El hotel Rey Sancho de la capital despedía el martes al último paciente Covid que ha pasado allí su perceptiva cuarentena, paso previo a dejar de funcionar ayer como Arca de Noé. Una función novedosa para la gerencia, que ha cumplido con creces en los últimos siete meses este acometido, primero como centro de referencia provincial -desde octubre de 2020 y hasta el pasado enero- y después como únicas instalaciones en toda la Comunidad destinadas a este fin. 

Durante este tiempo, un total de 150 enfermos de coronavirus llegados desde las nueve provincias de Castilla y León han pasado en períodos de entre ocho y diez días por las habitaciones de este céntrico establecimiento capitalino, que se ha convertido en un aliado indispensable para los castellanos y leoneses en la lucha contra el SARS-CoV-2. De estas 150 personas, el 95 por ciento eran positivos, pero también había algún negativo que tuvo que abandonar su domicilio por haber en él otros contagiados, y que igualmente tenían que guardar cuarentena obligatoria al tener un contacto estrecho con un infectado. 

Para garantizar la seguridad de todos ellos se extremaron las precauciones y no se tuvo contacto más que telefónico con los huéspedes. De este modo, el servicio de restauración dejaba el desayuno, comida y cena en el pasillo, sobre una mesa colocada justo al a puerta de cada una de las habitaciones. Así, y según explica el director el hotel, Javier Pastor, estos no salían de la habitación más que para recoger la bandeja con la comida.

vuelta a la normalidad. «La valoración es muy positiva. Hemos dado un servicio y un programa que ha ayudado a pasar la pesadilla de la Covid», relataba ayer a Diario Palentino el director del hotel Rey Sancho, quien confía en retomar el pulso a la actividad cotidiana a mediados de este mes. 

El primer paso será reabrir el restaurante con los banquetes de las  comuniones, que llegarán este fin de semana. «Hay mucha ganas de volver a la normalidad, pasar página de todo lo que hemos vivido y hacer una vida lo más normalizada posible», subraya Pastor.

En cuanto a la reserva de habitaciones, la contratación está abierta, aunque según reconoce Pastor, esta está siendo, de momento, «bastante floja». ¿El motivo? Las posibles restricciones que se impongan en esta y otras comunidades hacen que los potenciales clientes esperen hasta el último momento por el temor a hipotéticos nuevos cierres perimetrales, por ejemplo.