El 11,8% de los ocupados trabaja desde casa

J.B.I.
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La pandemia repunta el teletrabajo y la incidencia es mayor mayor a nivel nacional (14,5%) y en Europa (21,5)

El 11,8% de los ocupados trabaja desde casa - Foto: Óscar Solorzano

Ha pasado poco más de un año desde el inicio de la pandemia y a quien lo tocó de forma obligada, o  tuvo la opción de hacerlo, trabajó desde casa por medios telemáticos para evitar posibles contagios por Covid-19. El teletrabajo vino para quedarse, pero las cifras iniciales de personas que se acogieron a él han variado sustancialmente a la baja. A día de hoy, en el caso de Palencia, el 11,8 por ciento de los ocupados trabaja ocasionalmente en remoto desde su domicilio, ya que, en la mayor parte de empresas privadas y en la administración pública esa modalidad laboral se combina con la actividad presencial. Según se desprende de un estudio de la consultora Adecco Group Institute, uno de cada ocho ocupados castellanos y leoneses trabaja en alguna ocasión desde su hogar, cifra estrapolable a la provincia.

Como consecuencia directa de la pandemia, en el último año el incremento del teletrabajo en la Comunidad fue del 23,2 por ciento, aunque esta subida está muy lejos del 74,2 por ciento que se registra en el conjunto de España, donde el 14,5 por ciento de los ocupados lo hace de forma telemática.

Castilla y León cuenta a día de hoy con 104.100 teletrabajadores, al menos ocasionales, lo que supone 19.600 hace más que un año. No obstante, ha perdido peso en la distribución geográfica nacional y son un 3,6 por ciento de los empleados a nivel nacional los que utilizan esta opción en el conjunto de la Comunidad. La proporción ha bajado 1,6 puntos porcentuales por los mayores incrementos interanuales en las cantidades de trabajadores de otras comunidades.

Antes del Covid-19, el número de empleados que desempeñaba su tarea laboral a través de una pantalla de un ordenador apenas llegaba al millón y medio contando los trabajadores que también lo hacían de manera ocasional. El estado de alarma condujo a que, apenas unos meses después, este número casi se triplicara hasta los 3,5 millones durante el segundo trimestre debido a la coyuntura sanitaria. Pero, a pesar del espectacular aumento, el informe de Adecco Group Institute señala que España sigue estando muy por debajo de la media de los países europeos, que se sitúa en el 21,5 por ciento.

La evolución del trabajo desde casa ha tenido un comportamiento dispar entre las comunidades autónomas. Aunque todas ellas muestran crecimientos interanuales en su proporción de ocupados que teletrabajan, hay diferencias importantes. Así, la Comunidad de Madrid y Cataluña han duplicado su número de teletrabajadores, con incrementos interanuales de un 200 por ciento y un 119 por ciento, respectivamente. También exhiben aumentos significativos Canarias (65,8 por ciento) y La Rioja (60 por ciento).

En cambio, en el otro extremo las comunidades autónomas de Aragón, Extremadura y la Comunidad Valenciana presentan incrementos inferiores al 20 por ciento (9,9 por ciento, 16,3 por ciento y 18,2 por ciento, respectivamente). Traducidos a términos absolutos, esos incrementos porcentuales significan que, durante 2020, la Comunidad de Madrid aumentó su número de teletrabajadores en 512.000 personas (hasta un total de 767.200 individuos), mientras que Cataluña lo hizo en 350.000 personas (elevando el total hasta 645.400 teletrabajadores). Ambas comunidades concentran siete de cada diez nuevos teletrabajadores de toda España.

Tiempo parcial. Otra de las variables que el estudio Adecco tiene en cuenta para medir las oportunidades de conciliación de la vida personal y profesional es la inserción de la jornada parcial en el mercado de trabajo entendida como una oportunidad para compatibilizar trabajo con estudios, cuidado de familiares u otras actividades de la vida diaria.

Castilla y León es una de las nueve autonomías que imitan el patrón general del país, destruyendo tanto empleo a tiempo parcial como puestos de trabajo de jornada completa.

 Así, mientras se han eliminado 4.700 puestos de tiempo parcial (menos 3,1 por ciento interanual), se han perdido otros 22.600 de jornada completa (caída interanual de un 2,6 por ciento).

La proporción de los empleados que permanecen ocupados a tiempo parcial ha descendido por sexto trimestre consecutivo, con dos décimas menos que un año antes, quedando situado en un 15 por ciento. 

