Dos meses a la espera de poder fijar un tratamiento

DP
-

Una joven burgalesa de 22 años que vivió enla capital palentina fallece durante la pandemia pendiente de unos resultados

Dos meses a la espera de poder fijar un tratamiento

Apenada e indignada. Así es como se manifiesta Miriam González, que en esta crisis sanitaria ha perdido a su hermana Lidia, quien  falleció a los 22 años el 12 de julio por un tumor cerebral. «Ha muerto sin conocer el diagnóstico. Nos han llegado a nosotros porque mi madre llamó en agosto a ver qué pasaba, y los ha recibido a primeros de septiembre. Si no llama no sabemos nada», afirma en declaraciones a Diario Palentino.

«Lo que queremos es justicia y que no vuelva a repetirse la historia  con más gente. Y es que parece que si no tienes Covid no te deben de atender. No me van a devolver a mi hermana, y lo que tenía no va a cambiar, pero la manera en que nos han tratado no nos ha gustado», señala.

Lidia, una joven burgalesa de la localidad de Melgar de Fernamental que trabajó en Vitaldent y residió en la capital palentina, empezó a padecer  dolores de cabeza, a ver mal y a tener mareos.  «Cuando se levantó el estado de alarma tuvo que ir a  trabajar. Como se encuentraba  peor,  fue a Urgencias de La Puebla, que la derivó al Complejo Asistencial,  donde vieron una lesión y fue trasladada al Clínico de Valladolid», recuerda su hermana. 

Esta explica que Lidia ingresó  el 6 de mayo y que su madre «no pudo pasar al hospital, mientras que una compañera de habitación sí recibía visitas. Gracias a que pudimos pasarle un cargador de móvil y así estar en contacto». Fue operada el 14 de mayo y  el 18 recibió el alta, según relata Miriam, que añade que «pasaban los días y los resultado de la biopsia no terminaban de llegar». 

El 25 de junio tuvieron consulta con la neurocirujana que la había operado porque, según cuenta Miriam, Lidia presentaba temblor en las manos, se levantaba y apenas  era capaz de caminar y olvidaba las cosas. Fue una consulta de la que critica el trato recibido.

«El 2 de julio fue la otra cita con el oncólogo en Burgos, y seguía sin datos para poder poner el tratamiento. A partir de entonces su estado empeoró, tuvo que ser ingresada, perdió la vista y el habla», revive Miriam.  

«Si en esos dos meses el oncólogo hubiera  recibido los resultados específicos y puesto un tratamiento,  igual algo se hubiera paralizado. Tenía un tumor cerebral,  la dieron esperanzas porque hablaban de un grado 3, pero dicho con palabras porque no había un informe», indica Miriam. 

«No se ha hecho nada, y el trato en el Clínico de Valladolid ha sido de vengüenza», incide la hermana de la joven fallecida. «Estas esperando respuestas todos los días  y llamas y llamas  porque te dicen que en 14 días llegan los resultados y nada de nada», lamenta.

Miriam comenta que se va a crear una plataforma tras los fallecimientos de Lidia González, Lidia Bayona y Sonia Sainz.