Artistas sonoros para aupar a la sociedad

David Herrero (ICAL)
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Cada 22 de noviembre se celebra el Día Internacional del Músico, con su patrona Santa Cecilia, para reflejar el papel de su labor en la vida diaria

Artistas sonoros para aupar a la sociedad - Foto: Brágimo

La música es vida. Una diversión y no una obligación. Aspectos elementales que defiende el director y profesor de la Escuela Taller de Rock Palencia, Juan Alberto García, para empezar a divertirse con las notas musicales, más si cabe en el Día Internacional del Músico, cuyo papel fundamental en la sociedad se ve reflejado cada 22 de noviembre, con su patrona Santa Cecilia, como compañeros de viaje de la ciudadanía en los buenos y malos momentos.

García asegura que la música «es su vida» y que, «por suerte», pudo dedicarse a ella como profesional. No es nada nuevo, ya que desde pequeño «sintió la llamada de la música», razón por la que, en cuanto tuvo la oportunidad, comenzó a estudiar en el Conservatorio «sin pensarlo» y dar alas a su carrera como músico, al formar parte de grupos de rock de los 80. Pasión que continúa a día de hoy en la formación de sus alumnos, afirma en declaraciones a la Agencia Ical.

Ante la actual pandemia y las consiguientes restricciones, el profesor puntualiza que la música «debería jugar un gran papel», pero, al igual que sucede con la Cultura en general, «es uno de los sectores más afectados por esta crisis». Aun así, recuerda que muchos compañeros han estado levantando el ánimo de la ciudadanía en los meses más duros, momento en el que la sociedad «se dio cuenta de la importancia que tiene la música en momentos difíciles».

Artistas sonoros para aupar a la sociedadArtistas sonoros para aupar a la sociedadLa labor educativa no está siendo fácil, dado que ha tenido que adaptar los horarios y el números de alumnos e implementar medidas de seguridad. Añade que siguen abiertos «con más fuerza que nunca», con nuevas líneas educativas, todo ello gracias a la confianza de los padres, con el objetivo de que «no pare la música», asevera.

FORMACIÓN PROFESIONAL. No se podría entender la figura musical sin la acción formativa del Conservatorio, más si cabe con su aportación a la ciudad, de la mano de conciertos abiertos a la sociedad en fechas como Santa Cecilia, Navidad, jornadas culturales o recitales del alumnado que finaliza estudios. A pesar de la crisis sanitaria, desde el centro se ha colaborado con otras instituciones, como Ayuntamiento, Diputación o Junta de Semana Santa, por lo que, en su conjunto, «es una aportación importante», explica el director del centro, José Manuel Velasco.

En ese sentido, solicita que «se les tenga en cuenta», quien reconoce que «son una enseñanza menos numerosa que la obligatoria, pero igual de necesaria». La música «aporta mucho al ser humano en lo físico, emocional e intelectual». Y es que, las notas acompañan en los «momentos alegres y tristes de la vida», como ocurrió durante el pasado confinamiento desde los balcones, apostilla.

Artistas sonoros para aupar a la sociedadArtistas sonoros para aupar a la sociedadEl también profesor de guitarra comenta a Ical que «la música es su vida», al estar inmerso en ella desde los nueve años, como un juego, en un principio, para avanzar hasta el lado más profesional. «Un lujo poder dedicarte a lo que quieres y a lo que te gusta en estos momentos tan difíciles», señala.

MÚSICA COFRADE. «La música cofrade es un símbolo de identidad, un sentimiento, una pasión, un hobby y una ilusión en la que los 365 días del año tiene actividad, y que muy pocos conocen». Así lo expresa Daniel Fernández, un integrante de la banda de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno y Nuestra Madre la Virgen de la Amargura de Palencia, quien lleva la música en la sangre. 

Señala que cada año, la banda ensaya para la «semana más grande», así como para otros certámenes, pasacalles procesionales o actos. Apunta que «se quedan cortas las palabras» para definir lo que se siente al tocar en cada uno de esos momentos. 

Para Fernández, el Día Internacional del Músico tiene mucho significado en su vida. Traslada que decidió iniciarse en el mundo de la música por su hermano y sus amigos, ya que pertenecían a la banda de los Nazarenos. Reconoce que no estaba seguro de la decisión, ante una andadura cargada de «trabajo y un mar de dudas», aunque, en el primer ensayo, todas la «incertidumbre desapareció al momento». 

Y es que, el «ambiente magnífico y el excelente grupo» se ha convertido, con el paso del tiempo, en una segunda familia, a la cual sigue perteneciendo 12 años después, donde sigue disfrutando de la música, subraya. Una pasión trastocada por la crisis sanitaria del COVID-19, motivo por el que afirma que, como músico, «le hace mucho daño saber que no puede hacer lo que más le gusta».

El joven palentino relata que «está siendo una situación muy dura para los componentes de las bandas», tras la suspensión de la Semana Santa y cualquier tipo de actos y ensayos. Al aunar el panorama musical y procesional, aclara que vive una situación «difícil», la cual se hace «muy cuesta arriba».