Autoconfinamiento en Revenga para evitar nuevos contagios

Rubén Abad
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El municipio registra una veintena de casos positivos

Dos positivos en La Salle - Foto: Juan Mellado

Pasear ayer por las calles de Revenga de Campos era lo más parecido a deambular por el desierto. Los vecinos de este pequeño municipio de apenas 152 habitantes decidieron autoconfinarse voluntariamente hace ocho días para evitar poner freno a la veintena de casos de coronavirus confirmados en el pueblo, y así seguirán hasta que el número de infectados disminuya.


La iglesia está cerrada hasta nuevo aviso y el bar también bajó la persiana a petición de la alcaldesa, Jessica Abia, que no emitió un bando, pero fue casa por casa informando de la situación a sus paisanos. «Minimizar el contacto es el arma más eficaz para evitar nuevos contagios», afirmó la regidora, quien destacó que los vecinos solo salen para cubrir necesidades básicas como ir a trabajar, hacer la compra, tirar la basura o pasear con los niños pequeños para que les dé un poco el aire. 


«Como alcaldesa, es un orgullo que mis vecinos se hayan sumado al autoconfinamiento», expresó. Un aislamiento social que hacen «por respeto y miedo a la enfermedad» y, sobre todo, para mantener a salvo a los mayores, los más vulnerable frente al virus.


En cuanto al número de positivos activos, Jessica Abia lamentó que desde la Junta no haya tenido notificación alguna, cuestión que le molesta especialmente al tratarse de un pueblo con un censo tan reducido y muchos contagios. «No queremos saber quién está contagiado y quién no, solo el número de casos», subrayó.


Se da la circunstancia, además, de que Revenga de Campos registró cero contagios en la primera oleada de la Covid-19 y que los positivos se dan ahora, cuando el verano está tocando a su fin, y no durante los meses centrales, en los que la población se cuadruplicó.