«Ahora, mi vida puede correr más riesgo que nunca»

ALBERTO ABASCAL
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Marisol González Encinas se hará cargo del juzgado especializado en materia de violencia de género en Palencia y es una víctima reconocida de malos tratos

Marisol González Encinas. - Foto: Óscar Navarro

La magistrada Marisol González Encinas, titular del juzgado de primera instancia e instrucción número 3, asegura en declaraciones a Diario Palentino después de que este periódico adelantara que finalmente asumirá la titularidad del juzgado de instrucción y primera instancia número 6, especializado en violencia de género, que  «ahora», su vida «corre más riesgo que nunca».

Lo más destacado de este anuncio es que se trata del juzgado especializado en materia de violencia de género en Palencia y su nueva inquilina es una víctima reconocida de malos tratos. 

«Hacen falta más medidas de protección en esta materia y, en cuanto a las existentes, no están muy bien organizadas», reconoce la magistrada palentina. Subraya que aún lleva encima la pulsera para maltratadores. Se trata de un mecanismo electrónico que forma parte de una de las medidas judiciales de protección y seguridad de las víctimas contempladas en el artículo 64.3 de la Ley Integral contra la Violencia de Género. 

«La llevo y, de hecho, varios días el pasado mes de agosto estuve encerrada en mi casa por culpa del dispositivo», apuntó.

La magistrada saltó a la palestra con unas declaraciones a Diario Palentino en junio de 2018 afirmando que llevaba tres años viviendo «un infierno» como víctima de la violencia de género y, por este motivo, además de «clamar justicia», quiso salir a la opinión pública para anunciar que había solicitado al Consejo General del Poder Judicial la concesión de una licencia en el juzgado de tres meses prorrogables por otros seis, precisamente porque le podía la presión por la situación. González Encinas, que hasta recalar en el juzgado número 3 de Palencia en julio de 2015 había ejercido en un juzgado de familia de Valladolid, en Villarcayo (Burgos) y en Cervera de Pisuerga, narró su situación, refrendada por su propio hermano, Ovidio González Encinas, y su mejor amiga, Isabel San Martín, víctimas también de la expareja de la magistrada.

En junio de este año reconoció que había pedido la plaza en el juzgado número 6 porque es «conocedora de todo tanto a nivel personal como legal», unas afirmaciones que mantiene ahora, aunque reitera que «lo más importante para mí es ayudar a la gente. Evitar que mujeres y niños sufran, lo mismo que los hombres que son acusados indebidamente por hechos de esta naturaleza». De hecho, reitera que tratará que  se cumpla la ley en toda su extensión sin hacer distinciones. «Mi propósito también será combatir, dentro del marco legal, el uso indebido de la violencia de género», añade.

Por lo demás, Marisol González Encinas se mantendrá un mes a partir del nombramiento oficial -debe ser publicado en el BOE- ultimando sus últimas decisiones en el que ha sido su juzgado hasta ahora. «Mi experiencia en el juzgado número 3 ha sido muy gratificante. Llegué a esta sala cuando se encontraba totalmente colapsada y creo que he conseguido levantarla, aunque reconozco que algunos asuntos concretos se han dilatado en exceso», apunta González Encinas.