La atleta más completa, con la ilusión del primer día

David del Olmo
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Sonia Pérez brilló en los 90 en las combinadas, donde acarició el récord de España y solo se le resistió el oro absoluto. En 2001 fue medallista en jabalina, con la que aún sigue en activo

La atleta más completa, con la ilusión del primer día

Una adolescente Sonia Pérez (28-02-1969) iniciaba hace ya 35 años su trayectoria en el atletismo, tras dejar el judo obligada por una fractura de clavícula y sin poder imaginar el larguísimo camino que tenía por delante, ese que todavía transita sin haber perdido un ápice de ilusión.

Su tío, un amante del deporte que trabajaba con Luis Ángel Caballero, le presentó al entrenador del Puentecillas. Se enganchó tanto que hoy piensa en el regreso tras el confinamiento («si no es esta temporada, la próxima») con una buena dosis de entrenamiento casero.

No mermaron su ilusión  ni la rotura parcial del tendón de aquiles que frustró sus opciones de acudir a los Juegos de Barcelona; ni la tendinitis que la trasladó de las combinadas a la jabalina. Superó un cáncer de mama, tras el cual ha seguido compitiendo, de nuevo en el Puentecillas, como ejemplo para sus jóvenes. «El deporte es mi vida», reconoce esta profesora de Educación Física que entrenó una década en la Residencia Blume (Madrid) con las mejores atletas del país, con el técnico José Luis Martínez.

TRAYECTORIA. «Con 15 años ya quedé subcampeona de España de pruebas combinadas. Y con 18 me ofrecieron una beca para ir a Madrid a estudiar», recuerda una deportista cuyo primer oro nacional (heptatlón sub’23) llegó en 1989; el segundo (jabalina), fue en el Nacional universitario de 1995.

Después, como sénior, no lleva la cuenta: «cinco o seis veces subcampeona absoluta, pero nunca fui campeona», reconoce esa espinita clavada. Aunque pocos reproches caben para una magnífica carrera en una disciplina que iniciaba una nueva etapa (el heptatlón femenino se disputa en los Campeonatos de España desde 1981 -del 65 al 80 era pentatlón-). Eran los últimos años de dominio de la vallisoletana Ana Pérez, luego peleó en decenas de campeonatos de tú a tú con sus compañeras de generación, Susana Cruz e Inma Clopés, sus antecesoras como campeonas promesas.

Su cénit se produjo en 1990, donde logró su mejor marca personal en el Nacional de Jerez de la Frontera: 5.434 puntos, con 15’’31 (100 vallas), 1,73 (altura), 11,39 (peso),  26’’26 (200 m), 5,66 (longitud), 43,66 (jabalina) y 2’17’’28 (800 m). En el estadio de Chapín se colgaba una plata que por momentos fue oro, récord de España incluido. Es una de las anécdotas de su carrera: «yo entré primera en el 800, la última prueba del heptatlón, y después entró mi compañera de entrenamientos Susana Cruz. Y durante esos tres segundos, hasta que ella cruzó la meta yo tuve el récord de España, pero se quedó en nada. Sí fue el de categoría promesa, que al año siguiente batiría otra compañera, Isabel Siles».

Ese año acudió por  primera vez con la selección al Campeonato Iberoamericano a Manaos (Brasil), donde repetiría en 1992 en Sevilla. En el año olímpico precisamente lograba la plata nacional en Valencia, dos metales se colgó en el 93 y otro en el 94 (acudió a la Copa de Europa de Bressanone, Italia), por citar solo algunos de sus éxitos. En los años siguientes, cada vez más dedicada a la jabalina, rozó la medalla en el lanzamiento con seis puestos del cuarto al sexto entre 1993 y 2000 (aún en 1995 se colgaría el bronce bajo techo en combinadas).

Hasta que tuvo el premio a la constancia, con un bronce en 2001 (48,87) tras Marta Míguez y Mercedes Chilla. Su mejor marca la había establecido un verano antes en Soria (49,14). En esa década todavía acumularía otros tres puestos de finalista.

Han pasado 35 años desde aquellos inicios junto a Pilar y Conchi Paredes en la pista de ceniza del Campo de la Juventud, pero continúa ilusionada: «lanzo 20 metros menos que antes, pero soy tan feliz entrenando y compitiendo». Es su consejo para los que empiezan: «que sean felices, que disfruten».