Pérdidas entre el 50-70% para el comercio en la pandemia

J. Benito Iglesias
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Los colectivos asociativos que representan a los negocios de la capital confían en la vacunación y garantizan una compra segura

Pérdidas entre el 50-70% para el comercio en la pandemia - Foto: Óscar Navarro

Un sector vital como el comercio de proximidad en una ciudad de servicios -donde la economía se retroalimenta si unos y otros negocios facturan a buen ritmo y hay un consumo sostenido en el tiempo- ha sufrido un duro golpe en los casi 14 meses de pandemia. Los propietarios de estos establecimientos y los distintos colectivos asociativos que los representan, según sus peculiaridades, estiman que las pérdidas acumuladas frente a un año normal de ventas se sitúan en una horquilla que va del 60 al 70 por ciento.

El comercio empezó su particular calvario en una primera y dura etapa de cierre, desde el 14 de marzo del pasado año hasta primeros de mayo, cuando el Gobierno decidió relajar el estado de alarma y permitió que se retomara la actividad comercial no esencial mediante la fórmula de cita previa y aforos en principio muy limitados, con distancia social para evitar contagios por Covid-19 en la medida de lo posible. El sector cumplió a rajatabla las medidas se seguridad impuestas y, con la complicidad de la clientela, la opinión generalizada meses después es que las compras en los distintos establecimientos son seguras.

La reducción de la movilidad, los cierres perimetrales entre localidades de la misma provincia y con la Comunidad -a lo que se añade la imposibilidad de que llegue turismo nacional y extranjero-, junto al toque de queda casi un mes a las 8 de la tarde, y la menor vida social  por las sucesivas clausuras de los locales hosteleros, han formado un cóctel explosivo que ha lastrado la facturación de numerosos negocios comerciales.

El miedo todavía de muchas personas a acceder a recintos públicos cerrados ha influido negativamente en las ventas y la esperanza del comercio local, como la de otros tantos proveedores de servicios y sectores productivos, se centra en un avance sustancial del ritmo de vacunación para propiciar una recuperación de los negocios, aunque sea lenta.

«Cada vez se ven más locales en alquiler y hasta que una mayoría de la población no reciba la vacuna, nos podamos quitar la mascarilla y se deje de decir si la Pfizer es buena o la AstraZeneca provoca trombos, la gente no cogerá confianza y en el comercio estamos muertos. La población mayor de 80 años que puede estar vacunada antes del verano, como se oye desde la Junta, es la que menos consume, viajes del Imserso tampoco va a haber y lo importante es que las dosis lleguen a las  franjas de población de grupos de menor edad y se salga a la calle con normalidad y sin miedos añadidos», expone Luis Fernando Tejerina, presidente de la Federación de Comercio de Palencia (Fecopa), integrada en la patronal CEOE Empresas.

En su opinión, actualmente el comercio vive una situación muy negativa. «Se vende una ridiculez frente a lo que se sería necesario para pagar los gastos que genera el día a día. No ayuda que los políticos siembren dudas sobre la vacunación y eso lo escuchas en cualquier conversación en una tienda. El miedo frena el consumo claramente y si la gente sale a tomar algo a los locales hosteleros es porque estamos hasta el moño de andar metidos en casa. Ves que las terrazas han tenido gente haciendo frío y, cuando el tiempo mejore, con más movimiento mejoraremos todos. Tampoco ayuda que se cobre el servicio de basuras cuando se ha estado cerrado o el mínimo de la tasa de agua cuando no se consumió», indica.

El presidente de la Cámara Oficial de Comercio e Industria, Conrado Merino, muestra cierto optimismo por la protección que van dando las vacunas. «Los contagios por Covid-19 son menos graves y no fallece tanta gente. El consumo se va reactivando dependiendo de cada actividad. Lo que es evidente y se percibe en la calle es que la gente tiene ganas de vivir, salir y disfrutar, eso sí cumpliendo con horarios y las recomendaciones sanitarias. Los sectores que son servicios esenciales apenas han notado la caída de ventas, pero otros, como el comercio, la hostelería y proveedores tienen menos ingresos, con una bajada que oscila entre el 50 y el 70 por ciento. Lo que sí se ha notado para bien es que empresas que tuvieron un parón están exportando sus productos con buen nivel de ventas », asevera.

Comercio sin salida exterior.

Los locales sin salida exterior, como es el caso de 27 ubicados en el Centro Comercial Las Huertas, son los que se han llevado la peor parte al permanecer cuatro meses cerrados. Su gerente, Cristina Tejerina, no obstante, explica que «al tener otros establecimientos que son servicios esenciales se ha podido mantener una actividad importante para la ciudad».

