La IGP Lechazo de CyL se extiende a toda la provincia

DP
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La Montaña Palentina era la única comarca que se quedaba fuera de la zona geográfica protegida

La IGP Lechazo de CyL se extiende a toda la provincia - Foto: Sara Muniosguren

El pasado 16 de abril la Comisión Europea aprobó la modificación del Pliego de condiciones solicitada por el Consejo Regulador de la Indicación Geográfica Protegida del Lechazo de Castilla y León. La entidad solicitó ocho cambios de diversa naturaleza, la mayor parte relacionados con aspectos técnicos, pero que en ningún caso varían los criterios de calidad de los lechazos ni la esencia que representa la IGP del Lechazo de Castilla y León.

De todas ellas, la más esperada es la ampliación  de la zona geográfica a todo el territorio de Castilla y León, basada en los datos de superficie de cereal que figuran en la declaración de la PAC de los últimos años y la existencia histórica de ganaderías de ovino de razas autóctonas, churra, castellana y ojalada en todo el territorio de la comunidad. Esto permitirá que el número de ganaderos que cumplen con los requisitos y que durante años han querido formar parte del IGP puedan sumarse desde ahora. En el caso de la provincia palentina, podrán participar los ganaderos de la Montaña Palentina, los únicos que quedaban fuera de la zona geográfica incluida en la IGP, sumándose así al Cerrato, Campos, Saldaña-Valdavia y el Boedo-Ojeda.

Además, las modificaciones de carácter técnico aprobadas por la Comisión Europea suponen hacer más eficiente el proceso al que se someten los lechazos, evitando duplicidades en los controles y acogiéndose a la normativa vigente. Así, se eliminó la exigencia de controlar el peso en vivo (que inicialmente se había fijado de 9 a 12 kilos) y la edad de sacrificio que se había fijado en menos de 35 días, ya que se controla el peso de cada una de las canales que queda definido en 8 kilos como máximo y 5,5 como mínimo en canales con cabeza y asadura y 7 como máximo y 4,5 como mínimo si la canal no tiene ni cabeza ni asadura. 

El peso vivo es directamente proporcional al peso de la canal y a la edad. Así, un lechazo que tenga más de 35 días de vida y se haya desarrollado con normalidad en canal pesaría más de lo establecido en el pliego de condiciones y de igual forma si el peso en vivo supera los 12 kilos la canal se descalificaría por pesar más de lo establecido en dicho pliego. También se controlan los parámetros de color y engrasamiento de la canal en el proceso de calificación, y se realizan análisis organolépticos que apoyan los criterios anteriores y determinan que los lechazos no tienen más de 35 días de vida. 

Otra de las modificaciones aprobadas consiste en que la presentación se pueda hacer en medias canales y cortes primarios adaptándose así a los nuevos hábitos de consumo, así como que la comercialización de las canales puedan sobrepasar los ocho días desde el sacrificio cuando vaya envasada en condiciones que permitan prolongar su vida útil. 

También se aplica la normativa vigente en cuanto a identificación a través de los crotales, al tiempo que tardan los lechazos en ser sacrificados, al transporte y en cuanto a la temperatura a la que deben almacenarse. Se define asimismo como estructura de control al Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León como autoridad competente en las funciones de verificación del cumplimiento del Pliego de condiciones. 

Con todas estas modificaciones, las primeras que se aplican desde 1997, año en el que se creó la IGP, se pretende la adaptación a la normativa vigente, que los controles sean más eficientes y que todas las ganaderías de las razas permitidas (churra, castellana y ojalada) de todo el territorio de la comunidad, puedan pertenecer a la IGP, ayudando así a mejorar la cuantía de la oferta de lechazos y aumentar así la presencia de este producto en el mercado.