Los niños crecen en ciudades sin estrellas y los adultos hace más de una década que las perdieron de vista. España tiene un problema muy serio en lo que a contaminación lumínica se refiere, del que apenas se libran unos pocos pueblos -los más pequeños- y las Islas Canarias -gracias a la denominada Ley del Cielo-. Un panorama que se agudiza cuanto más grande es la urbe en cuestión (Madrid, Barcelona o Valencia encabezan el ranking), pero de la que Palencia tampoco se libra.
Y es que según un estudio de la Universidad de Exeter (Reino Unido) liderado por el astrofísico español Alejandro Sánchez de Miguel, la ciudad es una de las veinte del país que más contaminan, en concreto la decimosexta, atendiendo a la potencia emitida por kilómetros cuadrados. 

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