Sin embargo, el mayor retroceso de otras regiones ha hecho que Castilla y León, que hace un año se colocaba en el séptimo lugar de este ránking, sea ahora la tercera autonomía con mayor proporción de trabajadores que permanecen ocupados a media jornada.

A nivel nacional, el empleo a tiempo parcial ha continuado la tendencia descendente con la que había comenzado el pasado 2019. Su descenso ha sido más marcado que el del empleo total, por lo que no solo ha caído en términos absolutos sino también como proporción del total de ocupados. en el conjunto del país. En 2020 se han perdido un total de 145.700 empleos de tiempo parcial (-4,9 por ciento interanual). Casi uno de cada cuatro puestos de trabajo suprimidos durante la pandemia eran de este tipo.

 Así, la proporción las personas del actual mercado laboral que están ocupadas  a tiempo parcial en el total de las que están en activo en España ha caído al 14 por ciento, lo que representa 6 décimas menos que hace un año y el dato más bajo desde junio de 2012.

«El trabajo remoto sigue siendo residual»

José Ignacio Carrasco, presidente de CEOE Empresas de Palencia, considera que «tras un inicio fuerte en el que parecía que el teletrabajo se impodría, al español en general no le gusta estar mucho tiempo en casa y se ha quedado en algo residual frente a una actividad laboral presencial». A su juicio, también influye la sensación que percibe el empresariado en algunos casos de que el trabajo desde el domicilio se aprovecha para el engaño. «En algún caso, dada la picaresca típica  en el país, se tuvo que tirar de detectives ya que, en puentes, se aprovechaba para tener un dìa más de descanso», arguye. En su opinión, la regulación del trabajo telemático va en función solo de los derechos de los trababajadores, «y hay que asumirla, pero también debe cumplirse con una jornada laboral y que, como se está en casa y llega la hora de hacer la comida, se deja sin hacer parte de una tarea asignada y eso no es lógico al ponersde solo de vez en cuando delante del ordenador». Además, dice que el tema de los riesgos laborales no ayuda «porque puede haber accidentes domésticos y es complejo determinar hasta qué punto la empresa tiene responsabilidad».

«Se precisa una mayor capacitación»

El secretario provincial de UGT, Julián Martínez, considera que las cifras de teletrabajadores respecto a la media europea aún son muy bajas porque falta una mayor capacitación digital. «En este tema influye también el hecho de encontrarnos en una provincia donde el nivel industrial no es alto y, por ello, tampoco las empresas pueden contar con los recursos tecnológicos suficientes para poder ofertar a  sus empleados la opción de trabajar en remoto», asevera. Por ello, dado el perfil laboral y económico que tiene actualmente España, «el teletrabajo todavía es poco accesible al ser precisa una formación mucho más amplia del trabajador, teniendo en cuenta que todavía la construcción, el turismo y la hostelería siguen siendo pilares de un modelo productivo más extensivo que de calidad», dice, y apela a la necesidad que la ciudadanía, en general, y el trabajador, en particular, tengan más nivel. «Hay empresas de base tecnológica, aunque no muchas y, en el caso de las administraciones públicas, algunas ya llevan años facilitando el teletrabajo, pero, por contra, en  general muchos desempeños laborales solo pueden ser presenciales», apunta.

«La desconexión digital debe regularse»

El secretario provincial de CCOO, Juan Carlos González, cree que se debe de avanzar aún mucho en cuanto a la posibilidad de poder desarrollar un trabajo a distancia. «Podría llegar otra pandemia y tener que recurrir de nuevo a esta fórmula y que, con ello, se corra el riesgo de no poder separar la vida personal de la profesional por el hecho de tener el puesto de trabajo en el domicilio propio», matiza. En este sentido, cree que debe desarrollarse la ley del teletrabajo en muchos aspectos. «Hay cuestiones como el derecho a la desconexión digital y otros relacionados, al poder existir la tentación de muchas empresas de pensar que pueden tener un empleado con una jornada disponible que sobrepase el horario laboral pactado, poniéndole una serie de objetivos y que se apañe como pueda». En su opinión, hay que poner límites al tiempo que un trabajador puede estar conectado a un ordenador. «En necesario un acuerdo en el marco de los convenios colectivos donde se puedancompatibilizar los derechos de las personas que hagan teletrabajo con los de los empresarios», opina.