El bullicio de los transeúntes, el tráfico rodado, los servicios municipales, las obras de mejora o el sector comercial e industrial. Las causas son diversas, y muchas veces impredecibles, pero lo cierto es que las ciudades viven unos decibelios por encima de lo recomendable. Una situación a la que los palentinos se han acabado acostumbrando, pero no por estar habituados a ello, el ruido deja de constituir un problema para la ciudadanía.
Sin embargo, lejos de ser un tema sin importancia, el ruido es considerado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como el segundo mayor problema medioambiental en Europa, después de la contaminación del aire por partículas. Su impacto en la salud está constatado, siendo causa de molestias, estrés, problemas de sueño, afecciones a las capacidades cognitivas, e incluso enfermedades cardiovasculares y respiratorias.

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