Al respecto, significa que con el resto de los negocios que no pudieron tener actividad presencial «se potenció el estar más cerca de ellos con actividades en redes sociales, aprovechando la transformación digital y al máximo la oferta y la venta online en la página web del centro comercial, además de estar en contacto con los clientes mediante distintas iniciativas, ya que los hábitos de consumo van cambiando y se trata de algo que ha llegado para quedarse».

Mayor suerte a la hora de facturar con normalidad -por contar con grandes superficies de venta y salida exterior junto a negocios considerados servicios esenciales que apenas estuvieron cerrados- se ha tenido en el parque comercial El Arambol. «El supermercado y  el gran espacio de bricolaje, jardinería y otros servicios no se han resentido, mientras algo lo notaron, sobre todo durante el confinamiento cuando no abrieron, los negocios restantes de alimentación animal, juguetería y complementos de hogar. Los aforos reducidos hacen que entre menos gente, pero aquí, al estar más tiempo abiertos se ha percibido menos la caída de ingresos. Aunque en general el comercio lo han pasado mal, hay que lanzar un mensaje optimista porque esto solo puede ir a mejor», según apunta la gerente, Patricia Villagrá.

Por su parte, María José López, presidenta de la asociación Centro Comercial Palencia Abierta, con 175 establecimientos agrupados de distintas actividades económicas,  manifiesta que los negocios «se han visto afectados aunque no todos en igual medida, con sectores más tocados como el hostelero y las tiendas de textil, moda y complementos dado que los eventos sociales y celebraciones familiares se han reducido al mínimo».

En ello, influye, tal y como concreta, «el miedo al consumo al no saber qué va pasar», y aboga porque se agilicen las vacunaciones. «Lo que quiere la gente es recuperar una vida normal», asevera. Además, argumenta que el ritmo de las ventas comerciales «ha tenido picos buenos pero también altibajos» y afirma que han cambiado los hábitos «y eso es grave para el comercio de proximidad porque aquí se baja a la tienda, se mira antes de comprar y se consulta con los profesionales,  e Internet puede ser un aliado pero también hacer daño».

María José López cree que la vuelta a las ventas habituales «aún no llega y se necesita» y solo las rebajas «ayudaron algo junto a distintas campañas para apoyar al comercio local y la concienciación de muchas personas sobre la importancia que tiene para la ciudad consumir en sus establecimientos».

200 negocios se han adherido ya a Cuenta Consumo con bonos de compra.

La iniciativa de la Concejalía de Desarrollo Económico del Ayuntamiento Cuenta Consumo, que pone en circulación un millón de euros en bonos de compra -con 200.000 euros de ayuda municipal- ya cuenta con 200 negocios adheridos antes de iniciarse el 11 de mayo. Los clientes disponen de un monedero digital en el que, por cada 8 euros que ingresan desde la aplicación móvil, reciben 2 más para gastar en los establecimientos con un distintivo en sus escaparates, gestionando estos las cuentas de gasto de forma centralizada.

Los usuarios que pueden participar son personas físicas mayores de 16 años, que tendrán límites de fechas para el disfrute de su cuenta consumo, desde la que podrán realizar compras por un máximo de 100 euros a la semana.

«La respuesta de participación es alta antes de empezar y hay mucha gente que está preguntando para resolver dudas sobre el funcionamiento y negocios que se va a apuntar, como nos hace llegar las asociación Palencia Abierta, que gestiona la Cuenta Consumo. Es necesario que aunemos esfuerzos entre todos, de la mano de la responsabilidad, y apostemos por quienes siempre han estado ahí: la hostelería y el comercio de proximidad», señaló ayer Urbano Revilla, edil de Desarrollo Económico.

En su opinión, consumir en los establecimientos de la capital «permite ayudamos y ayudar a nuestros vecinos, sellando un compromiso con la ciudad, además de impulsar su actividad económica. Blindamos su futuro y de esta forma los beneficios  que se pueden obtener son para toda la población», dijo.

Por otro lado, Urbano Revilla, señaló que, tras la preceptiva autorización de la Junta al depender sus competencias, el Ayuntamiento aprobará en la Junta de Gobierno del viernes la publicación de las ayudas directas a locales hosteleros que no han podido instalar terrazas por valor  de 800 euros. La convocatoria se publicará en el Boletín Oficial de la Provincia (BOP) la próxima semana. En total se calcula que los beneficiarios que están en esa situación, por lo que podrán solicitar la subvención, que tiene una partida inicial de 50.000 euros.