La provincia ha inaugurado el nuevo año hidrológico (del 1 de octubre de este año al 30 de septiembre de 2020) con la mirada puesta en el cielo y la esperanza de que las lluvias y las nieves de los próximos meses suban el volumen de unos pantanos que presentan unos niveles ínfimos. La situación no es alarmante todavía, pues el abastecimiento está garantizado, pero sí comienza a preocupar.
El volumen de agua embalsada era ayer de 100,8 hectómetros cúbicos, según la información facilitada por la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) a través de su sistema de seguimiento. Teniendo en cuenta que la capacidad total de los cinco pantanos en su conjunto, los dos del sistema Carrión (Camporredondo de Alba y Compuerto) y los tres del Pisuerga (Aguilar de Campoo, Cervera de Pisuerga y La Requejada), es de 487 hm3, se traduce en un exiguo 20,7 por ciento de capacidad, la mitad que en 2018.
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