Una vida ligada al baloncesto. Para Enrique González Megido (Palencia,1973), el baloncesto lo es todo tanto a nivel profesional como personal. A lo largo de su extensa trayectoria ha realizado diversas funciones -entrenador, director deportivo, segundo entrenador- y ha estado vinculado a equipos femeninos tanto de la provincia palentina como de Cataluña. Destaca principalmente al Filipenses en el que ha estado en tres etapas distintas con un total de 20 temporadas a sus espaldas y en el que ese «punto de nervios» antes de los partidos le ha motivado a seguir adelante todo este tiempo pese a las grandes dificultades encontradas. Ahora le llega la oportunidad de entrenar al equipo masculino de Liga EBA, un reto para un entrenador de la casa consciente de la incierta a la vez que complicada situación deportiva debido al coronavirus.

¿Qué le llevó a convertirse en entrenador?

Con 16 años y un poco de rebote. Escuché a mi hermano hablar por teléfono porque necesitaban un entrenador en un colegio de Palencia, el Santo Domingo. Le dije que a mí me apetecía y ahí entré en un equipo de niñas. Me piqué y hasta ahora. Desde entonces, allá por el año 1991, solo he estado un año sin entrenar.  

¿Qué es para usted el baloncesto?

Para mí el baloncesto significa todo. Mi trabajo es el baloncesto. Trabajo en la Federación de Castilla y León y me dedico a todo un poco en ella, sobre todo en temas como la promoción, área técnica. Aunque mi hobby es entrenar, mi trabajo también está relacionado con el baloncesto. Luego, gracias al baloncesto ha salido mi familia pues mi mujer estuvo muchos años en el baloncesto y yo la conocí a partir de entrenar. Además, mi hijo pequeño juega. Así mi vida actualmente está relacionada con el baloncesto.  

Tras 20 años dirigiendo al femenino, ¿cómo lo valora?

Lo valoro con luces y sombras. Hemos tenido años de mucho esplendor, pero también años muy grises y tristes. En Palencia por desgracia no hay muchos estudios y la mayoría de las jugadoras se nos iban en sénior a estudiar fuera. Si ya de por sí llegan pocas jugadoras a la categoría sénior, encima se te van fuera. Eso se nos ha hecho muy duro hasta el punto de que este año el club ha decidido no sacar equipo sénior por falta de jugadoras.

¿Qué es lo que le ha hecho seguir todo este tiempo?

Supongo que el gusanillo en el estómago antes de los partidos. Sea el día que sea siempre tengo mi punto de nervios antes de un partido. Eso es muy motivante y no lo cambiaría por nada. Al final entrenar gusta, pero la competición te da una carga de motivación muy importante. Cuando eres el principal responsable de que las cosas vayan bien o mal, esa responsabilidad para mí también es motivante.

Un momento cumbre de toda su experiencia como entrenador

Mis experiencias en los Campeonatos de España de selecciones autonómicas. He sido seleccionador regional de Castilla y León varias temporadas y dos temporadas consecutivas logramos la medalla de bronce. Fueron momentos bonitos y para un entrenador conseguir una medalla en ese tipo de competiciones es muy enriquecedor.

¿Qué jugadora o jugadoras han sido las que más le han sorprendido durante toda su experiencia?

Tendría que decirte cuatro jugadoras en mi carrera. Son todas veteranas, gente irrepetible. Formaron parte de una generación que es la que consiguió todos los éxitos que hemos tenido en el club. Una ha sido Rosa Rodrigo que ha sido muy conocida en el mundo del básket. Otra ha sido Mónica Bravo que hasta la temporada pasada siguió en activo. Y luego está la que es actualmente mi mujer, Patricia Antolín. Junto a estas tres me gustaría destacar a una jugadora que ha estado jugando hasta hace pocos años con casi 40 años. Algo muy difícil de ver. Se llama Mimi Espina.  

¿Qué diferencias fundamentales observa entre el baloncesto femenino y el masculino?

Aunque soy de los que piensa que el baloncesto es baloncesto y siempre te puedes adaptar a ello tanto como aficionado como entrenador, fundamentalmente observo dos diferencias. La primera es a nivel físico. Los chicos tienen determinadas dotes físicas a las que las mujeres es difícil que accedan y eso hace que el baloncesto masculino sea más vistoso. La otra diferencia es que las chicas son mucho más ordenadas tácticamente. Es más fácil que sigan un orden táctico los equipos femeninos que los masculinos. El motivo supongo que sea la mayor capacidad física de los chicos que les hace intentar resolver situaciones de uno contra uno más constantemente. Luego quizás a nivel psicológico los equipos femeninos son un poco más complicados de llevar. Tienes que ser un poco más psicólogo que con los chicos. 

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