Los contenidos han crecido y se han ampliado este año con contenidos y conceptos que favorecen la inclusión total del colectivo LGTBIQ, que antes no existían y que han evolucionado con la sociedad, como evoluciona el cerebro humano porque si no se oxida y muere.

¿Existe interés entre los jóvenes por las cuestiones que les muestra? ¿Nota que las charlas tienen un resultado positivo?

Si los centros educativos deciden todos los años realizar este tipo de talleres, y, además, de un tiempo para acá invitan a profesionales que trabajan en asociaciones y entidades del colectivo LGTBIQ, es que se valoran como necesarias e importantes.

Hay un porcentaje de jóvenes estudiantes que pertenecen a este colectivo y que cada vez son más visibles porque gracias a este tipo de talleres y a otras acciones dentro de la Comunidad de Madrid pueden expresar su amor y sus sentimientos sin miedo y sin ser juzgados. No obstante, aún existen microcomportamientos de odio y homófobos que hay que trabajar.

Los resultados se plasman cuando te piden una tutoría individual y confían en tu persona sus preocupaciones y sus dudas; cuando encuentran un espacio de desahogo y cuando denuncian situaciones de acoso de forma personal o hacia otros compañeros.

¿Por qué cree que es importante seguir impartiendo estas charlas?

Con un ejemplo se va a entender mucho mejor. Hace unos años 12  o 15 años, hablar de tu orientación sexual o de tu identidad sexual -y ya no digo nada si hablabas de la transexualidad- provocaba risas, insultos y mofas entre tus iguales en las aulas.

Pues bien, a día de hoy, los jóvenes han desarrollado un progreso psicoemocional muy fuerte, y en las aulas ya no se escuchan comentarios ridículos ni mofas, ni hay risas por lo bajo o se señala a algún compañero como marica, por ejemplo; si no que se escuchan nuevos conceptos como la pansexsuliadad, o comentarios como «Mi tío o tía también es gay o lesbiana», o se habla de derechos y libertades para todos y todas.

Hemos evolucionado, pero aún es tiempo de trabajar más y mejor para que nuestros jóvenes sean personas socialmente activas y sean libres de desarrollar su sexualidad y su afectividad en libertad.