El cantante Raphael demostró ayer en el pabellón municipal  por qué 57 años después de comenzar su carrera profesional en el mundo de la música sigue siendo uno de los artistas españoles que más público concita en sus conciertos. Ante 3.000 personas (prácticamente el aforo completo), dejó claro que es capaz de reinventarse, adaptarse a los nuevos tiempos y ofrecer lo mejor de sí mismo a un público muy heterogéneo que ayer no quiso perderse la oportunidad de ver en vivo y en directo a uno de los cantantes españoles más exitosos a nivel mundial.

Pese a estar acompañado de la Orquesta Sinfónica de Zaragoza, Raphael se basta y se sobra para llenar él solo el escenario. Su gira RESinphónico le brinda la oportunidad de cantar sus temas más reconocidos, pero a la vez ofrecer algo nuevo al público. Y es que la música orquestal y los ritmos más electrónicos son la base de este trabajo que le ha devuelto a la carretera en un tour que se extenderá hasta finales de año con paradas en Estados Unidos, Puerto Rico y República Dominicana.

En su repertorio suenan aquellos temas conocidos por todos, desde los más melódicos como Promesas e Igual y por supuesto, Yo soy aquel. Otros grandes temas en la actualidad conocidos por distintas generaciones sonaron con toques más modernos, como el archifamoso Mi gran noche, con una versión con tintes discotequeros, en la que Raphael volvió a demostrar que pese a sus 76 años recién cumplidos sigue poseyendo un espíritu joven, sin poder estar quieto en el escenario y con esos gestos y movimientos que tanto le caracterizan y que han contribuido a hacer de él un personaje icónico.

Hablemos del amor, Estuve enamorado o Ámame son otras de las canciones que ayer se pudieron escuchar en Palencia, siendo coreadas por sus fans en un concierto que encantó a sus seguidores.