El mercadillo confía en repuntar las ventas el domingo

J. Benito Iglesias
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El primer día de reapertura sólo acogió 30 puestos de los 70 autorizados al estar al corriente de pago y muchos no se instalaron por la imposibilidad de adquirir género

El mercadillo confía en repuntar las ventas el domingo - Foto: Óscar Navarro

Con la incertidumbre del primer día -después de las dudas de los vendedores de si abrir con menos aforo o esperar a la fase 2-  y una treintena de puestos sobre los 70 autorizados por estar al corriente de pago y con pocos clientes. Así se produjo ayer la reapertura del tradicional mercadillo de San Juanillo junto a la plaza de Toros.

«Mucha clientela habitual no sabe que hemos vuelto a trabajar y vamos poco a poco. Seguramente el domingo, siendo festivo y en un lugar más grande como el recinto ferial, habrá más público», resume  Yolanda Lozano, que tuvo la fortuna de adquirir a final febrero ropa de verano, frente a otros puestos aún con género de invierno al que es más difícil dar salida.

La dificultad de muchos vendedores que no instalaron sus puestos ayer estriba en que no están autorizados a desplazarse en la fase 1 al polígono de Cobo Calleja en Fuenlabrada (Madrid) donde adquieren material, aunque a partir de ahora, una vez abierta dicha zona comercial, pueden encargar y recibir pedidos a través de transportistas.

El mercadillo confía en repuntar las ventas el domingoEl mercadillo confía en repuntar las ventas el domingo - Foto: Óscar NavarroMaría del Mar Gabarri, otra de las vendedoras de textil, achacó el escaso movimiento del mercadillo a la existencia de «desconocimiento sobre si se iba o no abrir, ya que  por miedo no debe ser, y solo se ha vendido ropa interior y algún pijama», se lamenta, al tiempo que se queja de que «solo se pueda superar el 35 por ciento del aforo cuando hay espacio suficiente y seguridad para instalar más puestos».

mala situación económica. El portavoz de los vendedores ambulantes de los tres mercadillos semanales en la capital, Enrique Lozano, sostiene que el colectivo confiaba en tener mayores ventas en la vuelta a la actividad más de dos meses después, «pero la realidad es que hay mucha incertidumbre entre la gente, temor por el virus, trabajadores en Ertes con menos ingresos y parados con pocos recursos económicos».

Además, explica que el escaso número de puestos instalado ayer en San Juanillo obedece a que muchos carecen de género que podrán ir adquiriendo esta semana. «Nos ha pillado todo un poco a desmano, sin género suficiente ni ropa de temporada. No queríamos abrir con un 25% del aforo, se ha logrado que fuera un 35% y hay gente que tiene necesidad de vender y confiamos que el domingo se pueda alcanzar en el ferial la cifra de los 68 puestos autorizados».

A otro de los clásicos del mercadillo, Enrique Montoya, con un puesto de alimentación y productos de huerta de gran aceptación, las cosas le fueron ayer un poco mejor. «Nos hemos quedado cortos de género quizás por miedo a cómo iba a reaccionar el cliente, pero estamos muy contentos. El domingo la gente se habrá enterado de que ya estamos funcionando y será mejor. El daño económico de la pandemia ha sido muy grande y, en nuestro caso, del negocio entre  hijos, mujeres y nietos dependemos 20 personas. Hemos pasado mucho tiempo inactivos y no ha sido fácil. Se vuelve con muchas ganas a trabajar», asegura.