Nació el 8 de julio de 1952 en Palencia y pasó toda su infancia y adolescencia en la calle La Puebla -entonces, Teniente Velasco-, jugando mucho con el montón de chavales que había en la zona y tomando la iglesia de San Lázaro y su entorno como cuartel general, ya fuera para el escondite, para el frontón, para el tocalé o para las canicas. También para alguna batalla con las pandillas de otros barrios.
«Estábamos más o menos en el centro, pero se podía jugar a todo en la calle. Recuerdo que bajábamos a por el pan cuando pasaba el panadero y lo mismo cuando lo hacía el lechero. También recuerdo que estábamos todo el día fuera hasta que nos llamaban para comer o cenar». Son las palabras de Juan Carlos González Sánchez, uno de esos espíritus inquietos que rememora, sin problemas, y con nombre y apellidos, a la mitad de las familias de una ciudad, en la que por aquel entonces se conocía casi todo el mundo.

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