Se medían el actual campeón del torneo, el Maristas, y el por aquel entonces líder de la liga provincial, el San Juanillo. Curiosamente, la repetición de la final del pasado año.
Atendiendo a estos datos, podía parecer un choque igualado, pero, como se esperaba, no fue así. En los clubes, y más en aquellos, comoMaristas, que dispone de menos niños, aparecen grandes generaciones, como fue la del pasado año, pero no siempre. Este año toca sufrir y luchar por evitar el descenso. Su rival fue en edad benjamín campeón regional. Mantiene un bloque desde hace muchos años, cuando estos niños empezaban a dar patadas a un balón y sigue con un altísimo nivel, pese a  quitarle cada año a un jugador, como fue el caso de Adrián, fichado por el Valladolid esta campaña.
Por primera vez en el torneo, hasta este momento presidido por la igualdad, la nueva normativa de sumar los cuartos ganados y no los goles marcados para determinar un triunfo tuvo su verdadera aplicación: que no se produzcan goleadas escandalosas. San Juanillo ganó en el parcial de los cuatro cuartos (en uno de ellos por más de dos goles de diferencia, con lo que ese excedente no contaba) y se llevó el triunfo por 4-0, cuando por goles el marcador hubiese sido más elevado.

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