Ángeles que salvan una vida

ALBERTO ABASCAL
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Los agentes de la Policía Nacional José Raúl Negrete Acero y Carlos Lorenzo Casal, que se encontraban de servicio el domingo por la jornada electoral, lograron reanimar a una mujer de 89 años que se había atragantado con un trozo de champiñón

Ángeles que salvan una vida

Nunca una jornada electoral será tan recordada como la vivida el pasado domingo por José Raúl Negrete Acero y Carlos Lorenzo Casal, agentes de la Policía Nacional y compañeros en la brigada de Seguridad Ciudadana adscritos a la Comisaría Provincial. Ambos, en un alarde de diligencia y profesionalidad, salvaron literalmente la vida a una mujer de 89 años que se había atragantado con un trozo de champiñón mientras degustaba una consumición con el resto de su familia en el bar Rubén, ubicado en el barrio de Ave María en la capital.

«Los dos teníamos asignada la misión de velar por la seguridad en dos colegios electorales. Sobre las 15,30 horas aproximadamente nos acercamos hasta el bar para tomar un café puesto que era uno de los momento con menos trasiego de electores y llevábamos desde las ocho de servicio. En el interior del establecimiento se encontraba una familia que estaba disfrutando de una consumición cuando nos percatamos, por el nerviosismo que comenzaron a mostrar algunos de sus miembros, de que algo ni iba bien con la abuela, de 89 años», relataba a Diario Palentino el agente José Raúl Negrete Acero, quien junto con su compañero Carlos Lorenzo Casal, a partir de ese momento no dudaron en actuar.

«Vimos que la mujer había dejado de respirar, por lo que comenzamos a darle golpes en la espalda al entender que estábamos ante unos síntomas que nos hacía pensar que se trataba de un atragantamiento. Al no reaccionar, iniciamos la maniobra de Heimlich (es un procedimiento de primeros auxilios para desobstruir el conducto respiratorio, normalmente bloqueado por un trozo de alimento o cualquier otro objeto), que es una técnica efectiva para salvar vidas en caso de asfixia por atragantamiento. Veíamos que la cosa pintaba mal porque la mujer ya había perdido el color y, además, apenas tenía pulso», explicaba José Raúl Negrete. 

Fueron tres o cuatro minutos de enorme tensión para la familia, que se veía impotente ante la gravedad de la situación y para los agentes, que se encontraban al pie del cañón intentando por todos los medios salvar la vida de la mujer que en ese momento pendía de un hilo.

Pese a la fortaleza física de José Raúl Negrete Acero -es un amante y experto en piragüismo-, la situación se convirtió en agotadora. Después de informar en todo momento del hecho y de la situación a los compañeros y responsables de la Comisaría y al servicio de emergencias sanitarias del 112, su compañero Carlos Lorenzo Casal le tomó el relevo en las maniobras de reanimación. 

«Estábamos en una situación crítica porque la víctima no mostraba signos externos de vida. La mujer no respondía pese que hubo un momento en el que expulsó algo inconsistente. Como te puedes imaginar la tensión era más que latente porque nosotros y la familia nos enfrentábamos a la posibilidad de perderla», relataba al periódico el agente. Y, de pronto, en medio de la vorágine que se vivía por salvar la vida a la octogenaria, por la boca de la mujer salió un trozo sólido, concretamente champiñón.

«Tras salir el trozo de comida, la mujer dio una bocanada de aire y poco a poco comenzó a reanimarse. La colocamos de lateral y poco a poco comenzó a recuperar el pulso y el color», apuntó José Raúl Negrete Acero. Los servicios sanitarios con una UVI móvil llegaron hasta el lugar de los hechos y pudieron hacerse cargo de la víctima, que fue derivada hasta el complejo hospitalario ante la felicidad de su familia y de los agentes policiales, que habían logrado el propósito de salvar su vida. «Fueron entre tres y cuatro minutos, hasta que llegaron las asistencias sanitarias, angustiosos y eternos, pero, por suerte, todo valió la pena», reiteró José Raúl Negrete, palabras que ratificó su compañero  Carlos Lorenzo Casal: «acabamos agotados. Es una situación que nunca habíamos vivido, cosas parecidas puede, pero nunca una como esta».

Los dos agentes de la Policía Nacional han sido felicitados, además de por compañeros y jefes, por el coordinador general del servicio 112 de Castilla y León, quien no ha dudado en corroborarles que sencillamente salvaron la vida de la mujer.

José Raúl Negrete Acero lleva 29 años de servicio como agente de la Policía Nacional, nueve de ellos en Palencia; mientras que su compañero Carlos Lorenzo Casal tiene a sus espaldas 15 años de servicio en el Cuerpo, cinco de ellos en la Comisaría de la avenida de Simón Nieto.

«La familia nos ha comentado que la abuela parece que se ha recuperado bien, aunque el susto está muy reciente. Verdaderamente es una satisfacción para nosotros y para nuestros compañeros de la Comisaría haber logrado salvar la vida a una persona. No hay mayor satisfacción que esa», apuntó Carlos Lorenzo Casal.

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